Alianza Europa-Sudamérica podría poder de la FIFA
La alianza entre las confederaciones de Europa y Sudamérica, las dos más poderosas del fútbol se consolida con la apertura de una oficina conjunta en Londres
En una pequeña oficina en el acaudalado barrio londinense de Mayfair, el dominioi de la FIFA fue erosionado con un apretón de manos y una modesta inauguración.
La alianza entre las confederaciones de Europa y Sudamérica, las dos más poderosas del fútbol se consolidó el lunes con la apertura de una oficina conjunta. Al mismo tiempo, el presidente de la FIFA Gianni Infantino ha visto colapsar su empeño por crear un Mundial bienal.
El rechazo para duplicar la frecuencia del Mundial tuvo como líderes al presidente de la UEFA Aleksander Ceferin y a su contraparte de la CONMEBOL Alejandro Domínguez, quienes brindaron por su unión al abrir la oficina.
Sin tener empleados aún, la oficina abre sus puertas justo para el lanzamiento de un partido que mostraría que las competiciones intercontinentales se pueden organizar sin la participación de la FIFA. El debut de la Finalísima — un duelo de los campeones de Europa y Sudamérica — tendrá a Italia y Argentina como rivales en el Estadio Wembley del norte de Londres en junio.
En discursos ante una pequeña audiencia de presidentes de federaciones nacionales de Europa y Sudáfrica, Ceferin y Domínguez pusieron énfasis en que su colaboración no responde a motivaciones económicas.
“Es un día histórico para el fútbol, para todo el mundo”, dijo el paraguayo Domínguez. “No hay codicia. No hay egoísmo. Es en beneficio de todo el mundo.. Aquí estamos por el bien del deporte que amamos".
También aprieta el vínculo entre los únicos continentes cuyas selecciones han ganado la Copa Mundial.
“Es un día grandioso para el fútbol”, dijo Ceferin. “Cuando se trata de los únicos dos campeones del Mundial es algo grande. Creo que Europa necesita a Sudamérica y Sudamérica necesita a Europa”.
Ceferin resaltó el deseo de que la alianza beneficie a las otras confederaciones.
“No somos egoístas", dijo. “Esto es para el desarrollo del fútbol. Tenemos la disposición de colaborar con todo el mundo. No busca ir contra nadie. Pero necesitamos este cooperación e iniciar esta travesía".
La travesía tuvo ya a la UEFA y la CONMEBOL oponiéndose al Mundial bienal, al extremo de amenazar con boicotearlos si la FIFA seguía insistiendo.
Después del fallido intento, la FIFA y Infantino se han distanciado del proyecto y trasladado la responsabilidad a sus miembros por respaldar un plan propuesto por Arabia Saudita.
“La FIFA no propuso un Mundial bienal", dijo Infantino en el Congreso de la FIFA en Qatar la semana pasada, luego de haber promovido la iniciativa.
“La FIFA llegó a la conclusión de que sería viable, que tendría ciertas repercusiones e impactos", añadió.
Infantino dio marcha atrás luego de meses de agudas críticas de Ceferin y Domínguez al ver amenazados los intereses de sus torneos continentales, además de afectar el fútbol femenino e incrementar la carga de los futbolistas.
Al formalizarse el nexo UEFA-CONMEBOL, los continentes también dan paso por montar un torneo propio al expandir la Liga de Naciones de Europa, incluyendo a selecciones de Sudamérica.
Semejante plan irritaría a otras confederaciones, como la del Norte, Centroamérica y el Caribe.
El presidente de la CONCACAF Victor Montagliani, partidario de una Liga de Naciones Global que tenga en cuenta a sus selecciones, expresó recelo por el poder que sigue adquiriendo la UEFA.
“Si el fútbol tienen que ser auténticamente global, no se puede tener una situación que se rebelan contra un Superliga en Europa, pero está bien tener una súper confederación", dijo Montagliani durante el sorteo del Mundial en Qatar la semana pasada. “¿Qué se supone que el resto debemos hacer? Toquetearnos los dedos y ver partir a jugadores y capital a Europa? Eso no puede ser así”.
Infantino no viajó a Londres, optando por acudir a un evento en Florencia, Italia.
El dirigente suizo-italiano se enfoca ahora en su reelección como presidente de la FIFA, candidatura que lanzó la semana pasada tras unos siete primeros años marcados por divisiones y abortados planes para cambiar el formato de varios torneos.