Muerte de menor hispano replantea procedimientos policiales
El escalofriante video de la muerte de un chico hispano de 13 años a manos de la policía pone sobre el tapete las decisiones que los agentes toman en un instante y que pueden costar vidas
Todo pasó en menos de un segundo.
Adam Toledo de 13 años, había tirado el arma que portaba, se daba vuelta y empezó a levantar los brazos, como le dijo el agente. El policía, no obstante, hizo un disparo, que mató al muchacho en un callejón oscuro de Chicago
El espeluznante video del episodio pone sobre el tapete las decisiones que se toman instintivamente, sin tiempo para pensarlas, que pueden tener consecuencias graves. La investigación del episodio continúa, pero ya hay quienes preguntan por qué no se le dio más tiempo al muchacho para acatar las órdenes y si hubiera sido posible evitar el enfrentamiento armado en primer lugar.
“Una y otra vez, se les dice a nuestras comunidades minoritarias que estos son incidentes aislados o que son culpa del sospechoso. ¿Qué les dices cuando ves la evidencia con tus propios ojos?”, expresó José López, vicepresidente para el centro del país de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, en un comunicado.
El policía Eric Stillman, de raza blanca, respondía a un llamado reportando tiros en Little Village, un barrio mayormente hispano de Chicago, a eso de las tres de la mañana del 29 de marzo. El video de la cámara que llevaba Stillman lo muestra persiguiendo a pie a Toledo, quien es hispano, por un callejón y gritándole, “¡Policía! ¡Deténte! ¡Deténte ya mismo (insulto)!”.
El chico desacelera y Stillman le grita: “¡Las manos! ¡Las manos! ¡Déjame ver tus manos (insulto)!”. Toledo se da vuelta, mirando hacia la cámara, y Stillman grita: “¡Tírala!”. Repite la orden, pero antes de terminarla dispara y Toledo cae al piso. La policía encontró un arma junto a un cerco a poca distancia después del disparo. Los fiscales dijeron que un joven de 21 años que estaba con Toledo había hecho disparos que motivaron la intervención de la policía.
Los fiscales deberán decidir si acusan de algún delito a Stillman, quien fue conminado a hacer trabajos de oficina por 30 días. Rara vez se enjuicia a un policía por la muerte de civiles o se condena a un agente, en parte porque los jurados tienden a no cuestionar a un agente que tiene que tomar una decisión de vida o muerte en un instante.
La Corte Suprema ha dicho que se debe tomar en cuenta el temor que siente un agente en medio de una situación de peligro, incluso si después se comprueba que en realidad no corría peligro.
Al cerebro le toma tres cuartos de segundo reaccionar a una sensación de peligro, según Chris Burbank, exjefe de la policía de Salt Lake City que hoy trabaja con el Center for Policing Equity (Centro para la Igualdad Policial). La mayoría de los agentes pueden sacar su revólver de la cartuchera y hacer dos disparos precisos en 1,5 segundos.
Las decisiones que se toman en ese lapso, acotó, pueden estar influenciadas por una serie de factores, incluidos el entrenamiento del agente, la situación a su alrededor y prejuicios estructurales como el racismo. Cada vez más estudios indican que los adolescentes de raza negra, por ejemplo, tienden a ser confundidos con adultos y considerados una amenaza más grande de lo que son, que los adolescentes blancos.
Por otro lado, a los agentes les cuesta explicar qué fue exactamente lo que los hizo abrir fuego, de acuerdo con Eugene O’Donnell, exagente de la policía de Nueva York y quien lleva mucho tiempo enseñando una cátedra policial en el John Jay College of Criminal Justice.
“Siempre es un shock tener que disparar porque no abres fuego con frecuencia en una ciudad grande”, manifestó. “Hablas con los agentes después de un tiroteo y no tienen recuerdos claros... La verdad es que bien puedes no tener idea de por qué disparaste”.
La orden “¡muéstrame tus manos!”, muy usada, puede hacer que escale una confrontación, sin proponérselo. Los movimientos que hace una persona para acatar la orden son a veces confundidos con el inicio de un ataque, según Von Kliem, exagente y director de la unidad de consultas del Force Science Institute.
Si uno se enfoca exclusivamente en todo lo relacionado con la toma de una decisión en un instante, puede ignorar otros interrogantes de las comunidades que lloran la muerte de un menor, de acuerdo con Nathan Morris, abogado de un chico de 13 años baleado por la policía en Utah. El muchacho, Linden Cameron, era autista y su madre había llamado a la policía para que la ayudase a controlar una crisis del menor el año pasado. Cameron no estaba armado, pero fue baleado por agentes que lo persiguieron. El chico sobrevivió a las heridas.
“Es correcto colocar a los agentes en situaciones que los obligan a tomar decisiones en un instante?”, preguntó Morris. “¿Es realmente necesario perseguir a un chico de 13 años?”.
La alcaldesa de Chicago Lori Lightfoot exige que se formule una nueva política para las persecuciones a pie, que describe como una de las acciones más peligrosas que puede encarar un policía. Algunas ciudades grandes ya tomaron medidas para limitar esas persecuciones, aunque numerosos expertos dicen que no se le puede pedir a un agente que no persiga a alguien que tiene un arma.
Cambios en el entrenamiento de los agentes podrían ayudar, según Burbank.
“Tiene que haber desenlaces sin disparos”, afirmó. “Hay que dedicarles más tiempo a los entrenamientos para que evitar el uso de la fuerza. Y no lo estamos haciendo”.
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El periodista de la Associated Press Michael R. Sisak colaboró en este despacho.