La guerra de Ucrania pesa en el rito papal del Viernes Santo por elección de mujer rusa en la procesión
La guerra de Ucrania pesa en el rito papal del Viernes Santo en el Coliseo de Roma, después de que la elección por parte del Vaticano de una mujer rusa para estar entre los portadores de la cruz enfureciera a los ucranianos
La guerra de Ucrania pesó sobre la tradicional procesión papal del Viernes Santo en el Coliseo de Roma, después de que la elección por parte del Vaticano de una mujer rusa para estar entre los portadores de la cruz enfureciera a los ucranianos.
Por primera vez desde antes de la pandemia, la solemne procesión de antorchas en la antigua arena de Roma iba a reanudarse el viernes por la noche. Miles de peregrinos y turistas acudieron al lugar horas antes, con la esperanza de ver al papa Francisco, que preside el servicio desde un punto elevado cerca del Foro Romano.
A principios de semana, el embajador de Ucrania ante la Santa Sede y el arzobispo de Kiev criticaron el plan del Vaticano de que una mujer ucraniana y una rusa llevaran juntas la cruz durante la procesión. Se opusieron a proyectar lo que consideraban como una idea de reconciliación, mientras Ucrania está asolada por la guerra desatada por Rusia.
El Vaticano no respondió a las protestas ni anunció algún cambio en el programa.
Aunque Francisco ha denunciado la invasión del 24 de febrero y los ataques a Ucrania como un “sacrilegio”, se ha abstenido de nombrar a Rusia como el agresor, aunque sus referencias al presidente ruso Vladimir Putin han sido claras. El papa está presionando para que se lleven a cabo negociaciones que pongan fin a los combates y traigan la paz. El pontífice se ha ofrecido a viajar a Ucrania si su presencia puede favorecer la causa de la paz.
Por su parte, otros fieles en el mundo aplaudieron la decisión de acercar a las dos mujeres, que trabajan juntas en un hospital de Roma y son amigas, para que llevaran la cruz durante parte de la procesión, que recuerda el sufrimiento de Jesús cuando fue llevado a su crucifixión y muerte.
En París, cientos de católicos se reunieron para los rezos del Viernes Santo en la explanada de la catedral de Notre Dame y siguieron a su rector en una procesión alrededor de la isla del río Sena que alberga el monumento medieval.
El Viernes Santo es uno de los principales días para los cristianos durante la Semana Santa, que culmina con el Domingo de Resurrección.
En Jerusalén, donde decenas de miles de fieles acuden tradicionalmente a la Ciudad Vieja para visitar los lugares sagrados durante la Semana Santa, los palestinos se enfrentaron el viernes con la policía israelí en la mezquita de Al-Aqsa. El lugar es sagrado, tanto para judíos como para musulmanes. Este año, el ramadán coincide con la Pascua, así como con la Semana Santa.
Los médicos en Jerusalén dijeron que más de 150 palestinos resultaron heridos, en el acto violento más grave en el sitio en casi un año.
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Los periodistas de The Associated Press John Leicester y Oleg Cetinic en París contribuyeron para este despacho.