FMI prevé dificultades para economías de LatAm en 2023
La economía de Latinoamérica ha mejorado más de lo previsto en 2022 y atraviesa un buen momento, pero los niveles de crecimiento son similares a los de más de una década atrás y no se avizoran buenos vientos para el 2023, dice el Fondo Monetario Internacional
La economía de Latinoamérica ha mejorado más de lo previsto en 2022 y atraviesa un buen momento, pero los niveles de crecimiento son similares a los de hace más de una década y no se avizoran buenos vientos para el 2023, dijo el jueves el Fondo Monetario Internacional.
La región aún sigue lidiando con los efectos de la pandemia de coronavirus y la invasión rusa en Ucrania, y ahora enfrenta un tercer shock: el endurecimiento de las condiciones financieras internacionales.
La buena noticia, dijo el FMI, es que para finales de este año se prevé un crecimiento del 3,4%, un 1% mayor al previsto a comienzos de 2022.
La mala noticia es que la economía mundial se va a desacelerar en 2023 debido a un contexto internacional desfavorable, con una contracción en la actividad económica en China y Estados Unidos, la continuidad de la guerra en Ucrania, altas tasas de interés y condiciones financieras más apretadas para acceder al crédito. Todo esto hace que las previsiones del FMI de crecimiento para la región en 2023 caigan al 1,7%, la mitad que este año.
En 2020 la economía latinoamericana se contrajo a un -6,6% de crecimiento, y en el 2021 se recuperó al 7%.
El FMI dio a conocer sus previsiones en un blog publicado el miércoles, en momentos que los países de la región ya han comenzado a sentir el impacto con altas tasas de inflación, y a poco más de una semana de que el Banco Mundial revelara sus propias previsiones, levemente inferiores. Para este año el BM pronostica un crecimiento del 3% en América Latina, y del 1,6% en 2023.
En el blog, el Fondo explica que los flujos de capital hacia los países emergentes se están desacelerando y el costo del financiamiento externo está incrementándose. Para Latinoamérica, el efecto se ve principalmente en una desaceleración de la actividad, un impacto en el costo del crédito interno, el consumo privado y la inversión, entre otras cosas.
En ese contexto, los gobiernos deberían tomar medidas para controlar la inflación. El objetivo debería ser moderar o amortiguar su impacto en los sectores de menores ingresos, y que no se prolongue en el largo plazo, dijo a The Associated Press Ilan Goldfajn, director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
“La política monetaria, la política fiscal de los individuos y las autoridades tienen que tener la inflación como un objetivo primordial”, consideró el economista. “La inflación es como un impuesto regresivo que le cobra más a los que tienen menos... entonces trabajar para combatir la inflación es lo más importante que los países pueden hacer”.
El FMI prevé que Chile termine este año con una inflación del 12,2% y el próximo con un 6,2%; Colombia con un 11% en 2022 y 6% en 2023; México con un 8,5% y 4,8% respectivamente; Perú con el 6,8% en 2022 y 3% en 2023; y Brasil con un 6% y 4,7% respectivamente.
Según las previsiones del FMI, la economía de Brasil, que creció un 4,6% en 2021 tras su caída al -3,9% en 2020, retrocederá a un 2,8% de crecimiento en 2022 y a un 1% en 2023.
El Producto Bruto Interno de Chile, que tuvo una contracción del -6,1% en 2020 y recuperó terreno al 11,7% en 2021, caerá a un 2% este año y se contraerá a un -1% el año próximo. Colombia, que retrocedió a un -7% en 2020 y avanzó a un 10,7% en 2021, bajará su actividad a un 7,6% este año y a un 2,2% en 2023, mientras que México disminuirá su PBI del 4,8% en 2021 al 2,1% en 2022 y al 1,2% en 2023. Perú, cuya economía cayó a un -11% en 2020 y avanzó a un 13,6% en 2021, volverá a caer en picada a un 2,7% este año y se mantendrá casi igual en 2023, en un 2,6% .
Para amortiguar el impacto en la población, Goldfajn recomienda que los gobiernos se focalicen en los sectores más vulnerables y de escasos recursos y eviten programas que lleguen a toda la población.
“Nosotros estamos diciéndole a los países que se tienen que preocupar con lo que viene”, aseguró el economista, tras enumerar algunos de los desafíos, como tasas de interés elevadas, más presión sobre la balanza de pagos y menos flujo de capital, entre otros. “Les estamos diciendo que se preocupen por la inflación, y que viene un shock, y que el año que viene van a tener un crecimiento menor”.