Cumbre muestra la visión de Biden para la lucha climática
La cumbre virtual climática en la que participaron más de 40 líderes mundiales ofreció detalles de cómo EEUU pudiera relanzar sus esfuerzos para ayudar a salvar el planeta, incluso con nuevas tecnologías
¿Qué aprendió el mundo de la cumbre climática convocada por el presidente estadounidense Joe Biden y su visión de la batalla para salvar el clima del planeta?
Durante dos días, Biden y su equipo de expertos climáticos presentaron sus argumentos de cómo el combate contra el calentamiento global no solamente puede evitar una amenaza existencial, sino que puede beneficiar a la economía estadounidense y del mundo.
La cumbre virtual contó con la participación de más de 40 líderes mundiales, cuyas opiniones fueron transmitidas a una audiencia global en internet. Ofreció nuevos detalles de cómo Estados Unidos pudiera buscar relanzar sus esfuerzos sobre el clima al tiempo que utiliza la acción internacional para generar nuevas tecnologías para ayudar a salvar el planeta.
Biden abrió la conferencia anunciando el objetivo de reducir hasta 52% de las emisiones estadounidenses de gas de invernadero para 2030: el doble del objetivo fijado por el presidente Barack Obama en el acuerdo climático de París de 2015. El objetivo del 2030 coloca a Estados Unidos en el primer nivel de países en cuanto a ambición climática.
“Ese objetivo sorprende, pero tiene que ser”, dijo Marshall Shepherd, climatólogo en la Universidad de Georgia. “Para avanzar contra la crisis del clima, necesitamos acciones atrevidas como esa, en lugar de acciones individuales o graduales solamente”.
Aunque los nuevos objetivos de Estados Unidos y otros recibieron mayormente elogios, son menos que lo que algunos científicos dicen que es necesario para evitar un aumento potencialmente desastroso de 1,5 grados Celsius en las temperaturas globales.
Bill Hare, director de Climate Analytics, un centro de estudios del clima con sede en Berlín, dijo que los cálculos de su equipo mostraban que Estados Unidos debe reducir sus emisiones en un 57% para el 2030 para mantenerse en un sendero de 1,5 Celsius. Dice que el nuevo objetivo es “una mejora realmente importante”, pero “no es suficiente”.
Aun así, la meta es ambiciosa y refleja las lecciones aprendidas, no solamente por Biden —vicepresidente durante el gobierno de Obama — sino por su equipo de colaboradores experimentados, entre ellos el enviado especial para el clima John Kerry y la asesora de la Casa Blanca Gina McCarthy. Ambos trabajaron también en el gobierno de Obama.
Biden y su equipo “absorbieron las lesiones de los años de Obama”, incluso ver los “tropezones” de la política exterior sobre el clima en una decepcionante cumbre en Copenhague en 2009, dijo Hare. “Lo que me sorprendió es lo rápido que ha avanzado esto”, menos de 100 días después que Biden asumió el cargo.
Biden, de 78 años y conocido como un político cauteloso y moderado durante cuatro décadas en la vida pública, ha mostrado como presidente una voluntad para actuar enérgicamente sobre asuntos que van desde el coronavirus hasta la inmigración.
“En muchas áreas él es mucho más atrevido que Obama, desde el arranque y ciertamente sobre el clima”, dijo Nathaniel Keohane, exasesor de Obama en la Casa Blanca que ahora es vicepresidente del Environmental Defense Fund, una organización para la defensa del ambiente.
El mensaje de la Casa Blanca es claro, añadió: “Estados Unidos está listo para hacerlo todo para combatir la crisis del clima”.
Al concluir la conferencia el viernes, Biden dijo que ahora ve las oportunidades en la batalla del clima como el lado positivo de un nubarrón que amenaza el futuro de mundo.
“Mi madre siempre decía cuando algo muy malo sucedía en la familia: ‘De todo lo malo, Joe, sale algo bueno’”, dijo Biden, cuya vida ha sido sacudida por tragedias muchas veces.
En el caso del clima, el bien que Biden espera que emerja es la oportunidad de reformar la economía global y crear millones de empleos en tecnología y energía limpia que serán necesarios para frenar el calentamiento global.
“¿Hay alguna otra cosa que puedan pensar que pudiera crear tantos trabajos para mediados del siglo XXI?”, preguntó.
La crisis del clima ha provisto además una oportunidad para que Estados Unidos trabaje junto con sus viejos rivales Rusia y China. Aunque Biden a menudo ha chocado con el presidente ruso Vladimir Putin éste habla ahora de cómo se puede capturar carbono desde el espacio”, dijo Biden.
Pese a sus divergencias, “dos naciones grandes pueden cooperar para conseguir un objetivo... que beneficie a todos”, dijo el mandatario estadounidense.
Los líderes mundiales elogiaron el reingreso de Estados Unidos al acuerdo de París y la decisión de Biden de organizar la cumbre.
“Estoy encantada de que Estados Unidos haya regresado... a las políticas climáticas, porque no puede haber dudas de que el mundo necesita su contribución si realmente queremos cumplir nuestros ambiciosos objetivos”, dijo a Biden la canciller alemana Angela Merkel.
Incluso después de cuatro años de inacción sobre los cambios climáticos bajo el gobierno del presidente Donald Trump, “Estados Unidos todavía tiene margen de maniobra”, comentó Alice Hill, académica para energía y ambiente en el Council on Foreign Relations, con sede en Washington. destacó la participación en la cumbre de líderes globales, tanto aliados como rivales, incluso Alemania, China, Rusia y Brasil.
Kerry, que ha trabajado en asuntos del clima a lo largo de su carrera como senador y secretario de Estado, dijo que los próximos 10 años son cruciales para desacelerar el calentamiento global “y evitar las peores consecuencias” de la crisis climática. “Ésta tiene que ser la década de decisión”, dijo.
Pero mientras Biden opta por actuar enérgicamente en el asunto, su plan enfrenta obstáculos, incluso la continua resistencia de los congresistas republicanos y la realidad de que los negocios están pasando trabajos para crear la tecnología necesaria a una escala costeable.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, ha rechazado planes de Biden, incluso un paquete de infraestructura de 2,3 billones de dólares, diciendo que son costosos e ineficaces.
La propuesta de ley de infraestructura incluye hasta un billón de dólares en gastos en energía limpia y cambio climático, incluso 500.000 estaciones de carga para vehículos eléctricos, la expansión de la energía solar y eólica y tecnología para capturar y almacenar carbono emitido por plantas de carbón. Unos 174.000 millones de dólares serían para producir más automóviles, autobuses y camiones eléctricos, 50.000 millones para hacer la infraestructura más resistente a la volatilidad meteorológica relacionada con el cambio climático y 100.000 millones para modernizar la red de electricidad.
El gobierno ha promovido la propuesta como “el plan de empleos estadounidenses” y Moody’s Analytics estima la creación de unos 2,7 millones de empleos.
Si no se adopta el paquete de medidas, los compromisos de Biden de reducir las emisiones a la mitad podrían verse condenados al fracaso, aunque los funcionarios dicen que se pueden conseguir avances sustanciales por medio de regulaciones administrativas de la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés), el Departamento del Transporte y otras agencias.
La Casa Blanca dice que los funcionarios seguirán en contacto con los republicanos y les recordarán que las ideas propuestas son populares entre una amplia gama de estadounidenses.
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El periodista de The Associated Press Josh Boak contribuyó a este reportaje.