Biden ilusiona y brinda esperanza a inmigrantes sin permiso de residencia

“Estamos en nuestra casa”, dice una mujer joven en la primera publicidad, que se mostró como parte de los inmigrantes que desempeñan trabajos esenciales, como limpieza y servicios de salud

AP Noticias
Martes, 26 de enero de 2021 11:33 EST
¿Cómo afectará a México la llegada de Biden a la Casa Blanca?

Alentados por la llegada de una administración demócrata, con el control de las dos cámaras legislativas, los activistas a favor de la causa de los inmigrantes se preparan para nuevas batallas en las que tratarán de dar impulso a la propuesta del presidente Joe Biden que podría abrir las puertas a la naturalización de 11 millones de personas.

Organizaciones nacionales como United We Dream y la United Farm Workers Foundation lanzaron el lunes una millonaria campaña a través del hashtag #WeAreHome (#Estamosencasa) que ya empezó a publicar avisos en Facebook y otras redes sociales con el fin de presionar a los legisladores a que apoyen la medida.

“Estamos en nuestra casa”, dice una mujer joven en la primera publicidad, que muestra a inmigrantes que desempeñan trabajos esenciales, como limpieza y servicios de salud. “En casa, a pesar de que dicen que no somos de aquí”.

Las posibilidades de que la propuesta de Biden prospere son remotas. La inmigración sigue siendo un tema muy divisivo y los republicanos han dicho que se opondrán a la iniciativa. Los demócratas tienen 50 de las 100 bancas en el Senado y el voto de la vicepresidenta Kamala Harris, pero necesitan al menos 60 votos para que la ley sea aprobada.

La oposición al proyecto anuncia también una campaña para frenarlo, con avisos en la radio y la televisión. Y dicen que escribirán cartas y mantendrán encuentros virtuales con los legisladores.

Los activistas, no obstante, disfrutan con la llegada del nuevo gobierno y el creciente apoyo del público a la idea de permitir la naturalización de las personas con un status inmigratorio irregular. Destacan asimismo que ya tienen más experiencia en estas batallas.

“El movimiento maduró”, declaró Lorella Praeli, una peruana que es copresidenta de Community Change, una de las organizaciones nacionales que impulsan la campaña. “Es más diverso y está más fogueado”.

Praeli, quien tiene 28 años, fue traída a Estados Unidos a los diez años diez para recibir tratamimento médico después de perder una pierna en un accidente. Milita en la causa de los inmigrantes desde la adolescencia.

Fue enlace de la campaña presidencial de Hillary Clinton con la comunidad hispana y habló durante la convención nacional demócrata del 2016.

Afirmó que la batalla se libra a varios niveles, desde las organizaciones comunitarias de base hasta el cabildeo en el Congreso. Las organizaciones participantes costearán la campaña con sus propios fondos y con la ayuda del New Venture Fund, una agrupación sin fines de lucro.

“Necesitamos progresos rápidos en el tema de la inmigración”, manifestó Praeli. “Tenemos 100 días para marcar la pauta”.

Patrice Lawrence, jamaiquino codirector ejecutivo de UndocuBlackNetwork, dijo que la campaña representa a todos los inmigrantes, “sin importar el color de nuestra piel, dónde vivimos, si trabajamos, cómo rezamos o qué edad tenemos”.

Glo H. Choi, del National Korean American Service & Education Consortium, dijo que es hora de que se apruebe una reforma integral a las leyes de inmigración.

“Las medidas temporales del pasado solo postergaron las cosas”, manifestó la activista de Chicago, quien fue traída al país de Corea del Sur de niña.

La campaña da esperanzas a inmigrantes como Daniela Murguía, una mexicana que se graduó de la Universidad de Washington y vive en Renton, un suburbio de Seattle. Su familia la trajo al país en el 2008, cuando tenía 11 años, y no tiene permiso de residencia ni protección legal alguna. Ayudó a recaudar millones de dólares para inmigrantes sin papeles en medio de la pandemia del coronavirus y luchó para incluir esa ayuda en el presupuesto del estado.

Bajo el proyecto de Biden, la mayoría de las personas como Murguía deberán esperar ocho años para naturalizarse. Pero quienes se acogieron al programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), quienes tienen un status de protección temporal tras escaparle a la violencia de sus países y los trabajadores del campo esperarían solo tres años. La iniciativa incluye protecciones para otros tipos de inmigrantes también.

Los opositores a la iniciativa dicen que después de la amnistía de 1986 de Ronald Reagan a casi tres millones de inmigrantes llegaron muchos más. El control de los cruces ilegales, no obstante, mejoró mucho desde entonces y la propuesta de Biden contempla más tecnología en los cruces por tierra, los aeropuertos y los puertos, así como la suspensión de la construcción de un muro en la frontera con México que tanto promovió su predecesor Donald Trump.

El senador republicano Tom Cotton, quien apoyó el muro y favorece leyes inmigratorias más restrictivas, considera que la propuesta crearía “fronteras abiertas”. Sostiene que “no toma en cuenta la salud y la seguridad de los estadounidenses ni la aplicación de las leyes” sobre el tema.

La Federation for American Immigration Reform, contraria al proyecto, también estima que el proyecto equivale a una amnistía.

“No solo premiaría a todos los que violaron nuestras leyes de inmigración en el pasado, sino que induciría a que millones más vengan ilegalmente”, se quejó R.J. Hauman, jefe de la unidad a cargo de las relaciones gubernamentales. “A cambio de absolutamente nada”.

El subdirector de NumbersUSA Chris Chmielenski cree que Biden puede sentirse en deuda con los activistas que lo ayudaron a llegar a la Casa Blanca. Su organización promueve una inmigración más restringida.

“Creo que (el proyecto) no tiene la menor posibilidad de ser aprobado”, expresó.

Los activistas, no obstante, tienen a su favor un cambio en la opinión pública.

Siete de cada diez votantes dicen que prefieren ofrecer a los inmigrantes sin papeles la oportunidad de regularizar su status inmigratorio, según un estudio de noviembre de AP VoteCast. El estudio involucró a 110.000 votantes e indicó que nueve de cada diez personas que votaron por Biden y la mitad de los que votaron por Trump quieren legalizar de algún modo a los inmigrantes sin permiso de residencia.

Veteranos activistas como Dolores Huerta, cofundadora del sindicato United Farm Workers que ahora dirige su propia fundación, dijeron que la campaña a favor de una reforma se beneficiará de las dramáticas historias de los niños separados de sus padres durante la gestión de Trump.

“Creo que eso va a marcar la diferencia”, manifestó Huerta. “Cuando la gente se dé cuenta de que esto es lo justo, nos apoyará”.

Los inmigrantes dicen que la propuesta de reemplazar la palabra “alien” (extranjero) por “no ciudadano” ya los hace sentirse mejor.

“Me da más esperanza, más confianza”, declaró Melissa Laratte, de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas, otra organización que apoya la campaña. Llegó a Miami con un hijo pequeño hace dos años en busca de asilo por pertenecer a una agrupación opositora en Haití y sentirse perseguida.

“Están tratando de ayudarnos”, agregó.

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Snow informó desde Phoenix. Las reporteras de la Associated Press Claudia Torrens (Nueva York) y Gisela Salomón (Miami) colaboraron en este despacho.

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