Nikki Sixx repasa sus años formativos en nuevo libro

Antes de ser un ídolo del heavy metal, vendía bombillas

AP Noticias
Martes, 19 de octubre de 2021 15:57 EDT
NIKKI SIXX
NIKKI SIXX (AP)

Antes de ser un ídolo del heavy metal, vendía bombillas. Antes de gritarle al diablo, le gritaba a su mamá. Antes de ser Nikki Sixx, era Franklin Feranna.

El cofundador y bajista de Mötley Crüe repasa sus años formativos en una autobiografía, “The First 21: How I Became Nikki Sixx”, en la que revela secretos familiares y los orígenes de su deseo de triunfar.

“Si algún músico joven toma mi libro, dirá, ‘Oh, guao’. Sí, es entretenido. Y sí, hay revelaciones. Pero hay una especie de mapa de ruta hacia el éxito”, dice Sixx, antes de agregar: “No usen mi mapa de ruta exacto”.

Pocas bandas de heavy metal fueron tan notorias en la década de 1980 en el escenario y fuera de él como Mötley Crüe, cuyas canciones incluyen “Looks That Kill”, “Shout at the Devil” y “Girls, Girls, Girls”. Impulsado por las drogas y el alcohol, su espectáculo incluía cantidades excesivas de pirotecnia y maniquíes llenos de sangre a los que le cortaban la cabeza con una sierra.

“The First 21”, escrito con Alex Abramovich, abarca desde el nacimiento de Feranna en 1958 hasta la fecha en 1980, antes de la fundación de Mötley Crüe, cuando finalmente se desprendió de su padre y se rebautizó legalmente como Sixx, un nombre que admite que le robó a otro artista. La publicación del libro coincide con el lanzamiento de un álbum retrospectivo de su otra banda, Sixx:A.M.

Elementos de su infancia parecían idílicos mientras se mudaba de una granja a otra y de un estado a otro, incluyendo Idaho y Washington. Puso naipes en los radios de su bicicleta para imitar el sonido de una moto y se fue a un restaurante de la cadena Dairy Queen. Vendió gusanos por dinero de bolsillo y jugó como ala defensiva en el equipo de fútbol americano de la escuela secundaria. (Más tarde, en Mötley Crüe, se pintaba rayas oscuras bajo los ojos como un homenaje a aquellos días).

Pero también hubo negligencia y una vida familiar complicada. Su padre lo abandonó a temprana edad y su madre era una chica salvaje que una vez salió con Richard Pryor. Sixx revela que tenía una hermana, Lisa, que nació ciega y con síndrome de Down. Nunca le permitieron conocerla.

“Estuve enojado durante mucho tiempo y creo que mucha de esa ira alimentó mucha música. El impulso y la ira probablemente ayudaron a catapultarnos a mí y a mi banda”, dice Sixx. “Al escribir el libro, descubrí mucho sobre mi papá, descubrí mucho sobre mí mismo”.

Sixx fue criado principalmente por sus abuelos, quienes le inculcaron una feroz ética laboral. Trabajó duro: en granjas de patatas, en la fabricación de acero, limpiando alfombras, como conserje, vendiendo bombillas. Para ser justos, también hubo algunos robos y allanamientos de morada. Su auto estaba tan destrozado que tenía que conducirlo en retroceso si quería subir colinas. Incluso vendió su propia sangre.

“Aprendí una lección muy, muy valiosa muy temprano en mi vida: trabajas duro y no te quejas”, dice. “Trabajo más duro porque no creo que sea naturalmente tan talentoso como algunos de mis compañeros”.

Esa ética de trabajo se manifestó en la redacción del libro, dice Brant Rumble, editor ejecutivo de Hachette Book Group que editó la autobiografía de Sixx y que ha trabajado con estrellas como Julie Andrews, Peter Frampton, Rob Halford, Barry Sonnenfeld y Patton Oswalt.

“Él no cedió y quería que esto fuera todo lo que podía ser”, dice Rumble. “Cuando trabajas en libros de gente destacada en otros ámbitos, sean músicos, comediantes, actores o lo que sea, no siempre... están tan involucrados. Pero no es el caso de Nikki. Él aplica trabajo duro a todo lo que hace y se nota”.

En el libro hay giros fascinantes que le cambiaron la vida — Sixx los llama “momentos de impacto” — como la decisión de tomar un autobús Greyhound a Los Ángeles con tan solo su guitarra, algunos casetes y una bolsa con ropa.

Otro fue cuando le ofrecieron el puesto de bajista en una banda de metal que llegó a ser influyente, Quiet Riot. Por alguna razón declinó, a pesar de que su banda en ese momento, Londres no despegaba. “El dios del rock dijo: ‘No, no es para ti. Te quedarás aquí y pasarás hambre un poco más’”, dice Sixx.

El músico incluyó muchas fotografías para documentar su transformación de niño de pueblo pequeño a dios del rock con pelo largo. También incluyó algunas imágenes que lo muestran en una etapa incómoda. “Puse esas fotos en el libro a propósito porque quería que la gente dijera: ‘Sí, yo también tenía eso’”.

Apenas menciona a sus compañeros de banda de Mötley Crüe, Tommy Lee, Vince Neil y Mick Mars, quienes han sido cubiertos en sus libros “The Heroin Diaries” y “This Is Gonna Hurt” y en “The Dirt” de Neil Strauss.

Esta es en gran medida la historia de Sixx, ahora un padre de familia establecido en Wyoming no lejos de Idaho, donde comenzó gran parte de su historia.

“Tenía muchas ganas de llegar a esto con empatía hacia algunos de los personajes en mi vida porque sería muy fácil sacar la guillotina y empezar a cortarle la cabeza a la gente”, dice.

“Las familias son difíciles. No es fácil ser padre. No es fácil ser amigo. No es fácil estar en una banda. La vida no siempre es fácil. Entonces, ¿cómo puedes verlo? Aprende una lección de esto y pásaselo a la siguiente persona que esté en la fila detrás de ti”.

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Mark Kennedy está en Twitter como http://twitter.com/KennedyTwits.

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