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¿Nadar en aguas abiertas ayuda a combatir la depresión?

Si el estudio tiene éxito, esta actividad física se puede llegar a implementar como un tratamiento rentable y factible para la depresión

Anahita Hossein-Pour
Miércoles, 27 de marzo de 2024 10:06 EDT
Nadadoras en Thorpe Bay, en la región de Essex, Inglaterra
Nadadoras en Thorpe Bay, en la región de Essex, Inglaterra (PA)
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Un grupo de investigadores están buscando reclutar a cientos de participantes para el primer estudio a gran escala que determinará si nadar al aire libre puede reducir los síntomas de depresión.

Según expertos, en los últimos años, han surgido evidencias de que la natación en aguas abiertas podría ser beneficiosa para la salud, y en particular para la salud mental.

Uno de cada 10 adultos sufría de depresión moderada a severa en el Reino Unido antes de la pandemia de covid-19; este número aumentó a casi uno de cada cinco entre marzo y junio del año 2020, durante la crisis sanitaria.

Esta convocatoria a participar en el estudio sigue a un ensayo clínico que se llevó a cabo el año pasado sobre los beneficios de esta actividad física para los adultos con depresión.

Expertos de la Universidad de Portsmouth y el Sussex Partnership NHS Foundation Trust (un proveedor de servicios sanitarios creado específicamente para prestar servicios hospitalarios y comunitarios) trabajaron con 87 personas con problemas de salud mental para incluirlas en el proyecto y mantenerlas involucradas hasta el fin del programa.

Este es el primer ensayo a gran escala para conocer si el nado en aguas abiertas tiene efectos positivos en personas con depresión.

Clara Strauss, que trabaja para un proveedor de servicios sanitarios para el sistema nacional de salud en Inglaterra

La doctora Heather Massey, quien codirige el nuevo estudio, afirmó que los resultados iniciales eran “muy prometedores”.

La también profesora numeraria de la Universidad de Portsmouth explicó: “Vimos una reducción en los síntomas de depresión y ansiedad en el grupo que hacía nado al aire libre, en contraste con el grupo de control. Dentro del primer grupo, una cantidad menor de personas buscó terapia para la depresión luego del tratamiento y durante el seguimiento.

También disminuyó en promedio el uso de antidepresivos y píldoras para dormir.

Ahora queremos averiguar si un ensayo de control aleatorio a gran escala puede producir los mismos resultados. Si logramos demostrar que el nado en aguas abiertas es un tratamiento para la depresión viable y asequible, se podría implementar en todo el Reino Unido”.

El nuevo estudio, llamado Outside (Afuera), se llevará a cabo en 15 localidades en Inglaterra durante dos años y medio. Busca determinar si realizar un curso de esta disciplina podría ser beneficioso para personas con depresión leve a moderada.

Los investigadores analizarán si esta actividad logra reducir los síntomas de depresión y ansiedad durante las 38 semanas que siguen al ensayo.

También indagarán si mejora la facultad de atención plena en los pacientes, y si es seguro y rentable aplicarla como tratamiento.

Richard Williams formó parte del primer estudio realizado en los lagos Lenches de la ciudad de Evensham. Williams tenía años sufriendo de depresión y ansiedad, y en 2022 intentó quitarse la vida.

“Estaba en el peor momento de mi vida, y me sentía completamente solo”, relató el hombre de 41 años.

Agregó: “Luego de tocar fondo decidí contactar a la fundación Samaritans y un tiempo después ya estaba listo para ir a casa e intentar recuperarme. Comencé a hacer terapia, y así fue como me enteré del estudio sobre inmersión en agua fría”.

A continuación, afirmó: “Mi vida cambió por completo. Nado dos veces a la semana, me meto en una bañera fría todos los días, e incluso me registré para participar en un triatlón Ironman. Pasé de ser un alcohólico en recuperación y un ermitaño a desarrollar todo mi potencial, además de buscar ayudar a otros y difundir este descubrimiento”.

Se organizarán sesiones de natación en el marco de este proyecto en varias localidades del Reino Unido.

Las sesiones se llevarán a cabo en el mar, lagos, y piscinas exteriores semiclimatizadas.

 “Este es el primer ensayo de su tipo que permitirá esclarecer si la natación en aguas abiertas es beneficiosa para personas con depresión”, explicó Clara Strauss, subdirectora de investigación del Sussex Partnership.

Añadió: “Si lo es, esto podría ampliar el abanico de opciones para quienes están buscando una recuperación”.

Traducción de Sara Pignatiello

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