Quito suspende festejos de fundación y fin de año por COVID
El alcalde de Quito suspende las celebraciones por la fundación de la ciudad, Navidad y fin de año para frenar el sostenido aumento de casos del nuevo coronavirus
El alcalde de Quito anunció el jueves la suspensión de las celebraciones por la fundación de la ciudad, además de las fiestas de Navidad y fin de año, con el propósito de frenar el sostenido aumento de casos del nuevo coronavirus.
En una rueda del prensa Jorge Yunda aseguró que “un año no nos va a hacer daño no poder festejar como siempre lo hemos hecho a la ciudad capital. Para salir adelante en esta emergencia sanitaria... no vamos a tener eventos públicos, no vamos a poner en riesgo a la ciudadanía”.
“Si no nos cuidamos es inminente la segunda ola”, advirtió Yunda, en su primera aparición pública luego del aislamiento debido a que padeció COVID-19.
Yunda también dispuso que se mantengan las restricciones a la circulación vehicular y se intensifiquen los controles para verificar el distanciamiento y los cuidados sanitarios recomendados.
Quito es la ciudad con más contagios en todo el país y en las últimas horas totalizó 58.029 casos del total nacional de 177.513. Hasta ahora en el país se han reportado, además, 12.946 fallecidos por coronavirus, según el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.
Cada año la primera semana de diciembre era usual la presentación de toda clase de espectáculos públicos, desfiles, bailes populares y otras celebraciones para festejar la fundación española de esta ciudad, donde en los últimos días ha habido un constante incremento de casos graves que han colapsado algunos hospitales públicos, especialmente en las barriadas populosas.
Otras ciudades como Guayaquil, Samborondón y Durán también han suspendido toda clase de reuniones bajo la advertencia de que ante cualquier incumplimiento la policía estará lista para intervenir.
Entre marzo y abril la ciudad portuaria de Guayaquil registró escenas dantescas con cientos de cadáveres abandonados en calles y casas debido a que las autoridades y los servicios funerarios no daban abasto para recogerlos.