¿Por qué la otra bandera de Japón causa enojo?

Japón considera que la bandera del “sol naciente” es parte de su historia

AP Noticias
Sábado, 24 de julio de 2021 15:45 EDT
TOKIO-BANDERA
TOKIO-BANDERA (AP)

Japón considera que la bandera del “sol naciente” es parte de su historia. Pero para muchos en las dos Coreas, China y otros países asiáticos, dicha enseña es un recordatorio de las atrocidades cometidas por su vecino en tiempos de guerra, a tal grado que la comparan con la esvástica nazi.

Es por eso que la bandera ha generado indignación en la antesala de los Juegos Olímpicos. Algunos países cercanos a Japón han instado incluso a su prohibición durante las justas en Tokio que se inauguran oficialmente este viernes.

Hay pocas perspectivas de que las relaciones entre Seúl y Tokio mejoren pronto. Sin embargo, la disputa por la bandera podría moderarse.

Algunos expertos consideran que las restricciones en medio de la pandemia, que han impedido la presencia de espectadores en buena parte de los estadios olímpicos imposibilitarán también que la discrepancia se agrave.

A continuación, referencias históricas sobre la bandera y las condenas que genera.

ORIGEN

Hay dos banderas del sol naciente asociadas con Japón. El propio nombre del país significa “el origen del sol”.

Una de estas enseñas es la bandera nacional, llamada “nishoki” o “hinomaru”. Es la que muestra un círculo rojo sobre un fondo blanco. Prácticamente nadie se muestra indignado por esta bandera.

La otra tiene también un círculo rojo, pero rodeado por 16 rayos que se extienden hacia el perímetro. Llamada “kyokujitsuki”, ésta es la bandera que ha generado protestas vehementes por parte de algunos vecinos de Japón.

Ambas banderas han sido usadas durante siglos. Sin embargo, las disputas sobre la del “sol naciente” se remontan a los albores del siglo XX. Fue entonces cuando la Armada Imperial de Japón la usó como emblema oficial, en momentos en que el país colonizaba la Península de Corea e invadía u ocupaba China y otros países asiáticos, hasta su derrota en la Segunda Guerra Mundial, en 1945.

La bandera controvertida es usada todavía por la Armada, la Fuerza de Autodefensa Marítima. En una versión ligeramente modificada, la emplea también la Fuerza de Defensa Terrestre, desde 1954.

En estos días, grupos ultraderechistas de Japón suelen mostrar la bandera durante protestas o en las redes sociales.

DISCREPANCIA

El gobierno japonés enfatiza que las dos banderas muestran representaciones del sol y se usaban en el país incluso antes del periodo de la guerra. Incluso hoy, la bandera con los rayos se emplea cotidianamente en Japón, por ejemplo por pescadores que celebran un logro, padres que festejan el nacimiento de un hijo o en otras festividades, afirma el gobierno.

“El argumento de que esto representa una declaración política o un símbolo de militarismo es completamente irrelevante. Creo que hay un gran malentendido”, indicó en 2013 Yoshihide Suga quien es ahora el primer ministro.

En aquel entonces era secretario en jefe del gabinete.

Pero los vecinos de Japón ven el asunto de manera muy distinta.

En 2019, Corea del Sur pidió formalmente que el Comité Olímpico Internacional prohibiera la bandera en los Juegos de Tokio. Seúl afirmó que la bandera simboliza las “cicatrices y el dolor” de los asiáticos que sufrieron la agresión bélica de Japón, tal como la esvástica “recuerda a los europeos la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial”.

La prensa estatal norcoreana ha acusado a Japón de un intento por convertir “la bandera de los criminales de guerra” en un símbolo de paz durante los Olímpicos.

“Es un insulto intolerable a otra gente de Asia”, enfatizó.

China es también sensible a lo que percibe como afrentas del gobierno, los individuos o las empresas de Japón. Sin embargo, la indignación oficial por estos temas ha disminuido en momentos en que ha aumentado la rivalidad política, económica y cultural de China con Estados Unidos

En lo referente a la bandera, queda claro que genera menos descontento en China que en Corea del Sur.

USO DURANTE LOS JUEGOS

El sábado, cuando Corea del Sur retiró de la Villa Olímpica de Tokio unos carteles que el COI consideró una provocación, Seúl informó que el organismo le había prometido la prohibición de la bandera del sol naciente en los estadios y en otras sedes olímpicas.

No obstante, los medios surcoreanos informaron poco después que algunos activistas habían portado la bandera del sol naciente cerca de la Villa Olímpica. Los reportes añadieron que el comité organizador de los Juegos determinó que la bandera no está prohibida dentro de los estadios olímpicos.

Los vínculos entre Corea del Sur y Japón, dos aliados de Estados Unidos, se han visto en riesgo durante años, en parte debido a las disputas por hechos históricos o comercio.

La oficina del presidente surcoreano Moon Jae-in anunció el lunes que el dirigente había decidido no visitar Japón durante los Juegos Olímpicos, en vista de que los dos países no encontraron coincidencias que ameritaran una cumbre entre sus líderes.

¿ESTO EMPEORARÁ?

Algunos expertos consideran que la disputa por la bandera no es tan grave como otros asuntos, como la condena emitida por un tribunal surcoreano contra Japón, por el uso de surcoreanas como esclavas sexuales y de surcoreanos en trabajos forzados durante la guerra. Por lo tanto, difícilmente las relaciones empeorarán.

Sin embargo, la disputa sobre la bandera puede agravarse si el descontento entre los grupos cívicos antijaponeses en Corea del Sur genera una represalia por parte del público en Tokio, dijo Lee Myon-woo, subjefe del Instituto Sejong, cerca de Seúl.

Lee dijo que Corea del Sur debería abstenerse de hacer una “interpretación política excesiva” de la bandera, pues no hay indicios de que Japón esté reviviendo su militarismo de pasado.

Pero Bong Youngshik, investigador del Instituto de la Universidad Yonei para Estudios Norcoreanos, dijo que la bandera no tendría que ser un problema si Japón hubiera aceptado las exigencias de sus vecinos y hubiera emitido una “disculpa más sincera” por sus abusos durante la guerra.

La disputa no tendría mucho combustible para encenderse por una razón: la falta de espectadores en los graderíos implican que nadie agitará la bandera en cuestión.

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