Indígenas se sienten traicionados por racismo en Los Ángeles

Los Ángeles: Racismo en concejo es una traición para indígenas  Escándalo de racismo lastima a los indígenas en Los Ángeles

Amy Taxin,Brian Melley
Jueves, 13 de octubre de 2022 02:56 EDT
LOS ÁNGELES-RACISMO-OAXACANOS
LOS ÁNGELES-RACISMO-OAXACANOS (AP)

Bricia Lopez ha recibido a gente de todo tipo en el popular restaurante de su familia, que ofrece comida con influencia indígena de su estado natal, Oaxaca, en México. Eso incluye a Nury Martínez, la primera latina elegida como presidenta del Concejo Municipal de Los Ángeles.

El restaurante, Guelaguetza, se ha convertido en una institución conocida por introducir la cocina y la cultura única de Oaxaca a los angelinos, con una clientela que va desde familias mexicanas inmigrantes a influyentes funcionarios locales como Martínez.

Pero ahora, después de un escándalo por una grabación en la que se oía a Martínez hacer comentarios despectivos sobre oaxacanos como López, la propietaria y autora de libros de cocina, de 37 años, dijo sentirse tremendamente traicionada.

Martínez renunció a su puesto en el Concejo el miércoles y se disculpó. Pero los comentarios peyorativos habían dolido mucho a los inmigrantes procedentes de Oaxaca, que tiene una de la poblaciones indígenas más numerosas de México. Muchos dijeron que por desgracia, no estaban sorprendidos. Tanto durante su infancia en su país de origen como después de llegar a Estados Unidos, dijeron estar acostumbrados a esos comentarios dañinos, no sólo de personas que no son latinas, sino también de inmigrantes mexicanos de piel más clara y sus descendientes.

“Cada vez que esta gente me miró a la cara, todos me estaban mintiendo”, dijo Lopez. “No deberíamos permitir que esta gente nos mienta y nos diga que somos menos, o que somos feos, o permitir que se rían de nosotros”.

Tras la salida de Martínez, otros dos concejales latinos enfrentan un clamor para que renuncien por la grabación de hace un año, en la que se burlaban de sus colegas y hablaban sobre proteger la influencia latina en los distritos del concejo. Martínez empleó un término insultante para el hijo negro de un concejal blanco y llamó feos a los inmigrantes de Oaxaca.

“Veo a muchos de esos chaparros de piel oscura”, dijo Martínez en referencia a una zona en particular de un vecindario predominantemente latino de Koreatown. “Ni siquiera sé de qué aldea son, ni cómo llegaron hasta aquí”, añadió. “Están feos”.

López dijo que había oído comentarios racistas similares durante su infancia en California, pero que había confiado en que fueran una cosa del pasado y que los inmigrantes jóvenes de Oaxaca no tuvieran que escucharlos.

“Yo quiero que la gente se mire en el espejo cada día y vea la belleza”, dijo.

Oaxaca tiene más de una docena de etnias, como mixtecos o zapotecas. El estado sureño mexicano es conocido por sus alfombras tejidas y teñidas a mano, sus impolutas playas del Pacífico, una bebida alcohólica llamada mezcal y una sofisticada gastronomía que incluye los moles, salsas densas elaboradas con más de dos docenas de ingredientes.

Los Ángeles es la ciudad estadounidense con una población mexicana más numerosa y casi la mitad de sus 4 millones de habitantes son latinos, según las cifras del censo. Estudios informales apuntan a que cientos de miles de inmigrantes de Oaxaca viven en California, y la mayor concentración está en Los Ángeles, dijo Gaspar Rivera-Salgado, director del Centro para Estudios Mexicanos de la Universidad de California en Los Ángeles.

A menudo se emplea un lenguaje denigrante contra indígenas mexicanos. Es el “legado del periodo colonial”, dijo Rivera-Salgado sobre la conquista española del pasado.

El racismo y la discriminación en función del tono de piel entre personas de la misma etnia están arraigados desde hace siglos en México y otros países latinoamericanos. Yalitza Aparicio, la actriz nominada a un Oscar por “Roma”, y que es de Oaxaca, sufrió hace unos años insultos racistas en su país y agresivas diatribas en internet por sus rasgos indígenas cuando apareció en la portada de Vogue México.

Odilia Romero dijo que el escándalo no le sorprende. Romero es una líder de la comunidad oaxacana y una de las que presionó para reclamar la renuncia de Martínez, hija de inmigrantes mexicanos, y los otros dos concejales que intervienen en la conversación filtrada.

Romero dijo que también ha recibido muchas llamadas desde que saltó el escándalo, incluida una de una persona que le dijo que no dejara que los comentarios dañinos distrajeran la atención de los importantes esfuerzos para ayudar a la comunidad inmigrante.

“Ese es un comentario muy paternalista”, dijo Romero, directora ejecutiva del grupo Comunidades Indígenas en Liderazgo, o CIELO, e intérprete zapoteca. “Cómo se atreven a decirnos a los indígenas que no lo entendemos. Por supuesto que lo entendemos, lo vemos todos los días”.

Lynn Stephen, profesora de antropología en la Universidad de Oregon y que investiga la migración mexicana y los pueblos indígenas, dijo que el concepto de mestizaje pretendía borrar las comunidades indígenas, y no impulsarlas, y que la discriminación persiste a día de hoy. Llega a Estados Unidos con los migrantes, dijo, igual que existen divisiones similares en otros países latinoamericanos.

“Esta clase de comentarios dirigidos hacia personas indígenas de personas no indígenas de México, Guatemala, etcétera, es una capa diferente de racismo”, dijo Stephen. “La gente de Oaxaca tiene que lidiar con la reacción contra los inmigrantes y los mexicanos, y a menudo con el racismo de estadounidenses no latinos, estadounidenses blancos, en ocasiones otra gente, y después dentro de eso, en el lugar donde viven o en la escuela”.

Ofelia Platon, una organizadora de arrendatarios, acudió hace poco a la cámara del concejo de Los Ángeles para exigir la renuncia de los concejales. Dijo que ella no ha sufrido tanta discriminación dentro de la comunidad latina como fuera de ella, pero que no hay espacio para ese comportamiento, especialmente entre cargos electos de los que dependen los pobres para ayudar a mejorar sus vidas.

“Piensan que tienen poder para pisar a la gente”, dijo. “Tienen dos caras”.

A Xóchitl M. Flores-Marcial, académica zapoteca y profesora de Estudios Chicanos/as de la Universidad Estatal de California, no le duelen sólo los comentarios dañinos. Le parece muy revelador sobre unos funcionarios que tomaban decisiones que afectaban a su comunidad. Ella soportó insultos mientras crecía en Estados Unidos, y aún encuentra un rechazo similar cuando viaja a Oaxaca. A la gente le sorprende que sea la directora del equipo de investigación.

“Es muy doloroso porque son personas relevantes”, dijo. “Esto nos lastima, no sólo nuestras emociones, sino nuestra vida real, en términos de nuestros empleos y oportunidades”.

Aun así, la académica dijo tener esperanza para las futuras generaciones en “Oaxacalifornia”, la comunidad unida que ha mantenido sus tradiciones al tiempo que abrazaba su vida en Los Ángeles.

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Taxin informó desde Orange County, California.

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