Venezuela: Vistosa conmemoración de San Juan Bautista

Felices porque en 2021 la UNESCO designó patrimonio inmaterial de la humanidad a esta celebración, miles de personas en el poblado venezolano de Curiepe conmemoran el nacimiento de San Juan Bautista, el precursor de Jesucristo, a ritmo de tambores y cantos, una antigua tradición que además de la devoción al santo recuerda la manifestación vehemente de un anhelo colectivo de los esclavos africanos de ser libres en tiempos de la colonia española

AP Noticias
Sábado, 25 de junio de 2022 00:46 EDT
VENEZUELA-SAN JUAN BAUTISTA-FESTEJOS
VENEZUELA-SAN JUAN BAUTISTA-FESTEJOS (AP)

Felices porque en 2021 la UNESCO designó patrimonio inmaterial de la humanidad a esta celebración, miles de personas en el poblado venezolano de Curiepe conmemoran durante dos días el nacimiento de San Juan Bautista, el precursor de Jesucristo, a ritmo de tambores y cantos, una antigua tradición que además de la devoción al santo recuerda la manifestación vehemente de un anhelo colectivo de los esclavos africanos de ser libres en tiempos de la colonia española.

En el ciclo festivo en torno al culto de San Juan Bautista —que en varios poblados venezolanos comienza en la medianoche del 23 de junio y se extiende hasta el 25 del mismo mes— confluyen los descendientes de esclavos africanos, españoles y aborígenes, evidencia de la diversidad étnica de los venezolanos.

La tradición, que data del siglo XVIII, fue en principio un pequeño periodo de tiempo en el que cada 24 de junio los esclavos podían dejar por un rato el duro trabajo en los campos aledaños al ahora poblado de Curiepe, a unos 80 kilómetros al este de Caracas. En esa fecha los esclavos se desentendían de sus preocupaciones cotidianas y a la larga dio forma a una práctica religiosa, que combinó la fe católica de los españoles con tradiciones africanas como el repique de tambores y los cantos que lograron preservar, pese a haber sido arrancados de África.

“Para uno que vive en Caracas y que ha tenido la suerte de llegar aquí, de verdad que es algo muy grandioso”, dijo Maribel Morales, de 71 años, quien venía todos los años a Curiepe a venerar al santo, pero debido a la pandemia del COVID-19 no pudo acudir durante dos años. “La espiritualidad que se siente es única”.

El culto del primo de Jesús, distinguido por su vocación profética, se difundió velozmente entre los cristianos. Numerosas ciudades adoptaron su nombre y lo convirtieron en su patrono, entre ellas las italianas Turín, Florencia y Génova.

En Curiepe —un pueblo costero fundado en 1723 por algunos esclavos emancipados y otros fugitivos en busca de libertad— el santo, al igual que en muchas partes del mundo, es representado como niño. El día de su natalicio una multitud sale a las calles y acompaña en su recorrido a su imagen, decorada con ropajes nuevos, un vistoso sombrero y abundantes flores.

La memoria litúrgica del martirio del Bautista el 11 de septiembre completa la solemnidad de su natividad.

A pesar de que los festejos de su natalicio se han convertido en una atracción turística, la mayoría de los devotos acuden a darle gracias por haber sanado de alguna enfermedad.

“Él ha hecho muchos milagros por mi familia y por medio de él obtuve una bebé”, dijo Geisy Coromoto Urbaneja, de 36 años. “Iba a tener dos (gemelas), pero perdí una y aquí estoy cumpliendo mi promesa, cada año la pago por mi hija”, que sobrevivió.

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