El tiempo se acaba, ¿hay esperanza de un Brexit con acuerdo?
Enfrentados a otro plazo límite autoimpuesto en las negociaciones del Brexit, los responsables de las delegaciones de la Unión Europea y Gran Bretaña hacían esfuerzos de última hora para reducir las diferencias sobre un acuerdo comercial, unas discrepancias que no lograron superar en casi un año de conversaciones
Enfrentados a otro plazo límite impuesto por ellos mismos en las negociaciones del Brexit los responsables de las delegaciones de la Unión Europea y Gran Bretaña hacían esfuerzos de última hora el domingo para reducir las diferencias sobre un acuerdo comercial, unas discrepancias que no lograron superar en casi un año de conversaciones.
Se esperaba que el primer ministro británico, Boris Johnson y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hicieran declaraciones a primera hora de la tarde. Ambos dijeron que decidirían si siguen negociando o admiten que las conversaciones han fracasado y empiezan a preparar a los 500 millones de personas en Gran Bretaña y el bloque para una caótica y costosa ruptura sin acuerdo a final de mes.
Los negociadores de la UE, Michel Barnier, y de Gran Bretaña, David Frost, ya estaban reunidos desde poco después del amanecer en un intento de buscar terreno común. Pero por ahora, Londres no ha cedido en su insistencia de comerciar con el bloque de 27 países con tan pocas restricciones como sea posible, y la UE no cede en su exigencia de aceptar el comercio sólo si Gran Bretaña respeta las normas del bloque.
“Creo que aún queda mucho camino”, dijo el secretario británico de Exteriores, Dominic Raab.
Gran Bretaña abandonó la UE el 31 de enero, aunque permanece en sus estructuras económicas hasta que termine el periodo de transición el 31 de diciembre.
Tanto si es una estrategia negociadora como si no, Johnson ha dicho públicamente que Gran Bretaña seguiría prosperando mucho aunque no haya acuerdo, y que es “muy, muy probable” que las negociaciones para formalizar una nueva relación a partir del 1 de enero fracasen.
Sin acuerdo, Gran Bretaña comerciará con el bloque según los términos marcados por la Organización Mundial del Comercio, con todos los aranceles y obstáculos que eso implica.
Gran Bretaña ha admitido que es probable que una salida caótica produzca atascos en los puertos británicos, desabastecimiento temporal de algunos productos y subidas de precios en alimentos básicos. Se aplicarán aranceles a muchos productos británicos, incluido uno del 10% sobre los autos y otro de más del 40% al cordero.
Aun así, Johnson dijo que el país “prosperará enormemente” en esos términos.
Para impulsar las maltrechas conversaciones, los negociadores han marcado varias fechas límite, pero ninguna ha conseguido acercar posiciones en las cuestiones de estándares comerciales, supervisión legal de los acuerdos y los derechos de los pescadores europeos de faenar en aguas británicas.
Aunque ambas partes quieren llegar a un acuerdo sobre los términos de la nueva relación, tienen visiones fundamentalmente distintas sobre lo que eso implica.
La UE teme que Gran Bretaña recorte los estándares sociales y medioambientales e inyecte dinero del estado a la industria británica, convirtiéndose un rival con poca regulación económica en el umbral de la UE, de modo que exige estrictas garantías de competencia a cambio del acceso a sus mercados.
Por su parte, el gobierno británico afirma que la UE intenta atarles a las normas y regulaciones comunitarias de forma indefinida, en lugar de tratarles como a un país independiente.
La beligerante prensa de tabloide británica instó a Johnson a mantenerse firme y planteó la posibilidad de que barcos de la Marine patrullen las aguas británicas para impedir la entrada de buques europeos.
Pero otros, en Gran Bretaña y en toda la UE, instaron a ambas partes a seguir dialogando.
El primer ministro de Irlanda, Micheal Martin, que dirige la economía europea más vinculada a la británica, dijo que esperaba “fervientemente” que las conversaciones no terminaran el domingo.
“Es absolutamente imperativo que ambas partes sigan implicadas y ambas partes sigan negociando para evitar una salida sin acuerdo”, dijo Martin a la BBC. “Que no haya acuerdo sería muy malo para todos nosotros (...) Somos interdependientes”.
“Incluso a última hora, en mi opinión existe la opción de que el Reino Unido y la Unión Europea concluyan un acuerdo que vaya en interés de todos”.
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Jill Lawless informó desde Londres.