Entrevista AP: Mano a mano con el prodigio Victor Wembanyama
Los jugadores favoritos de Victor Wembanyama en la NBA ahora mismo son Kevin Durant y Giannis Antetokounmpo
Los jugadores favoritos de Victor Wembanyama en la NBA ahora mismo son Kevin Durant y Giannis Antetokounmpo. Esto tiene sentido, pues ambos son más altos que casi todos los demás en la liga y tienen un juego completo.
Wembanyama podría encontrar ciertas similitudes.
Pero las comparaciones con ellos, o con cualquier otro, no son lo que motiva a Wembanyama. Cuando el adolescente francés que mide 7,2 pies aterrice en la NBA la próxima temporada (según la mayoría de los entendidos, sería la primera selección del draft si se realizara hoy) no estará interesado de convertirse en el próximo Durant o Antetokounmpo. Tampoco Dirk Nowitzki.
El camino que quiere recorrer, según dijo en una entrevista con The Associated Press, será todo suyo.
“Te voy a contar algo que ha sido constante en mi vida, toda mi vida, desde que era un niño, incluso antes de empezar a jugar al baloncesto”, dijo Wembanyama. “Siempre he tratado de hacer (algo) diferente. Ni siquiera estoy hablando de deportes, o lo que sea. En cualquier campo, siempre trato de ser original, algo original, algo único, algo que nunca se haya hecho antes. Y así es cómo realmente me han salido las cosas en mi vida. No sé de dónde viene. Creo que nací con eso. Siempre he intentado ser original. Único, esa es la palabra.
Así es, Único es la palabra.
"Mi objetivo es alcanzar algo que nunca has visto”, añadió.
Puede que ya sea eso.
Fue por eso que los Metropolitans 92, un equipo de la liga de basquet más importante de Francia, cruzó el Atlántico para disputar un par de partidos de exhibición contra el Ignite de la G League y que cuenta con otro destacado prospecto del próximo draft, el escolta Scoot Henderson.
Las exhibiciones en Henderson, un suburbio de Las Vegas, pretenden presentar a Wembanyama a los aficionados del baloncesto en Estados Unidos.
Wembanyama no demoró en mostrar su clase. El fenómeno francés tapó disparos cerca del aro y en el perímetro, recuperó rebotes, se desplazó a gusto en la pista, hizo cortinas, anotó tras una bonita maniobra, se lanzó por un balón suelto y hasta se desempeñó como armador durante una posesión. Todo eso en los primeros dos minutos. Totalizó 37 puntos, pero su equipo perdió 122-115 ante el Ignite. Henderson anotó 28 puntos.
Unos 200 buscadores de talentos y ejecutivos de la NBA hicieron acto de presencia. Periodistas vinieron de Francia, Brasil y Canadá para ver los dos juegos. Wembanyama no defraudó.
“Es bueno para el baloncesto", dijo el entrenador de Ignite, Jason Hart. “Es bueno tanto para nuestro programa como para el de ellos".
Wembanyama parece estar capacitado para todo.
Lanza triples con facilidad pasmosa, casi siempre sin ser entorpecido por los esfuerzos de los defensores cuyos brazos extendidos no se acercan al balón ni a su campo de visión. Se desplaza con solvencia por el tabloncillo. Saber conducir y pasar el balón. Es creativo. Y es un prodigio atlético, bendecido con los genes heredados de Felix Wembanyama y Elodie de Fautereau; su padre era una estrella del atletismo, su madre destacaba en el baloncesto.
Pocos prospectos, si es que hay alguno, desde LeBron James en 2003 han cargado el cartel de futura estrella garantizada sobre sus hombros a los 18 años.
“Supongo que me crearon parra esto”, dijo Wembanyama. “Me esperaba todo lo que está pasando. Estoy cumpliendo con las expectativas. No me sorprende lo que me está pasando. Y sí, esto está sucediendo, así es como puedo manejarlo y creo que lo estoy manejando bien”.
Ya habla un inglés casi perfecto, lo que será útil teniendo en cuenta el próximo junio, ya con 19 años y medio, será seleccionado por un equipo y se mudará a Estados Unidos (o Canadá, si Toronto asegura el turno de selección para tomar a Wembanyama). Le resulta difícil comprender que solo le quedan unos meses viviendo en su natal Francia.
Pero tampoco le molesta lo que está pasando y lo que está por venir. Habla con confianza. Esa confianza, sin embargo, no es producto de la arrogancia. Sabe que es bueno. Y quiere mejorar.