Puerto Rico exige vacunación contra COVID-19 a restaurantes
El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, anuncia que los empleados de restaurantes y otros establecimientos cerrados que sirven alimentos o bebidas tendrán que estar vacunados contra el COVID-19, y que los clientes deberán mostrar carné de vacunación o una prueba negativa de coronavirus
El gobernador de Puerto Rico Pedro Pierluisi anunció el miércoles que los empleados de restaurantes y otros establecimientos cerrados que sirven alimentos o bebidas tendrán que estar vacunados contra el COVID-19, y que los clientes deberán mostrar carné de vacunación o una prueba diagnóstica negativa.
Las nuevas reglas, que entran en vigor el 23 de agosto, se producen en momentos en los que la isla lidia con un repunte de casos de coronavirus atribuido en gran medida a la variante delta. Aquellos que infrinjan la norma podrían ser sancionados con hasta seis meses en prisión o una multa de 5.000 dólares.
“Como gobernador tengo la responsabilidad de... tomar las medidas necesarias para garantizar la salud de todos”, dijo Pierluisi.
Los clientes en otros espacios cerrados, como teatros, coliseos y centros de convenciones, también deberán mostrar prueba de que están vacunados o una prueba negativa de coronavirus. Pierluisi dijo que pronto habrá otra opción disponible: un código QR que la gente vacunada puede obtener si se inscribe a través de un nuevo sistema del gobierno.
Aunque los requisitos de vacunación son obligatorios para los empleados, los restaurantes y otros sitios que decidan no solicitar una prueba de vacunación o de coronavirus a los clientes deben reducir su aforo al 50%, señaló el gobernador.
Pierluisi añadió que si los empleados no se vacunan, deben presentar pruebas diagnósticas negativas de coronavirus.
Si “estas medidas no tienen un impacto significativo, me veré forzado a implementar restricciones adicionales”, advirtió.
En las últimas semanas, el gobernador ha anunciado que la vacunación es obligatoria para los empleados y contratistas del gobierno, así como para los huéspedes y empleados de hoteles y para los trabajadores de centros de salud, entre otros.
“Aquí la meta es que todo el mundo se vacune”, puntualizó.
La isla de más de 3,3 millones de habitantes ha reportado más de 130.000 casos confirmados de coronavirus y más de 2.600 muertes a causa de la enfermedad. Alrededor del 76% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra COVID-19.