Piden 4 años de prisión para obispo argentino por abuso
Una fiscalía de Argentina pide cuatro años y seis meses de prisión efectiva para el obispo Gustavo Zanchetta —actual asesor del papa Francisco para la administración del patrimonio del Vaticano— en el juicio oral que enfrenta por presunto abuso sexual de dos seminaristas cuando estuvo al frente de un obispado en la provincia norteña de Salta
La fiscalía de Argentina solicitó cuatro años y seis meses de prisión efectiva para el obispo Gustavo Zanchetta, uno de los administradores del patrimonio del Vaticano, en el juicio oral que enfrenta por presunto abuso sexual de dos seminaristas cuando estuvo al frente de un obispado en la provincia norteña de Salta.
En su alegato ante el tribunal, la fiscal María Soledad Filtrín Cuezzo sostuvo el jueves que durante el juicio “se pudo establecer la veracidad, verosimilitud y credibilidad de las víctimas, que presentaron en sus denuncias y durante el juicio lógica interna, contextualización de los hechos, precisión de detalles y vivencias desde lo anatómico”, según un comunicado del Ministerio Público fiscal de Salta.
El caso tomó trascendencia pública a principios de 2019 con un informe del diario El Tribuno de Salta sobre el supuesto comportamiento inadecuado del obispo durante los cuatro años que estuvo al frente del Obispado de Orán -una localidad situada a 1.600 kilómetros al noroeste de Buenos Aires- hasta 2017. La justica local inició entonces una investigación de oficio.
El tribunal dictará sentencia este viernes y una posible condena contra Zanchetta impactará en el Vaticano, puesto que el obispo se desempeña actualmente como asesor en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, cargo para el que fue designado por su compatriota el papa Francisco a fines de 2017 cuando la Iglesia católica ya tenía conocimiento de las graves denuncias contra el religioso.
Zanchetta se encuentra en libertad y viajó a su país natal procedente de Roma para enfrentar el juicio que comenzó el 21 de febrero. Tras los alegatos, se retiró de los tribunales y fue increpado por un grupo de personas. “Zanchetta degenerado, impuro, destruiste la Iglesia”, “Judas”, le gritaron y reclamaron “justicia por los seminaristas”.
El obispo ha negado las acusaciones y dijo que es víctima de una “venganza” de sacerdotes de Orán con los que mantenía diferencias.
En 2016 cinco sacerdotes elevaron una acusación formal contra su entonces superior ante la Nunciatura. En aquella denuncia se lo acusaba a Zanchetta de autoritarismo, desmanejos económicos con propiedades eclesiásticas y abusos sexuales que habrían sucedido en el seminario San Juan XXIII.
El papa Francisco ordenó la apertura de un juicio canónico y aseguró que nada se sabía de las denuncias por supuestos delitos económicos o abusos sexuales cuando Zanchetta fue designado en el Vaticano. Todavía no se conocen los resultados de este proceso.
Otro de los fiscales, Pablo Rivero, señaló que los informes psicológicos y psiquiátricos realizados al obispo “lo presentan como una persona con rasgos psicopáticos y con una grave falla del control de los impulsos; manipuladora de la situación de acuerdo a su conveniencia, que percibe a los demás como objetos para conseguir sus objetivos y que observa la realidad de acuerdo a su propia conveniencia”.
“Estamos ante un hecho histórico de la justicia penal de Orán porque las víctimas se animaron a hablar y dieron las razones que rompen el principio de inocencia del acusado”, dijo Rivero. “No podemos determinar la extensión del daño que sufrieron las víctimas, pero sí tenemos la obligación de darles una respuesta desde la justicia y darle una respuesta a la sociedad de Orán y de todo el país”.