Chilena Cecilia Vicuña protagoniza muestra en el Guggenheim
El trabajo de la artista Cecilia Vicuña es el foco de la nueva exposición que el museo Guggenheim de Nueva York inaugura y que explora la identidad de esta artista chilena, que se dibujó a ella misma en muchas de sus obras
La obra la artista Cecilia Vicuña es el foco de la nueva exposición que el museo Guggenheim de Nueva York inaugura el viernes y que explora la identidad de esta artista chilena y su llamado a preservar el planeta.
La muestra, llamada “Spin, Spin Triangulene”, recorre algunos de los cuadros, textiles, filmes e instalaciones que la artista y poeta hizo desde finales de la década de 1960 hasta la actualidad, además de obras hechas específicamente para esta muestra. Su trabajo está expuesto a lo largo de los famosos pasillos circulares del Guggenheim, en esta su primera exposición en solitario en un museo de Nueva York y que ocurre a un mes de que la artista ganara el León de Oro en la Bienal de Venecia.
Vicuña dijo durante una entrevista con The Associated Press que le gustaría que la exposición invite a la gente "a sentir su propio ser" frente “a esta realidad que se está ocultando de nuestra extinción”.
“Si mi arte sirviera para que cada ser sienta porque ya no es una cuestión de decir, ahora es cuestión de sentir. Solamente a través de sentir, nos podemos movilizar a actuar diferente”, dijo la artista.
Una de las piezas más sorprendentes es la instalación “Quipu del exterminio”, que consiste en tres grupos de cuerdas de lana entrelazadas que caen desde el techo, con nudos y pequeños objetos pegados a ellas. El quipu, que significa nudo en quechua, era usado en civilizaciones andinas como un sistema de contabilidad, entre otras cosas.
Vicuña empezó a hacer quipus en la década de 1960 y los interpreta como “una respuesta poética ante las disparidades económicas, ecológicas y culturales”, asegura el Guggenheim. El año pasado la galería Tate Modern de Londres compró el “Quipu Womb” de la artista, un enorme conjunto de cuerdas de lana roja sin hilar, que cuelgan y representan la menstruación.
En sus piezas, llenas de color y mensajes políticos, Vicuña explora temas como la espiritualidad indígena, la memoria y sus propias vivencias como mujer y artista. Muchos de sus cuadros la muestran a ella, como “Autobiografía”, un cuadro de 1971 que la muestra en diferentes etapas de su vida.
“Ahora se ve como una exploración de la identidad, pero va mucho más allá que eso”, dijo Vicuña. “Va a la necesidad de una autonomía de la sensibilidad, y yo creo que ese es el origen de la libertad y es el origen también del poder creador porque esa creatividad no viene necesariamente de uno, sino de un abrirse a oír, y sentir lo que realmente está sucediendo, no solamente en uno, sino en lo que uno percibe, la tierra, el viento, el agua, los demás seres”.
Vicuña nació en 1948 en Santiago de Chile, en una familia de artistas y estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Tras el golpe de estado de Augusto Pinochet en 1973, permaneció en Londres, donde estudió y plasmó su activismo político en su arte, al dibujar a figuras como Karl Marx o inspirarse en el arte popular andino, que ella sentía estaba bajo ataque. Tras vivir en Bogotá unos años, se instaló en Nueva York en 1980, donde ha residido hasta ahora.
El Guggenheim también muestra obras como "La mulata costeña de Colombia", de 1977, sobre el conflicto armado en Colombia y “Liderezas” creado este año, y que muestra los rostros de cinco líderes indígenas que Vicuña admira.
La exposición también aborda la faceta de Vicuña como poeta y activista a través de textiles y obra en papel que la artista llama “Palabrarmas”, o mensajes como “Unir a todos el pueblo contra la dictadura” plasmados en dibujos.
La artista ha sido elegida para crear la siguiente Comisión Hyundai para el Turbine Hall del museo Tate Modern de Londres, uno de los encargos más prestigiosos en el mundo del arte.