Jaguar Land Rover frena producción por escasez de microchips
Jaguar Land Rover suspenderá la producción de vehículos en dos plantas de Reino Unido, al convertirse la automotriz en la más reciente víctima de una escasez de microchips
Jaguar Land Rover suspenderá la producción de vehículos en dos plantas de Reino Unido anunció la automotriz el jueves al convertirse en la víctima más reciente de una escasez de microchips.
“Al igual que otras fabricantes automotrices, sufrimos actualmente una alteración en la cadena de suministro por culpa del COVID-19, incluyendo la disponibilidad mundial de semiconductores”, explicó la compañía británica de autos de lujo en un comunicado. La escasez “está teniendo un impacto en nuestro calendario de producción y en nuestra capacidad de cumplir con la demanda global para algunos de nuestros vehículos”.
La producción será detenida por un “periodo limitado” a partir del lunes en su fábrica de Halewood, cerca de Liverpool y en su planta de Castle Bromwich, cerca de Birmingham en el centro de Inglaterra informó la compañía, sin ofrecer más detalles. La producción en otra planta en Solihull, en el centro de Inglaterra, continuará.
La planta de Halewood fabrica los modelos tipo XE, XF y F de Jaguar, y la de Castle Bromwich produce los Land Rover Discover Sport y Range Rover Evoque.
Se trata del anuncio más reciente que pone en evidencia el reto que representa una escasez de microchips que se agudiza para la industria automotriz global, la cual fabrica vehículos que con cada vez más computadoras rodantes.
General Motors y Ford informaron este mes que se veían obligados a reducir su producción en sus plantas en Estados Unidos debido a una escasez en el suministro de microchips. Otros fabricantes como Fiat Chrysler —ahora Stellantis—, Volkswagen, Nissan y Honda también se han visto afectados gravemente por la escasez de semiconductores.
Tal escasez de microchips se ha estado extendiendo rápidamente por varios mercados desde el verano del año pasado. Cuando la pandemia de coronavirus estalló a inicios de 2020, los fabricantes de microchips empezaron a cerrar, particularmente en Asia, donde se realiza mucha de la producción de semiconductores de todo el mundo.