Costa Rica a segunda ronda sin favorito para la presidencia
En medio de un gran desánimo, un sinfín de polémicas entre los candidatos y sin un claro favorito, Costa Rica definirá el domingo en una segunda ronda electoral quién será su presidente hasta 2026
En medio de un gran desánimo, un sinfín de polémicas entre los candidatos y sin un claro favorito, Costa Rica definirá el domingo en una segunda ronda electoral quién será su presidente hasta 2026.
Rodrigo Chaves, de Progreso Social Democrático, y José María Figueres, de Liberación Nacional, concluirán el 3 de abril dos meses de una campaña llena de ataques directos que no ha dejado en ventaja clara a ninguno, según las últimas encuestas.
El expresidente Figueres (1994-1998) ganó la primera ronda del 6 de febrero con el 27,8% de los votos seguido por el 16,7% de Chaves, quién se convirtió en la gran sorpresa de la elección. Para ganar la presidencia se requerían al menos 40% de los votos válidos emitidos.
Chaves, exministro de Hacienda del actual gobierno de Carlos Alvarado, logró sacudirse la mala imagen de la administración saliente para presentarse como la opción de “cambio”.
El político se volvió impermeable al descrédito que sufrió el oficialista Partido Acción Ciudadana, que quedó prácticamente borrado del mapa político costarricense al obtener sólo el 0,66% de los votos en la primera ronda y quedarse sin representantes en la Asamblea Legislativa.
Los problemas para Chaves vienen de su antiguo cargo como funcionario del Banco Mundial, donde fue acusado de comentarios lascivos y hasta de intentar besar a algunas de sus compañeras.
Como resultado de esas denuncias fue degradado en el Banco Mundial, se le congeló el salario y se le prohibió la entrada a las oficinas. Recientemente el Wall Street Journal aseguró que las denuncias también impidieron que fuera nombrado en la oficina del ente en Brasil.
Pese a que Chaves niega el acoso y asegura que fue absuelto, el caso se ha convertido en uno de los focos de cuestionamiento por parte de su rival junto a las investigaciones del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) a su partido por una presunta estructura paralela de financiamiento para la campaña.
Por su parte Figueres, representante del partido más longevo y que más veces ha gobernado Costa Rica -fundado por su padre, el caudillo José Figueres Ferrer- carga con el rechazo de un sector de la población que le reprocha su participación en el llamado caso ICE-Alcatel, en el que recibió 900.000 dólares por una consultoría para la firma de telefonía francesa.
De esa licitación se cuestiona la influencia política de Figueres, una vez que dejó el gobierno, para que Alcatel ganara la licitación, cosa que finalmente pasó, pero nunca se presentó una acusación formal en su contra.
A Figueres también se le reclama no haber vuelto al país durante más de 10 años cuando esos cuestionamientos surgieron mientras otros expresidentes sí enfrentaron juicios y prisión por casos similares.
Más recientemente enfrentó otra polémica por un viaje a República Dominicana en el que se reunió con el presidente de ese país y que también es investigado por el TSE por el origen de los fondos que costearon el avión privado que abordó.
Según la última encuesta del Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica realizada entre el 24 y el 28 de marzo, Chaves tiene el apoyo del 41% de los votantes y Figueres el 38%, por lo que se encuentran en un empate técnico. El margen de error del estudio es de 3,1 puntos porcentuales.
Ronald Alfaro, politólogo y coordinador de la encuesta, comentó que ambos candidatos cuentan con una mala imagen entre buena parte del electorado, al punto de que un tercio de los decididos a votar reconoce que no votará por un favorito sino en contra del que menos le agrada.
Alfaro explicó que cualquiera de los dos postulantes puede encabezar las preferencias pero con una diferencia tan corta que el pronóstico para el domingo es aún “reservado”, teniendo en cuenta que además hay un 18% de indecisos, según la encuesta.
Eduardo Molina, un comerciante de 41 años, está dentro de ese grupo de personas que reconocen la importancia del voto pero que a un par de días de la elección aún no se ha decidido. “Está muy difícil, la verdad es que ninguno de los candidatos me gusta, pero hay que ir a votar porque se decide el futuro del país”, dijo Molina a AP.
Xinia Badilla, un ama de casa de 35 años, aseguró que irá a votar pero prefirió no decir por quién. “Han hecho una campaña muy fea, sólo ataques y nada de propuestas. Yo tengo mi candidato ya, no es el que me gustaría, pero es que el otro que está me parece peor”, señaló.
A diferencia de la votación anterior, Costa Rica se encuentra en un momento favorable con respecto al COVID-19 con una drástica baja en la cantidad de casos y hospitalizaciones. Sin embargo, el pronóstico de los expertos es que el abstencionismo pueda ser mucho mayor al 40,2% que se registró en la primera ronda.