Netanyahu parece mantener la ventaja en elecciones en Israel
El ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu parece encaminarse a la victoria en las elecciones generales
El ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu parecía encaminarse a la victoria electoral el miércoles. Con casi dos tercios de las boletas contadas, él y sus aliados ultranacionalistas y religiosos lograrían una mayoría estable en el parlamento.
El conteo sigue en curso y los resultados no son definitivos. Pero si los primeros indicios son correctos, es probable que Israel tenga uno de sus gobiernos más derechistas, reforzado por el firme desempeño del ultranacionalista Partido Sionista Religioso, cuyos miembros emplean una retórica incendiaria contra los árabes y el colectivo LGBTQ.
Los primeros resultados apuntaban a la continuidad del giro a la derecha en el electorado israelí, lo que reduce aún más las esperanzas de una paz con los palestinos y prepara el terreno para un posible conflicto con el gobierno de Estados Unidos y con sus partidarios allí.
Las elecciones generales del martes fueron las quintas en menos de cuatro años, y todas ellas se centraron en gran medida en la aptitud de Netanyahu para gobernar. Enjuiciado por una serie de cargos de corrupción, para sus seguidores es una víctima de una caza de brujas, mientras que sus adversarios lo consideran un delincuente y una amenaza a la democracia.
Las autoridades electorales trabajaron durante toda la noche y, en la madrugada del miércoles, se había contabilizado el 62% de las boletas. La votación, como las anteriores, fue muy ajustada, pero los indicadores mostraban que Netanyahu iba por delante en la carrera a primera ministro con una firme mayoría entre los 120 escaños del parlamento israelí.
Si los aliados de Netanyahu salen victoriosos, las negociaciones para armar una coalición de gobierno estable podrían durar semanas. También podría continuar el estancamiento y que se vuelvan a convocar elecciones.
En un discurso desde Jerusalén en plena noche, Netanyahu pidió a sus partidarios que tengan paciencia y señaló que su partido, Likud, estaba “al borde de una gran victoria".
Quizás por temor a que los votantes árabes negasen su victoria, Netanyahu tuiteó acusaciones de violencia y manipulación de votos en centros de votación árabes, pero no presentó pruebas. El Comité Electoral Central rechazó los reclamos calificándolos de “rumores infundados”.
Netanyahu señaló más tarde que “pido pureza electoral total porque esa es la base de la democracia”.
Los árabes representan alrededor del 20% de la población de Israel y han sido un factor clave para frenar al exmandatario los últimos comicios. Pero esta vez, su voto se dividió entre tres facciones, todas ellas en peligro de no alcanzar los votos necesarios para entrar al parlamento.
Netanyahu fue el primer ministro que más años ha ejercido el cargo en Israel, con 12 años de gobierno consecutivos y 15 en total, antes de ser reemplazado el año pasado por una coalición diversa encabezada por el centrista Yair Lapid.
Pero el grupo formado por Lapid, que incluyó a la primera formación árabe en un gobierno israelí, se vio afectado por los conflictos internos y colapsó tras poco más de un año en el poder. Según los sondeos, esas formaciones obtendrían apenas 54 escaños.
A primera hora del miércoles, Lapid insistió ante sus partidarios en que la carrera electoral no estaba decidida aún.
“Hasta que se cuente el último sobre, nada ha terminado y nada es definitivo”, apuntó.
El mejor resultado de la noche era el del Partido Sionista Religioso, del legislador de ultraderecha Ben-Gvir, que parecía emerger como la tercera fuerza más votada.
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Los periodistas de The Associated Press Ilan Ben Zion y Tia Goldenberg en Jerusalén y Joseph Krauss en Ottawa, Canadá, contribuyeron a este despacho.