Hacer ejercicio dos veces por semana o más reduciría el riesgo de padecer insomnio
Según un nuevo estudio, incluso las personas que no habían hecho ejercicio anteriormente, pero que luego lo retomaron, tenían 21 % más de probabilidad de tener un buen descanso.
Hacer ejercicio dos veces por semana o más reduce significativamente el riesgo de padecer insomnio, según un estudio a largo plazo.
Las personas que hacen ejercicio con regularidad tienen 42 % menos de probabilidad de tener dificultades para dormir que quienes no realizan actividad física, y 22 % menos de probabilidad de manifestar síntomas de insomnio.
La investigación, publicada en la revista científica BMJ Open, también demostró que las personas que se mantienen activas a largo plazo son más propensas (55 %) a tener un sueño normal (de seis a nueve horas por noche) en comparación con quienes no se ejercitan.
También eran menos propensas (29 %) a dormir poco (seis horas por noche o menos) y 52 % menos propensas a dormir mucho tiempo (más de nueve horas por noche).
Incluso los participantes del estudio que no habían hecho ejercicio anteriormente, pero que retomaron alguna actividad durante el estudio, tuvieron 21 % más de probabilidad de tener un sueño normal que las que permanecieron inactivas.
Para la investigación, los expertos examinaron datos de nueve países europeos en los que participaron 4.339 personas, de las que aproximadamente la mitad eran mujeres.
En un comienzo, se les preguntó a los participantes cuál era el nivel de ejercicio que realizaban; y una década más tarde, debieron responder la misma pregunta.
También se les interrogó sobre la frecuencia de los síntomas de insomnio, por ejemplo: dificultad para conciliar el sueño, problemas para permanecer dormido y despertarse demasiado pronto. Además, debían detallar cuantas horas promedio dormían.
Se consideraban físicamente activas a las personas que hacían ejercicio dos o más veces por semana, una hora a la semana.
La actividad física desempeña un papel significativo en nuestra salud física y mental. Entre sus beneficios podemos encontrar: mejor descanso, disminución del estrés y la ansiedad, y mejor productividad, sociabilidad y bienestar general.
El 25 % de las personas siguieron haciendo ejercicio al mismo nivel una década después y se las clasificó como “personas activas de forma persistente”, el 37 % de las personas fueron clasificadas como “personas no activas de forma persistente”, el 18 % se volvieron activas y el 20 %, inactivas.
El análisis de los datos demostró que “las personas físicamente activas tienen un menor riesgo de padecer algunos síntomas de insomnio y períodos extremos de sueño, ya sean demasiado largos como muy cortos”.
Sin embargo, los investigadores de la universidad Imperial College London del Reino Unido y de la Universidad de Reikiavik de Islandia, advirtieron que los beneficios podrían perderse si la gente dejara de hacer ejercicio.
Huw Edwards, director ejecutivo de UKactive, la organización británica que se dedica a promover la actividad física y el ejercicio, declaró: “La actividad física desempeña un gran papel en nuestra salud física y mental. Entre sus beneficios podemos encontrar: mejor descanso, disminución del estrés y la ansiedad, y mejor productividad, sociabilidad y bienestar general”.
A continuación, agregó: “Este estudio muestra la importante tarea que la actividad física desempeña para reducir el riesgo de insomnio ; dormir bien por la noche nos ayuda a sentirnos mejor y ser más productivos al día siguiente.
Nuestras propias investigaciones muestran que, hoy en día, una de las principales motivaciones para hacer ejercicio en el Reino Unido es ayudar a la gente a dormir mejor, por lo que es esencial que todo el mundo se sienta apoyado para ser físicamente activo en su vida cotidiana”.
“Queremos convertir al Reino Unido en la nación más activa de Europa, lo que supondría un ahorro de hasta USD 1.270.000.000 al año en gastos de salud relacionados con la inactividad física, y un incremento de aproximadamente USD 4.555.000.000 en el PIB gracias al aumento de la productividad”, concluyó
Según el estudio, los noruegos son los más propensos a ser activos de forma persistente, mientras que los españoles, seguidos de los estonios, son los más propensos a ser inactivos a largo plazo.
Las personas que hacían más ejercicio solían ser hombres, en su juventud y con un peso menor al promedio.
También tenían menos probabilidad de ser fumadores y más probabilidad de estar trabajando.
Traducción de María Delia García