Pugna entre presidente de Líbano y primer ministro designado
El presidente de Líbano y el primer ministro designado intercambian acusaciones mordaces, profundizando la crisis política que ha dejado a este país mediterráneo sin gobierno desde hace meses
El presidente de Líbano y el primer ministro designado intercambiaron acusaciones mordaces el miércoles, profundizando la crisis política que ha dejado a este país mediterráneo sin gobierno desde hace meses.
La disputa se ha ido agravando entre los dos bandos: por un lado, el primer ministro designado Saad Hariri, y por el otro el presidente Michel Aoun y su yerno Gebran Bassil.
En un comunicado emitido el miércoles, el despacho de Aoun acusó a Hariri de tratar de usurpar los poderes presidenciales y de emitir “propuestas delirantes y expresiones insolentes”.
“La continua evasión de responsabilidades por parte del primer ministro designado... constituye una persistente violación de la constitución y del pacto nacional”, dice el texto.
Hariri y su partido político, Futuro, respondieron acusando a la presidencia de “convertirse en rehén de las ambiciones personales” de Bassil, el yerno de Aoun, en alusión a sus supuestas ambiciones presidenciales.
La pugna se ha agudizado a pesar de advertencias de líderes internacionales y de expertos sobre las graves condiciones económicas que enfrenta Líbano. El Banco Mundial declaró el martes que la crisis económica libanesa es una de las peores en los últimos 150 años de la historia mundial.
Líbano se rige por un acuerdo de repartición de poderes, pero a medida que la crisis se profundiza, los miembros de la élite política se pelean sobre la formación de un gobierno que tarde o temprano tendrá que tomar decisiones difíciles.
Hariri —designado primer ministro por Aoun hace siete meses— culpa al presidente de la crisis, acusándolo de insistir en tener poder de veto en el futuro gobierno.
Aoun, aliado del poderoso grupo Hezbollah ha denunciado que Hariri no ha aceptado las responsabilidades de formar un gobierno de consenso. No hay manera legal de que el presidente despida al primer ministro designado, quien es elegido por una mayoría de parlamentarios.
La pugna ha paralizado al país, demorando la aplicación de reformas urgentes. La crisis económica, que estalló en 2019, se ha visto agravada por la pandemia del coronavirus y por la enorme explosión ocurrida el año pasado en el puerto de Beirut que dejó más de 200 muertos y redujo a cenizas esa parte de la capital.
La crisis ha sumido en la pobreza a más de la mitad de la población libanesa, ha hecho que la moneda nacional pierda más del 85% de su valor y ha llevado a los bancos a imponer controles de capital, causando gran desconfianza en el otrora próspero sector bancario.