Los ucranianos avanzan en el este, resisten en acería
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, reporta pequeños avances en el este y dice que el ejército ha expulsado a las fuerzas rusas de cuatro poblados cerca de Járkiv, después de que el ministro de Exteriores del país sugiriera que Ucrania podría ir más allá de expulsar a Rusia a las zonas que controlaba antes de que comenzara la invasión
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo que el ejército había hecho pequeños avances en el este y expulsado a las fuerzas rusas de cuatro poblados cerca de Járkiv, después de que el ministro de Exteriores del país sugiriera que Ucrania podría ir más allá de expulsar a Rusia a las zonas que controlaba antes de que comenzara la invasión hace 11 semanas.
El ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, expresó lo que parecía una creciente confianza -y objetivos más optimistas- ante el estancamiento de la ofensiva rusa en el este, y dijo al Financial Times que Ucrania creía en un principio que una victoria sería la retirada de las tropas rusas a las posiciones que ocupaban antes de la invasión del 24 de febrero. Pero ese ya no es el caso, señaló.
“Ahora, si somos lo bastante fuertes en el frente militar y ganamos la batalla por el Donbás, que será crucial para la dinámica posterior de la guerra, por supuesto para nosotros la victoria en esta guerra será la liberación del resto de nuestros territorios”, dijo Kuleba.
Las fuerzas rusas han avanzado en el Donbás y ahora controlan más que cuando comenzó la guerra. Pero los comentarios de Kuleba, que parecían recoger ambiciones políticas más que la realidad en el campo de batalla, reflejaban cómo Ucrania ha frenado a un ejército ruso más grande y mejor armado, una sorpresa para muchos que esperaban que el conflicto terminara mucho más rápido.
Uno de los ejemplos más dramáticos de la capacidad ucraniana para evitar victorias sencillas de Moscú está en Mariúpol, donde combatientes ucranianos atrincherados en una planta siderúrgica han impedido que Rusia tome pleno control de la ciudad. El regimiento que defiende la planta dijo que aviones rusos seguían bombardeando el lugar, que había sufrido 34 impactos en 24 horas.
En los últimos días, Naciones Unidas y Cruz Roja organizaron un rescate de los que se presumía eran los últimos civiles atrapados en la planta. Pero dos funcionarios dijeron el martes que se creía que todavía había unos 100 en los túneles del complejo. Otros señalaron que era imposible confirmar la información.
Combatientes del Regimiento Azov publicaron imágenes de sus camaradas heridos en la planta, algunos con miembros amputados, y señalaron que les faltaban suministros médicos e incluso alimentos.
En su comunicado en Telegram, el regimiento pidió a la ONU y Cruz Roja que evacuaran a los militares heridos a territorios bajo control ucraniano.
No fue posible verificar las imágenes de forma independiente.
Por otro lado, Ucrania dijo el martes que fuerzas rusas habían lanzado siete misiles a Odesa el día anterior y alcanzado un centro comercial y un almacén en el puerto más grande del país. Una persona murió y cinco resultaron heridas, según el ejército.
Después que las fuerzas del presidente ruso, Vladimir Putin, fracasaron en su intento por tomar Kiev en los primeros días de la guerra, Moscú se ha centrado en el Donbás, el corazón industrial de Ucrania en el este del país. Sin embargo, un general ha dicho que entre los objetivos de Rusia también está cortar el acceso de Ucrania a los mares Negro y de Azov.
Eso también le daría una extensión de territorio que conectaría a Rusia con la Península de Crimea, anexionada de Ucrania en 2014, y Transnistria, una región independentista prorrusa en Moldavia.
Incluso si no logra su objetivo de cortar el acceso de Ucrania al mar -y no parece tener las fuerzas para ello-, los ataques de misiles que sigue sufriendo Odesa reflejan la importancia estratégica de la ciudad.
Odesa también es un importante punto de salida de los cargamentos de grano y el bloqueo ruso sobre la ciudad ya amenaza el suministro global de alimentos. La ciudad es una joya cultural apreciada por rusos y ucranianos por igual y tiene un gran significado simbólico.
Ante los problemas de las fuerzas rusas para ganar terreno en el Donbás, analistas militares sugirieron que atacar Odesa podría servir para generar preocupación sobre el suroeste de Ucrania, lo que podría obligar a Kiev a destinar más tropas a ese lugar. Eso alejaría sus fuerzas del frente oriental, donde el ejército contraataca cerca de la ciudad de Járkiv, en el noreste del país, y trata de empujar al contingente ruso al otro lado de la frontera.
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Gambrell reported from Lviv, Ukraine. Yesica Fisch in Bakhmut, David Keyton in Kyiv, Yuras Karmanau in Lviv, Mstyslav Chernov in Kharkiv, Lolita C. Baldor in Washington, Kelvin Chan in London and AP’s worldwide staff contributed.