A sus 46 años, skater sudafricano finalmente asombra a mamá
A sus 46 años, el segundo skater de mayor edad en Tokio 2020 esperar no sufrir un ataque cardíaco y divertirse como niño
A sus 46 años, el segundo skater de mayor edad en Tokio 2020 esperar no sufrir un ataque cardíaco y divertirse como niño.
No debería ser un problema. La diversión ha sido el trabajo de toda una vida para Dallas Oberholzer.
“Nunca he tenido un trabajo real. Nunca he solicitado un trabajo”, declaró. “Toda mi vida ha sido patinar. Soy un adicto”.
Las jóvenes estrellas del skate, con sus patrocinios y sus nombres en las tablas, tienen mejores trucos y más seguidores en Instagram que el veterano sudafricano de barba entrecanosa. Oberholzer no espera derrotarlos una vez que vayan rueda a rueda esta semana en el parque de skate de Tokio.
Pero Oberholzer tiene anécdotas fabulosas resultado de una existencia nómada y cuatro rechinantes ruedas de poliuretano. Si el skate es la disciplina punk rock de los Juegos Olímpicos, poco convencional pero sin tomarse muy en serio, entonces Oberholzer es su Iggy Pop — áspero, salvaje y un tanto desgastado, alguien que puede hablar durante horas.
De lo que sea.
De aquella vez en que trabajó como chofer en conciertos y le tocó llevar a los bailarines de Janet Jackson O de su viaje de 16 meses desde Canadá hasta Argentina después de graduarse de la universidad con un título en publicidad que pronto descubrió que no le servía de mucho.
“Una colección de experiencias”, es como se describe a sí mismo. Otra definición podría ser: La insignia de las personas de mediana edad en todo el mundo, portando el estandarte de la Generación X en una competencia ante las Generaciones Y y Z.
“No voy a ganar. No voy a recibir una medalla", asegura. “Pero soy el mejor en África en verdad. Y el mejor tipo de África tiene que ir a los Olímpicos”.
“Es increíblemente épico”, continúa. “Es un viaje con todos los gastos pagados y patinaré en el mejor parque en el que haya patinado en toda mi vida”.
Únicamente Rune Glifberg, mejor conocido como “El Destructor Danés”, también de 46 años, es mayor que él por ocho meses.
En la competencia varonil de parque el jueves, Oberholzer y Glifberg — con sus mechones de cabello blanco asomándose — se enfrentarán a skaters de menos de la mitad de su edad.
El evento femenino del miércoles tiene a skaters incluso más jóvenes: La japonesa Kokona Hiraki tiene apenas 12. En el evento de calle de la primera semana, tres adolescentes, de 13, 13 y 16 años, se colgaron el oro, la plata y el bronce.
“No tengo nada que perder y nada que demostrar. Sé que tengo 46 años y todo lo que necesito hacer es mantener un buen ritmo cardíaco para mantenerme en la tabla por 45 segundos”, dijo Oberholzer. “Estaré sonriendo, amigo. Eso espero. Si no es porque tengo un leve infarto cardíaco”.
Pero nada de lo que ha hecho ha impresionado a su mamá, Linda, como obtener un boleto a Juegos Olímpicos.
“Finalmente mi mamá está contenta con las decisiones que tomé en la vida. ¿Saben lo bien que se siente? Le tomó todo este tiempo a mi mamá aceptar que esto es lo que hago con la vida”, declara. “Probablemente eso es lo mejor de todo esto, que mi mamá finalmente diga ‘Wow’”.