Precios altos afectan la festividad musulmana de Eid al-Adha
La invasión rusa de Ucrania ha enviado los precios de los alimentos por las nubes, causando privaciones generalizadas en todo Oriente Medio, por lo que muchos musulmanes no pudieron comprar cabras, vacas y ovejas para celebrar Eid al-Adha, una de las festividades principales del calendario islámico
Millones de musulmanes en todo el mundo, incluso en países como Afganistán, Libia y los territorios palestinos, celebraban el sábado una de las festividades principales del calendario islámico: Eid al-Adha o “Fiesta del Sacrificio”.
Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania ha enviado los precios de los alimentos por las nubes, causando privaciones generalizadas en todo Oriente Medio y que muchos musulmanes no puedan comprar un animal para el sacrificio ritual. La desesperación por el costo de la vida atenta contra el comercio habitualmente floreciente de cabras, vacas y ovejas.
“Todos quieren sacrificar un animal en el nombre de Alá, pero no pueden hacerlo porque son pobres”, dijo Mohammad Nadir en un mercado de ganado en Mazar-e-Sharif, en el norte de Afganistán, donde unos pocos hombres regateaban el precio de las ovejas.
La festividad venerada coincide con los últimos ritos del hajj, la peregrinación a La Meca en Arabia Saudí. Debería ser una ocasión gozosa, festejada con comida. En buena parte de Asia, en Indonesia India y Pakistán, la fiesta se observará el domingo.
Eid al-Adha conmemora el relato del Corán sobre Ibrahim que se dispone a sacrificar a Ismail como acto de obediencia a Dios, pero antes de que pudiera llevar a cabo el sacrificio, Dios le dio un carnero para el sacrificio. En el relato judío y cristiano, Dios ordena a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac.
Muchos musulmanes celebran la festividad de cuatro días con el sacrificio ritual de los animales para distribuir la carne entre familiares, amigos y los pobres.
En Trípoli, en la Libia desgarrada por una década de caos y violencia y dos años de pandemia, la gente quiere festejar, pero ante los precios —hasta 2.100 dólares por una oveja— los compradores se paseaban por el mercado polvoriento, sin decidirse a la compra.
“Honestamente, estos precios son una locura”, dijo Sabri al-Hadi, exasperado.
Un mercado de animales en la bloqueada Franja de Gaza estaba casi desierto de compradores. Los vendedores dijeron que el precio de los alimentos para ovejas se había cuadruplicado en las últimas semanas.
“Nuestra vida está llena de pérdidas”, deploró Abu Mustafa, un vendedor de ovejas en Deir al-Balah, en el centro de Gaza, donde desde hace tiempo reinan el desempleo y la pobreza.
En las calles de Ramala, Cisjordania, las familias palestinas reducían algunos componentes de la fiesta, que habitualmente ofrece una cantidad de delicias, desde menudencias hasta galletas dulces de kaak y maamoul.
“En días como este había demanda de fruta, golosinas y nueces, pero como se ve... nadie viene a comprar”, dijo el vendedor de frutas Baligh Hamdi.