EEUU: ¿Volverá a sobrevivir el fallo del caso Roe vs. Wade?
No es la primera vez que está en duda la suerte del derecho al aborto en EEUU, esperando una decisión de la Corte Suprema
No es la primera vez que está en duda la suerte del derecho al aborto en Estados Unidos, esperando una decisión de la Corte Suprema
Hace casi 30 años, el máximo tribunal se quedó a un voto de anular el histórico fallo del caso Roe vs. Wade de 1973 que despenalizó el aborto en el país y devolvió a los estados la autoridad para restringir la interrupción del embarazo, sin prohibirlo.
Esta vez, sin embargo, podría revocarse el fallo sobre el caso Roe, como lo dejaron entrever el miércoles los jueces conservadores en sus argumentaciones. Asimismo, el fallo histórico también podría resultar significativamente disminuido, pero sin llegar a morir, cuando la Corte se pronuncie —probablemente a finales de junio— sobre la prohibición de Mississipi a los abortos a partir de las 15 semanas de embarazo.
Con John Roberts como el juez presidente, la Corte ha emitido a lo largo de los años varias sentencias que resolvieron casos importantes en formas sorprendentes. Roberts fue quien aportó la opinión que salvó por un solo voto la Ley de Salud Asequible en 2012.
Sin embargo, la severa derrota que sufrieron los conservadores en 1992, cuando la Corte ratificó en forma imprevista el fallo de Roe al pronunciarse sobre el caso de Planned Parenthood vs Casey, contribuyó en cierta manera a la conformación de un tribunal que parece menos propenso a llegar a un punto medio sobre el aborto.
“El asunto Casey fortaleció el deseo del movimiento antiaborto y de los conservadores de garantizar que no hubiera más jueces que parecieran conservadores pero que no votaran de manera conservadora”, dijo Suzanna Sherry, profesora en la Facultad de Derecho de la Universidad Vanderbilt.
Incluso la Corte ha cambiado durante el período de Roberts, como resultado de los tres jueces nombrados por el otrora presidente Donald Trump a los que investigó a fondo un movimiento legal conservador activo y exigente.
Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett tienen un largo historial conservador como jueces, o en el caso de Barret como académica antes de convertirse en jueza. Gorsuch y Kavanaugh trabajaron en el gobierno del presidente George W. Bush.
Y no se trata sólo del aborto. Los jueces podrían ampliar los derechos sobre la posesión de armas y la libertad religiosa antes de que concluya el periodo, y el futuro de la Acción Afirmativa (igualdad de oportunidades) en las admisiones en las universidades también estará a consideración de la Corte el año entrante.
Las cortes que resolvieron los casos Roe y Casey tuvieron jueces “muy alejados de las filosofías judiciales y los enfoques de la Corte actual”, opinó Sherif Girgis, un profesor de Derecho en Notre Dame.
Melissa Murray, una profesora de Derecho en la Universidad de Nueva York, dijo que los nuevos jueces han adoptado “un tipo de conservadurismo que no admite dar concesiones. Es inflexible en su pureza”.
Con una mayoría conservadora de 6-3, la Corte ha abordado casos, como las actuales controversias sobre el aborto y las armas de fuego, que había pasado por alto antes de la llegada de los tres jueces nombrados por Trump.
Hasta 2018, cinco jueces votaban sistemáticamente a favor de proteger el derecho al aborto: cuatro liberales y el juez Anthony Kennedy, el voto decisivo.
Incluso cuando Kennedy se retiró y lo sustituyó Kavanaugh, quedaban cuatro votos liberales, y Roberts, preocupado de la percepción de que la Corte bajo su presidencia actuaba como una institución política, parecía renuente a hacer grandes cambios sobre el aborto. De hecho, Roberts escribió la opinión de la mayoría el año pasado que derogó una ley en Luisiana que regulaba a las clínicas de abortos.
Entonces falleció la jueza Ruth Bader Ginsburg en septiembre de 2020 y la sustituyó Barret, justo antes de que Trump perdiera la reelección.
Si Roberts tiene la intención de encontrar una solución al caso de Mississippi sin anular explícitamente los fallos en los casos Roe y Casey, posiblemente necesitará el respaldo de al menos uno de los jueces nombrados por Trump.
Sin embargo, durante la argumentación del miércoles, Girgis indicó que fue especialmente notable que “a nadie pareció interesarle el punto intermedio del juez presidente”.
Murray admitió que Roberts pareció “totalmente solo” el miércoles, sin posibilidades de aprovechar el interés en la preocupación sobre la Corte como una institución para negociar algún tipo de acuerdo.
Por su parte, Sherry pensó haber escuchado los elementos para un fallo que deje intacto el asunto de Roe pero que elimine el tema de la viabilidad fetal —a alrededor de las 24 semanas de embarazo— como el punto antes del cual los estados no pueden prohibir el aborto.
Tal resultado constituiría un cambio radical en la ley sobre el aborto, opinó Murray, aunque ella reconoció que “en algunos sectores sería elogiado como un acuerdo, si no es que como una victoria”.
Las argumentaciones en la Corte Suprema pueden brindar un vistazo al pensamiento de los jueces, aunque ellos no siempre dan señales sobre el resultado final. Tras bambalinas, los jueces pueden pasar meses elaborando opiniones. Ocasionalmente, a medida que avanza la redacción, los votos pueden cambiar.
Ya ocurrió en 1992, cuando Kennedy se sumó a la jueza Sandra Day O’Connor y al juez David Souter para formar un trío —sorprendentemente nombrado por republicanos— que elaboró la parte central de la opinión de la corte que ratificó el derecho al aborto, aun cuando concedió mayor libertad a los estados para regular la práctica.
Sin embargo, que eso haya sucedido antes no significa que ocurrirá esta vez.
“Es demasiado pronto para inferir, a partir del rumbo tomado por esos casos antes, que el actual irá en la misma dirección”, declaró Girgis.