Habla sospechoso de los ataques de 2015 en París
El último sospechoso sobreviviente de los ataques de 2015 en París dice en un tribunal que se siente “avergonzado” por no haber podido detonar su cinturón explosivo en la noche sangrienta
El último sospechoso sobreviviente de los ataques de 2015 en París dijo en un tribunal que se sentía “avergonzado” por no haber podido detonar su cinturón explosivo en la noche sangrienta.
“No llegué hasta el final”, declaró Salah Abdelslam al tribunal en la capital francesa, sin demostrar remordimiento. “Dejé de tratar de colocarme el cinturón (suicida), no por cobardía ni miedo. Simplemente no quise”.
Su declaración esta semana fue parte del juicio al mayor ataque que haya sufrido Francia en tiempos de paz. Con sus miles de demandantes, este juicio es el más grande de la historia moderna francesa.
Su declaración fue parte de una semana excepcional, en la que él y presuntos cómplices respondieron por primera vez sobre el día mismo de los ataques. Los abogados y familiares de las víctimas lo consideran crucial para esclarecer lo sucedido el 13 de noviembre de 2015.
En las próximas horas se escucharán grabaciones de audio y se conocerán fotos nunca vistas en público del interior del teatro Bataclan donde sucedieron los horrores. Los sobrevivientes y los familiares de las 130 víctimas consideran que esta semana en la corte es fundamental.
Abdelslam llevó en un auto a tres suicidas, quienes detonaron sus cargas explosivas en el antepatio del Stade de France minutos después del comienzo de un partido entre las selecciones de fútbol de Francia y Alemania. Abdelslam dijo que a continuación se fue en el auto hasta el norte de París, compró un chip para su teléfono y fue en el metro hasta el suburbio de Montrouge para ocultar su cinturón explosivo porque, dijo, no tuvo valor para detonarlo.
Abdelslam dijo que mintió a los demás atacantes que su cinturón había fallado “porque sentía vergüenza de no haber llegado hasta el final, tenía miedo de los ojos de los demás. Estaba avergonzado, nada más”.
Un experto en explosivos de la policía había declarado que el cinturón suicida de Abdelslam era defectuoso.
Los extremistas mataron a 130 personas en ataques suicidas y tiroteos en el Stade de France, la sala de conciertos Bataclan y terrazas de bares y restaurantes.
Tras los ataques, Abdelslam viajó al barrio de Molenbeek en Bruselas, donde él creció. Allí lo arrestaron en marzo de 2016.
Otros acusados responden a cargos de planificación, suministro de armas y apoyo logístico.