La crisis subirá la factura energética británica en un 80%
Los residentes en Gran Bretaña verán un incremento adicional del 80% en la factura energética anual, según el regulador, luego de un alza récord del 54% en abril
Jennifer Jones sigue ingresando dinero en su contador de energía, pero nunca parece ser suficiente. Y cuando no puede pagar, nota el impacto de inmediato.
En su casa de Londres, la electricidad se ha cortado de forma repentina en tres ocasiones, una de ellas mientras su pareja cocinaba un huevo.
Como millones de personas, Jones, de 54 años, lucha por salir adelante mientras los precios de la energía y los alimentos se disparan durante la peor crisis del costo de vida en Gran Bretaña en una generación. Esta exsupervisora escolar tiene problemas de salud y depende de las prestaciones gubernamentales para salir adelante, pero esas ayudas sociales no son suficientes para cubrir unas facturas cada vez más cuantiosas.
“Siempre he tenido problemas, pero no tantos", dijo. “Todo se está encareciendo. No puedo pagar el alquiler, ni los impuestos municipales, no puedo permitirme nada (...) no dejo de preguntarme, ¿qué se supone que debo hacer?".
Y la situación está empeorando. Los residentes en Gran Bretaña verán un incremento adicional del 80% en la factura energética anual, según anunció el viernes el regulador, luego de un alza récord del 54% en abril. Esto hará que el costo medio para el cliente pase de 1.971 libras (2.332 dólares) anuales, a 3.549 libras (4.184 dólares).
El nuevo límite de precios — la cantidad máxima que los proveedores de gas pueden cobrar a los clientes por unidad de energía - entrará en vigor el 1 de ocutbre, al incio de los meses de más frío. Y se espera que la factura vuelva a subir enero hasta las 4.000 libras.
La culpa del alza la tiene la escalada del precio del gas natural al por mayor causada por la guerra rusa en Ucrania, que repercute en el precio al consumidor y está azotando a las economías europeas que dependen de este combustible para calentar los hogares y generar electricidad.
Uno de estos países es Gran Bretaña, que tiene la inflación más alta entre las democracias más ricas, el Grupo de los Siete. Durante meses, ha sufrido paralizantes huelgas con las que los trabajadores buscan presionar para recibir salarios que les permitan afrontar el encarecimiento del costo de la vida.
Se espera que la subida energética, sumada al rápido incremento del precio de los alimentos, eleve la inflación por encima del 10,1% de julio, el máximo de los últimos 40 años, y desencadene una recesión a finales de este año, según las predicciones del Banco de Inglaterra. Las organizaciones benéficas, los responsables de la sanidad pública e incluso las empresas energéticas advierten de efectos catastróficos para los más pobres, que ya tienen dificultades para permitirse lo esencial.
Jon Taylor, que ayuda a Jones y a otros a través de Cristianos Contra la Pobreza, una ONG de asesoramiento sobre deudas, dijo que cada vez más personas que nunca han tenido problemas de ese tipo recurren a la línea de ayuda de la organización.
“Lo que estoy viendo en este momento son tragedias personales, pérdida de seres queridos, problemas de salud emocional", indicó. “La presión de no saber cómo pagar la próxima factura ni si tendrán comida suficiente para sobrevivir solo acentúa lo que ya están pasando”.
Alrededor de un millón de viviendas con ingresos bajos han tenido que contraer una deuda nueva o adicional para cubrir sus necesidades esenciales, según un estudio elaborado en mayor por la Fundación Joseph Rowntree, una ONG centrada en la pobreza en el país.
La caída del nivel de vida tiene “una escala que no habíamos visto en muchas décadas”, apuntó Rebecca McDonald, economista jefe de la ONG. “Esto justifica grandes y creativas intervenciones de política nacional para evitar que lo que es un año dificil se convierta esencialmente en una catástrofe para muchas familias de bajos ingresos".
El gobierno conservador está sometido a una enorme presión para hacer más por ayudar a la población y a las empresas, y para hacerlo rápido. Las autoridades anunciaron que entregarán alrededor de 1.200 libras a las personas con bajos ingresos. Todos los hogares, con independencia de su situación económica, se beneficiarán de un descuento de 400 libras en su factura energética este invierno.
Muchos dicen que las ayudas financieras deben duplicarse, como mínimo, y algunos han pedido la congelación inmediata del precio máximo de la energía. El opositor Partido Laborista solicitó que la ampliación del impuesto temporal sobre los beneficios extraordinarios de las compañías de petroleo y gas para ayudar a financiar estas ayudas.
Pero el ejecutivo ha dicho que no anunciará más medidas hasta que el Partido Conservador anuncie al sustituto del primer ministro, Boris Johnson, el 5 de septiembre. Ni Liz Truss ni Rishi Sunak, los dos aspirantes al cargo, parecen apoyar los impuestos a los gigantes energéticos.
El secretario del Tesoro, Nadhim Zahawi, reconoció que el alza del precio tope de la energía causará “estrés y ansiedad”, pero insistió en que el gobierno está dispuesto a abrir más vías para ayudar a los hogares.
“Mientras (el presidente de Rusia, Vladimir) Putin está elevando el precio de la energía en venganza por nuestro apoyo a la valiente lucha de Ucrania por la libertad, yo estoy trabajando sin descanso para desarrollar más opciones de apoyo en el futuro", dijo. “Esto significará que el primer ministro entrante puede empezar a trabajar y ofrecer ayuda a quienes más lo necesitan lo antes posible".
Por otra parte, un movimiento ciudadano llamado “Don’t Pay” ("No pague") está haciendo campaña para reunir a un millón de personas que se comprometan a no abonar su factura energética el 1 de octubre si se mantiene la subida de precios. El grupo espera que un impago masivo obligue a las empresas de energía a poner fin a la crisis.
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La periodista de The Associated Press Danica Kirka contribuyó a este despacho desde Londres.