Derrumbe aumentaría brecha de mercado inmobiliario
El derrumbe del edificio del barrio de Surfside podría aumentar la brecha que hay en el mercado inmobiliario de esta localidad considerada una alternativa tranquila a Miami
El derrumbe del edificio del barrio de Surfside podría agravar la división que ya hay entre los ricos que ocupan edificios de lujo, más seguros, construidos para las elites de todo el mundo y aquellos construidos hace décadas para la clase media.
En los últimos años surgieron numerosos condominios con unidades con vista al mar de más de 3.000 pies cuadrados (280 metros cuadrados), con piscinas, gimnasios y otros servicios modernos, que se venden por 10 millones de dólares o más. Estas construcciones conviven con pequeñas unidades de 800 pies cuadrados (75 metros cuadrados) en edificios construidos décadas atrás que cuestan unos 400.000 dólares.
Ana Bosovic, analista del mercado de bienes raíces del sur de la Florida, dijo que el derrumbe del 24 de junio de las Champlain Towers South, edificio para la clase media construido hace 40 años, puede aumentar esa división. Al menos 36 personas hay muerto y hay más de 100 desaparecidas.
Bosovis dijo que ahora mucha gente evitará comprar edificios viejos, no solo por el temor de que se puedan venir abajo sino también por los costos asociados con su modernización para cumplir con los nuevos códigos de la construcción: En el caso de las torres Chaplain South, los costos de la renovación eran de 80.000 a 300.000 dólares por unidad. Estos factores harán que los edificios viejos pierdan valor y los precios de los de lujo sigan subiendo.
“La gente con dinero que se instala aquí nunca consideró los edificios viejos. Compran las estructuras más nuevas y obras en construcción, y no creo que esto afecte su apetito” por esos edificios, expresó Bosovic, fundador de Analytics Miami. “Pero esto hará que bajen las ventas de estructuras viejas y aumente la brecha en el mercado”.
Antes de la tragedia de las Champlain Towers South, Surfside tenía unos 6.000 residentes en un área de 1,3 kilómetros cuadrados (media milla cuadrada), en una isla frente a Miami. Era una municipalidad de la que no se hablaba mucho, aunque en enero Ivanka Trump y su esposo Jared Kushner alquilaron un condominio de lujo en un edificio nuevo, a dos cuadras del que se vino abajo.
El barrio es conocido por sus playas limpias y un límite de 12 pisos para sus edificios. Su tranquilidad contrasta con el movimiento de las vecinas Miami Beach con su intensa vida nocturna, y Bal Harbour, con sus negocios caros. Ambos tienen edificios dos y tres veces más altos que los de Surfside.
El alcalde Charles Burkett dijo que el barrio ha vivido grandes vaivenes emocionales desde el derrumbe. La demolición de lo que quedaba de la estructura y la tormenta Elsa, con fuertes vientos y lluvias, aumentaron las penurias de los residentes.
“Hemos enfrentado innumerables retos, pero todos tiramos para el mismo lado”, expresó Burkett.
Ryan Mermer vino a Surfside este año desde el condado de Palm Beach, atraído por su tranquilidad, su proximidad a Miami y su gran comunidad judía ortodoxa. Los sábados buena parte del barrio cierra por el sabbath, con excepción de las tiendas de cadenas. En Surfside vivió Isaac Bashevis Singer, poeta y cuentista en yidish que ganó el Premio Nobel de Literatura de 1978.
Mermer se instaló en un pequeño departamento construido hace medio siglo a pasos del condominio de lujo donde estuvo Ivanka Trump. Mientras esa construcción está pensada para la clase media, los edificios de hoy le apuntan a las elites de Nueva York Europa y Sudamérica, atraídas por el estilo de vida de Miami, el clima y el hecho de que no se cobra impuestos a los ingresos.
“Pago 1.375 dólares al mes y vivo frente a la playa. Ivanka y Jared pagan 38.000 dólares”, expresó Mermer, un agente de bienes raíces.
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Frisaro informó desde Fort Lauderdale (Florida). Mike Schneider (Orlando) y Gisela Salomon (Miami) colaboraron en este despacho, lo mismo que la fotógrafa Marta Lavandier y el investigador Randy Herschaft (Nueva York).