Cierran los centros de votación en elecciones de Bosnia

Las casillas cerraron el domingo en los comicios de Bosnia, en los que los votantes eligieron nuevos gobernantes de entre una serie de candidatos sectarios y sus rivales que se comprometieron a erradicar la corrupción y el clientelismo en el gobierno.

Momentos después de que comenzó el conteo de votos, el supervisor internacional para Bosnia, Christian Schmidt, anunció en un video publicado en YouTube una enmienda a la ley electoral del país “para garantizar la funcionalidad y la implementación oportuna de resultados electorales". Schmidt les aseguró a los ciudadanos que los cambios "no afectarán de ninguna manera" los votos emitidos el domingo en las elecciones en cuatro niveles del gobierno que forman parte de uno de los marcos institucionales más complicados del mundo.

El sistema de poderes compartido de Bosnia fue establecido en un acuerdo de paz impulsado por Estados Unidos que puso fin a la brutal guerra de 1992 a 1995 entre sus tres principales grupos étnicos —los bosnios musulmanes, los serbios ortodoxos y los croatas católicos_, al dividir al país en dos entidades altamente independientes.

Las entidades —una dirigida por los serbios y otra que comparten bosnios y croatas_, tienen una amplia autonomía, pero están ligadas por instituciones nacionales compartidas. Todas las acciones a nivel nacional requieren de un consenso entre los tres grupos étnicos.

El acuerdo también le otorgó una extensa autoridad al alto representante internacional, cargo que ocupa Schmidt actualmente, el cual incluye la capacidad para imponer leyes y despedir a funcionarios y servidores públicos que socaven el frágil equilibrio étnico del país.

Las elecciones del domingo incluyeron contiendas para elegir a los tres miembros de la presidencia compartida de Bosnia; diputados del Parlamento a nivel estatal, municipal y regional; y al presidente de la región del país que es manejada por los serbios.

La clase gobernante tradicional se enfrentó en estas elecciones a partidos que, a pesar de las diferencias ideológicas y, en ocasiones, agendas contradictorias, comparten la promesa de campaña de erradicar las redes de patronazgo y sancionar actos de corrupción dentro del gobierno.

La participación electoral el domingo fue del 50%, o un 2% menos que en los comicios generales de 2018.