Oscar: "Bestia" de Chile, un corto para remover conciencias
La frágil y delicada porcelana, que a veces nos remonta a las muñecas, es el material que da vida a Íngrid Olderöck en “Bestia”, el cortometraje animado chileno nominado al Oscar
La frágil y delicada porcelana, que a veces nos remonta a las muñecas, es el material que da vida a Íngrid Olderöck en “Bestia”, el cortometraje animado chileno nominado al Oscar. La cinta retrata la vida de una de las figuras más sombrías de la historia del país sudamericano: una mujer capaz de adiestrar a su perro para violar y torturar a otras mujeres.
Olderöck fue una oficial de Carabineros (la policía chilena) que, como miembro de la temida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) a cargo de la represión durante la dictadura de 1973 a 1990, llegó a ser una de las mujeres más poderosas de la época en Chile.
“Teníamos muchas ganas de revisar esta historia”, dijo el director del corto, Hugo Covarrubias, en una entrevista con The Associated Press el lunes en Santiago. “Finalmente hicimos este cortometraje que poco a poco fue agarrando un estilo más psicológico y terminó siendo un thriller psicológico. Es una especie de reflexión acerca de la maldad, más que algo documental o biográfico”.
“Bestia” (2021) fue escrito por Covarrubias y Martín Erazo y producido por Tevo Díaz. El director contó que se toparon con la figura de la llamada “mujer de los perros” en distintos relatos y decidieron hacer una obra que mezclara el lenguaje teatral y la animación en stop motion (fotograma por fotograma).
El equipo utilizó entrevistas de archivo que dejaban entrever que Olderöck tenía "muchas desviaciones mentales... era una mujer muy paranoica que tenía muchas frustraciones, muchos traumas”, señaló el realizador, a quien todos esos elementos le parecieron “muy interesantes" como "dispositivo para hablar de la maldad”.
Olderöck, de origen alemán, jugó un rol fundamental en las vejaciones cometidas en el centro de torturas Venda Sexy. Adiestró a su perro Volodia para violar a mujeres y también hombres y entrenó a decenas de mujeres — se calcula que a unas 70 — en trabajos de tortura.
Representar esta historia en un cortometraje animado con tintes de thriller psicológico, en lugar de un documental o un formato más realista, ha ayudado a que la gente “se abra a seguir hablando de estos temas de una forma distinta”, dijo Covarrubias, cuya obra abre un agujero a una parte de la historia chilena sobre la que todavía hay muchas reticencias en una sociedad a la que aún le cuesta hablar de las violaciones a los derechos humanos cometidas en la dictadura.
“En el caso de ‘Bestia’, hay ficción, reflexión, simbolismo, filosofía, poética y creo que todo eso junto termina por mostrarnos este tipo de realidades de una forma profunda, estéticamente más efectiva o distinta a lo que habíamos visto antes", dijo. "A través de la estética y de la filosofía creo que podemos quizá reflexionar de mejor forma y termina siendo este tipo de piezas una especie de caballito de Troya para poder entrar en la conciencia humana quizá de una forma también más orgánica”.
Covarrubias ha trabajado como animador en distintas series de televisión y ha dirigido otros cortometrajes: “El almohadón de plumas” de 2007 y “La noche boca arriba” de 2013. “Bestia”, que llevó cuatro años en medio de un estallido social y una pandemia, y que ya le ha merecido reconocimientos en grandes festivales como los de Guadalajara y Berlín, le ha permitido llegar a personas de todo el mundo que no conocían la historia y volver a hablar, desde otro punto de vista, de un tema político y profundamente necesario.
“Ahora que estamos nominados a los Oscar, ese espacio que nosotros mismos nos hemos ganado es muy importante aprovecharlo para seguir hablando de estos temas. Más allá de ganar el Oscar o no, creo que es importante establecer este tipo de conversaciones y seguir reflexionando”, dijo.
Reconoció, empero, que la sola candidatura hizo que él y su equipo “explotáramos de emociones”.
“Bestia” se medirá el 27 de marzo en Los Ángeles con “Affairs of the Art”, “Boxballet”, “Robin Robin” y “The Windshield Wiper”. Covarrubias, quien destacó el gran trabajo de todos sus contrincantes, piensa que puede seguir la estela de otras producciones chilenas como “Historia de un oso” de Gabriel Osorio Vargas, que se alzó con la estatuilla en 2016.
“Está difícil, pero creo que hay posibilidades porque ‘Bestia’ es el único cortometraje que habla de un tema político de forma explícita, se diferencia del resto en ese sentido. Creo que también es el más oscuro, el más intenso, el que causa más sensaciones extrañas, entonces dependiendo quizá de los gustos de los votantes, creo que sin duda tiene posibilidades”.
Sin embargo, tratando de mantener los pies en la tierra, agregó que le gusta pensar que la nominación es suficiente, que “en el fondo estar nominado es súper importante” y "eso queda en la historia”.
Entre los mayores retos que él y sus compañeros enfrentaron a la hora de realizar este cortometraje estuvo hacer algo sin diálogo.
“Nos preocupamos de que todo se narre a través del gesto y también de la configuración de las escenas, las escalas de plano", explicó Covarrubias. "Cinematográficamente es un reto que terminó siendo algo muy positivo; creo que cada valor de plano y cada utilería en términos de ambientación artística terminaba siendo un narrador más”.
Las influencias del thriller psicológico de los años 60 y 70 los llevaron a adoptar el punto de vista del victimario y no de la víctima, algo menos usual a la hora de abordar temas políticos en cine.
“Siempre se habla de esa herida que no está cerrada en Chile y creo que cuando uno se enfrenta a esa herida, también está configurada por el victimario. Si nosotros recorremos esa herida solamente desde el punto de vista de la víctima, quizás nos va a faltar información”, dijo Covarrubias, resaltando lo difícil que fue para él y su equipo tratar de meterse en la cabeza de Olderöck.
Recrearla no fue sencillo y trabajaron con distintos materiales y texturas para generar “una visualidad general pero bien acotada”: un material similar a la cerámica para las caras, con un acabado que se asemeja a la porcelana, y dos tipos de cartón para los fondos.
“Los fondos construidos con materialidad más homogénea, en contraposición de los personajes que están configurados con telas y un símil de la cerámica y el perro que está también hecho de vellón. Ese contraste entre figura y fondo hace que los personajes terminen destacándose un poco más”, dijo, en una obra donde también resalta visualmente el poder de los alimentos.
Cuando la protagonista corta un pedazo de carne o unta el pan con mermelada, los alimentos son reales.
“Sentimos pertinente esa intromisión de la realidad y en este caso de la carne, porque estábamos hablando de una fragmentación de la carne, de una destrucción también de la carne”, señaló Covarrubias. “Esa intromisión de la realidad para nosotros era muy importante” porque “nos deja entrever que esto no es tan ficción”.
Aunque ya está en camino a los Premios de la Academia, “Bestia” continuará su recorrido por varios festivales del mundo en los próximos meses, incluidos Hong Kong, South by Southwest (Texas) y varios más en Europa. El corto está disponible en Vimeo, donde puede rentarse por 2,20 dólares o adquirirse por 5,50.