Alemania recuerda 75 aniversario de juicios a los nazis
Hace 75 años, el banquillo de la Sala 600 del Palacio de Justicia de Nuremberg estaba abarrotado por algunas de las figuras más tristemente célebres del siglo XX: Hermann Goering, Rudolf Hess, Joachim von Ribbentrop y otros 18 jerarcas nazis
Hace 75 años, el banquillo de la Sala 600 del Palacio de Justicia de Nuremberg estaba abarrotado por algunas de las figuras más tristemente célebres del siglo XX: Hermann Goering, Rudolf Hess, Joachim von Ribbentrop y otros 18 jerarcas nazis.
Todavía no se los llamaba criminales de guerra: la acusación no existía antes del inicio de los juicios de Nuremberg el 20 de noviembre de 1945, en lo que se considera el inicio de una nueva era en el derecho internacional.
Los procesos abrieron caminos al declarar a jerarcas del gobierno responsables individualmente de la agresión y la masacre de millones de inocentes. Además del concepto de crímenes de guerra, crearon los de crímenes contra la paz, guerra de agresión y crímenes contra la humanidad, cuyo legado está vivo hoy en la Corte Penal Internacional.
Nuremberg era la ciudad donde se realizaban los actos nazis a la luz de las antorchas y donde Adolf Hitler promulgó las leyes raciales de 1935 que dieron lugar al Holocausto.
El famoso filme de propaganda de la cineasta Leni Riefenstahl “El triunfo de la voluntad”, con sus amplias tomas aéreas y otras técnicas novedosas, llevó el congreso del Partido Nazi de 1934 en Nuremberg al mundo. Los jerarcas hablaban ante enormes multitudes en la Arena Luitpold y el Campo Zeppelin de la ciudad bávara. Los nazis iniciaron la construcción de la Sala de los Congresos, pero nunca la completaron y el edificio aloja hoy un centro de documentación sobre la historia de Nuremberg durante la era nazi.
La decisión de utilizar el Palacio de Justicia de la ciudad para los juicios fue más pragmática que simbólica, ya que era uno de los pocos edificios grandes no dañados por los bombardeos de los Aliados.
Las declaraciones de cientos de testigos ocuparon 218 días. Uno de ellos era Rudolf Hoess, comandante del campo de exterminio de Auschwitz, quien “reaccionó ante la orden de masacrar a seres humanos como si hubiera sido una orden de derribar árboles”, escribió el fiscal estadounidense Whitney R. Harris.
Los fiscales también pudieron recurrir a los minuciosos archivos nazis con sus documentos que “ponían al desnudo el mecanismo de la conspiración alemana”, según escribió desde el tribunal el corresponsal de The Associated Press Daniel De Luce.
El 1 de octubre de 1946, Goering, jefe de la fuerza aérea y mano derecha de Hitler, fue condenado a muerte con otros 11 jerarcas, entre ellos Martin Bormann, el segundo de Hitler, juzgado en ausencia. Se sabe hoy que Bormann murió en Berlín en 1945 cuando trataba de huir ante el avance soviético. Otros siete fueron condenados a largas penas de prisión y tres fueron absueltos.
Quince días después, los condenados fueron ahorcados en la prisión adyacente al tribunal, salvo Goering, que se suicidó la noche anterior con una píldora de veneno.
Uno de los últimos testigos sobrevivientes del juicio, Emilio DiPalma, murió hace unos meses debido al COVID-19, que contrajo en el hogar para ancianos donde residía en Massachusetts.
Después de combatir a los alemanes en el frente durante la guerra, DiPalma se encontró a sus 19 años revistando como guardia en el tribunal, de pie junto al banquillo de los testigos mientras se interrogaba a los secuaces de Hitler sobre sus atrocidades.
“Hasta el día de hoy, me resulta difícil creer que un ser humano pudiera hacerle cosas tan crueles a otro”, escribió en sus memorias.
La ciudad de Nuremberg recordará el aniversario en la Sala 600 el viernes, en una ceremonia donde el invitado de honor será el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier. Debido al coronavirus estará vedada al público, pero se la transmitirá por internet con traducción al inglés.