Repelente de mosquitos desaparece de las góndolas de los supermercados argentinos en pleno brote de dengue

El insecticida disponible se vende a precios exorbitantes en medio de la temporada con más casos de dengue en la historia reciente de Argentina

Isabel Debre
Viernes, 05 de abril de 2024 13:30 EDT
Empleado de salud pública fumiga en Buenos Aires como parte de una iniciativa para exterminar los mosquitos transmisores del dengue
Empleado de salud pública fumiga en Buenos Aires como parte de una iniciativa para exterminar los mosquitos transmisores del dengue (Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved)
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Las góndolas están vacías, y los habitantes de la ciudad de Buenos Aires han tenido que recurrir a remedios caseros. El aumento de los precios de reventa tomó por sorpresa a los argentinos, ya habituados a una inflación de tres dígitos. Hoy en día, la escasez de repelente de mosquitos es la nueva crisis que enfrentan el país.

El país suramericano se halla en medio del peor brote de dengue en su historia reciente, lo que ha disparado la demanda de insecticida. El producto está agotado en casi todas las tiendas de Buenos Aires, y se vende en línea hasta por 10 veces el precio regular al por menor.

“Hemos visitado al menos 30 farmacias en toda la ciudad y no queda nada”, explica Ana Infante mientras espanta a los mosquitos que rodean a sus dos hijas pequeñas, cuyos brazos están plagados de picadas. Infante, de 42 años, se unió a la búsqueda frenética de repelente luego de que su compañera de trabajo en una tienda de empanadas se enfermara de dengue la semana pasada.

“Esto es todo lo que tenemos”, dice, levantando la mano que usa para espantar a los mosquitos.

El acaparamiento desenfrenado en los comercios y los precios en aumento han creado una atmósfera de desesperación. En un video viral grabado el jueves en un mercado se ve a los compradores volcándose sobre un empleado que abre cajas de repelente, y llevándose todo antes de que él pudiera colocar una sola botella en las góndolas. Esto ocurrió en el pueblo de El Talar, a las afueras de la capital.

“Me siento impotente”, confiesa Marta Velarde, de 65 años, dueña de una tienda en Buenos Aires, luego de relatar cómo una cliente desesperada amenazó con golpearla en la cara cuando anunció que el repelente estaba agotado. “No podemos explicar la escasez, y la gente reacciona de maneras muy agresivas”.

Una mujer se rocía con un repelente para mosquitos hecho con vainilla y agua mientras espera a ser atendida en un hospital
Una mujer se rocía con un repelente para mosquitos hecho con vainilla y agua mientras espera a ser atendida en un hospital (Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved)

La indignación pública sigue aumentando y la escasez de repelente pasó de ser una molestia a una noticia de carácter nacional, por lo que el gobierno (ya ocupado con la altísima inflación y que enfrenta protestas casi diarias) tuvo que intervenir. Las autoridades anunciaron el jueves que levantarían las restricciones a la importación de repelentes fabricados en el extranjero para aumentar la oferta, y que la producción se aceleraría en los laboratorios locales.

En su primera aparición televisiva desde que inició el brote de dengue, el ministro de Salud, Mario Russo, declaró a la televisora local Telefé: “Nos comunicamos con los productores, quienes aseguraron que están trabajando a su máxima capacidad”. Cuando se le preguntó cómo pueden protegerse los argentinos mientras tanto, lanzó una advertencia que inmediatamente fue objeto de burlas en las redes sociales:

“Eviten usar shorts”, dijo.

El virus del dengue se ha extendido por toda Latinoamérica durante las últimas calurosas y húmedas semanas de verano en el hemisferio sur.

El virus transmitido por mosquitos ha sido endémico por mucho tiempo en países como Brasil y Colombia, pero los expertos afirman que el brote en Argentina significa que el mosquito Aedes aegypti ha ampliado su alcance. Según las autoridades de salud, se han registrado más de 180.500 casos de dengue en Argentina, incluyendo 129 muertes. Este número es seis veces más alto que el de la temporada pasada, que ya era la peor hasta la fecha.

Pacientes con síntomas de dengue esperan su turno en un hospital de Buenos Aires, Argentina
Pacientes con síntomas de dengue esperan su turno en un hospital de Buenos Aires, Argentina (Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved)

Los expertos en salud atribuyen esta oleada de dengue a múltiples factores, incluido el aumento en las temperaturas de los océanos por el fenómeno El Niño y el cambio climático. Asimismo, las recientes lluvias torrenciales que han inundado Buenos Aires han creado un ambiente ideal para la reproducción de los mosquitos.

Susana Lloveras, especialista en el Hospital de Infecciosas Francisco Javier Muñiz, explicó: “Los contagios no se detuvieron durante la temporada pasada porque los inviernos menos fríos son favorables para los mosquitos adultos. Es un problema de dimensiones preocupantes, ya que se genera mucha demanda para nuestro sistema de salud”.

El brote de dengue se ha agravado por la escasez nacional de repelente. Por otro lado, los opositores políticos del presidente libertario Javier Milei han aprovechado esta crisis para criticar sus medidas económicas liberales y su lucha contra los controles de precios.

En Buenos Aires, muchos farmacéuticos, hartos de responder preguntas sobre la disponibilidad de repelente, han optado por colocar letreros informando que no cuentan con el producto.

En un foro en la página web Reddit, en el que normalmente se discute sobre entradas para partidos de fútbol en Buenos Aires, muchos usuarios ahora conversan sobre dónde conseguir el escaso repelente. “Estoy dispuesto a pagar mucho”, publicó el jueves un usuario del noroeste de Argentina.

Desde el mes de febrero, los mayoristas han aumentado los precios y algunos argentinos han empezado a acumular reservas de repelente para revenderlo cuando se acabe en las tiendas. La mayor parte de las cremas y sprays antimosquitos ahora tienen un costo de entre USD 20 y 40, entre cinco y 10 veces más alto que el precio original del mercado.

“Es inaceptable”, expresó Adrián Contrares, de 53 años, quien vende souvenirs gauchescos en un parque de su barrio, ubicado al norte de Buenos Aires. “Estamos hablando de un día completo de sueldo. ¿Quién puede permitirse eso? ¿Quién haría ese gasto?”

Contrares es uno de los muchos argentinos que están recurriendo a métodos caseros para mantener a raya a los insectos. Quema cartones de huevo y arroja varitas de incienso de citronela en las pequeñas hogueras. Pablo Vulgo, panadero de 60 años, por su parte asegura que el humo es el mejor repelente natural. Un niño de 8 años que pasaba en su bicicleta se unió a la conversación, y comentó que su madre usaba una mezcla de café molido y dientes de ajo para espantar a los insectos.

El ministro de Salud de Buenos Aires, Fernán Quirós, organizó la semana pasada un taller de prevención del dengue en una populosa barriada donde las condiciones sanitarias son pobres y los mosquitos abundan. Videos en Instagram lo muestran explicando cómo elaborar un repelente casero que requiere grandes cantidades de hierbas y aceite esencial hervido, dos ingredientes que superan con mucho el poder adquisitivo de los habitantes del barrio.

¿Y el paso final?: “Cubrir la preparación y dejarla reposar por 40 días”.

Traducción de Sara Pignatiello

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