Juez en España ordena vacunar a mujer discapacitada
Un juez en España rechaza las objeciones de la familia y decide permitir a las autoridades vacunar contra el coronavirus a una mujer discapacitada en un hogar de cuidados a largo plazo
Un juez en el noroeste de España rechazó las objeciones de la familia y decidió permitirles a las autoridades administrar la vacuna de coronavirus a una mujer discapacitada en un hogar de cuidados a largo plazo.
La causa parece ser la primera instancia conocida en Europa de una corte requiriendo que una persona reciba la vacuna del COVID-19. El gobierno español ha reiterado varias veces que las infecciones son voluntarias, como lo han hecho las autoridades en otros países europeos.
En un fallo visto por The Associated Press el miércoles, un juez de la corte de la comunidad autónoma de Galicia falló recientemente en favor de un pedido de un hogar de ancianos para rechazar las objeciones de la familia de la residente y proceder con su vacunación.
El personal médico del hogar de ancianos considera que la anciana residente ha sufrido una pérdida cognitiva tal que estaba “incapacitada para proveer un consentimiento válido”, de acuerdo con el fallo.
El juez Javier Fraga Mandián dijo que la corte tenía la obligación legal de intervenir para proteger la salud de la mujer. Dijo que su decisión no se basó en el bienestar de los otros residentes, sino que “la existencia de decenas de miles de muertes” por el virus en España ofrecía lo que ve como evidencia irrefutable de que no vacunarse es más riesgoso que cualquier posible efecto secundario.
La compañía a cargo del hogar de ancianos, DomusVi, dijo a la AP a través de su agencia de relaciones públicas que entre todos los hogares de ancianos que administra en España, éste era el único caso de una familia que no quería vacunar a un residente que ha sido considerado incapaz de tomar una decisión de salud.
DomusVi dijo que 98% de los 15.000 residentes en sus instalaciones en el país acordaron vacunarse. Agregó que el otro 2% rehusó la vacuna, pero —a diferencia de la mujer en el caso en la corte— se trató de residentes capaces de tomar sus propias decisiones de salud.