Republicano en Virginia se une a pelea por temas educativos
El candidato republicano para la gobernación de Virginia está tratando de capitalizar el surgimiento de grupos pequeños pero vocales de padres que despotrican contra los temas de enseñanza en escuelas, se oponen a las medidas contra el COVID-19 y buscan la destitución de funcionarios escolares
Cuando el candidato demócrata a la gobernación de Virginia declaró en un debate televisado que “los padres no deben decirles a las escuelas qué es lo que pueden enseñar”, su contrincante republicano sacó las garras.
El demócrata, Terry McAuliffe, “está yendo al ataque contra los padres”, denunció en un aviso digital el candidato republicano, Glenn Youngkin.
Youngkin anunció un desembolso de un millón de dólares para propagar mensajes con ese lema, y su campaña fundó una asociación de padres para distribuir panfletos acusando a McAuliffe de asumir “una postura descalificadora”. Poco después, organizó una marcha en los suburbios de norte de Virginia.
Youngkin está tratando de capitalizar el surgimiento de grupos pequeños pero vocales de padres que despotrican contra los temas de enseñanza en escuelas, se oponen a las medidas contra el COVID-19 y buscan la destitución de funcionarios escolares a quienes acusan de ser demasiado liberales.
“Me alegro que el señor McAuliffe haya dicho eso, así la gente puede ver la verdad y la manera como el Partido Demócrata quiere controlarlo todo”, declaró Patti Hidalgo Menders, una mujer republicana de 52 años y madre de seis hijos — el menor de los cuales está ahora en la secundaria — en una marcha el fin de semana pasado a favor del republicano.
Youngkin está tratando de animar a la gente que se inclina por los republicanos, con miras a las elecciones del 2 de noviembre. Si esa táctica funciona en Virginia, un estado que antes era republicano y ahora es demócrata, la derecha podría intentar replicar el ejemplo el año próximo en las elecciones para el Congreso
“Glenn Youngkin está utilizando la energía de los padres que están frustrados y hartos de esta situación”, indicó Macaulay Porter, vocero de Youngkin.
Los grupos de padres más activos en Virginia insisten en que son apolíticos y que no quieren influir en las elecciones para gobernador, sino sólo pedir reformas en las elecciones para juntas escolares y la destitución de miembros de dichas juntas. Pero muchas de esas asociaciones tienen nexos con donantes republicanos e instituciones académicas de derecha, y suelen ser dirigidas por personas que trabajaron para candidatos republicanos.
“El otro bando se la pasa diciendo que esto lo que busca es apoyar a candidatos, pero yo creo que es todo lo contrario”, expresó Ian Prior, de 44 años, quien fue funcionario de la presidencia de Donald Trump y fundó Fight for Schools, una asociación que busca la destitución de cinco miembros de la junta escolar del condado Loudoun en Virginia, donde sus dos hijos van a la escuela.
“Esto es algo que ya existe, y los candidatos más astutos lo están aprovechando. Desde el punto de vista de la política, es un efecto secundario”, añadió.
Youngkin asistió el mes pasado a una concentración para Fight for Schools, y su campaña le ha pedido ayuda al grupo de Prior para atraer gente a sus concentraciones. El evento del fin de semana pasado atrajo a unas 100 personas a la plaza frente al edificio de la administración del condado Loudoun en el pueblo de Leesburg, donde protestaron en contra de “estos programas educativos divisivos que están siendo impulsados en nuestra propia vecindad”.
En el condado de Loudoun, a poca distancia de Washington, viven muchas personas inmersas en política. Como ha ocurrido en otras localidades, una reunión reciente de la junta escolar degeneró en una pelea a gritos cuando se trataba de debatir la manera de enseñar a los niños sobre la igualdad racial y los derechos de las personas transgénero.
Las peleas escolares han llegado a tal punto que hace pocos días el secretario de Justicia a nivel nacional, Merrick Garland ordenó a las autoridades federales coordinar con las locales para analizar “el acoso, la intimidación y las amenazas” dirigidas contra miembros de juntas escolares.
“Me quedé impresionada (con Youngkin) al ver cómo se unió a los padres al ver lo descontentos que estaban con las juntas escolares”, expresó Susan Cox, una mujer republicana de 58 años de edad, del poblado de Sterling, que ha trabajado como voluntaria para la campaña de Youngkin.
Los partidarios de McAuliffe, entretanto, afirman que la campaña de Youngkin no es más que un intento de arengar a la base derechista y no hará mella en las tendencias políticas de los suburbios, que abrumadoramente se inclinaron por los demócratas en las elecciones recientes.
“Youngkin está tratando de dividir a los habitantes de Virginia en vez de proteger a los niños del COVID-19”, indicó Christina Freundlich, vocera de la campaña demócrata.
Aun así, arengar a la población del condado Loudoun -- de 420.000 habitantes -- usando temas educativos podría afectar a McAuliffe en unas elecciones donde no se espera mucha concurrencia. El condado votó en un 61% por Joe Biden en las elecciones del año pasado.
Los republicanos calculan que Youngkin podría ganar si obtiene un 40% de los votos del área metropolitana de Washington. Pero quejarse de las enseñanzas sobre igualdad racial podría resultar contraproducente en un condado donde la población se ha vuelto cada vez más heterogénea. Apenas el 53% de la población de Loudoun es blanca, comparado con 69% en el 2010.
“Lanzar una campaña basada en este tema en el condado Loudoun podría ser perjudicial”, señaló Mo Elliethee, ex asesor de la campaña de McAuliffe y de otros políticos demócratas en Virginia.
Algunas asociaciones de padres insisten en que su movimiento es multirracial y nacido de la experiencia de tener a sus hijos tomando clase desde casa, lo que les ofreció un vistazo a la enseñanza que recibían.
Sue Zoldak, fundadora de Do Better FCPS, una asociación de padres en el condado Fairfax y antes asesora de los republicanos, insistió en que su agrupación “no tiene nada que ver” con las campañas políticas y sólo se dedica a temas escolares.
“A mí me parece curiosa esa acusación de que ‘son obviamente grupos conservadores’”, expresó Zoldak. “El único motivo por el que nos estamos organizando es porque todas las juntas escolares están repletas de liberales”.
El financiamiento de ese movimiento parece ser sustancial. La coalición “Free to Learn” comenzó en junio con un millón de dólares destinados a avisos televisivos en el condado Fairfax, en Peoria (Arizona) y en la ciudad de Nueva York.
Pocas semanas después de iniciada esa campaña, “Free to Learn” había recibido mensajes de padres en todos los estados y su membresía se aproxima ahora a los 10.000, aseguró su presidenta, Alleigh Marré, quien fue jefa de personal de la Fuerza Aérea durante la administración Trump.
La agrupación lanzó un mensaje televisivo acusando a los funcionarios del condado Loudoun de promover “un pénsum divisivo promovido por activistas políticos” y acusando a “poderosos sindicatos de maestros” de emplear “tácticas de política sucia para atacar a los padres”.
Dentro de poco saldrán al aire otros anuncios, avisó Marré, quien vive en Virginia y tiene dos hijos pequeños que todavía no van a la escuela. Insistió en que su agrupación desea aglomerar a “padres que piensan igual” y “elevar sus voces a tal punto que no puedan ser ignorados”.
Dijo que padres que han criticado a los distritos escolares han sido víctimas de votos de censura, han tenido vecinos que llaman a sus lugares de trabajo para quejarse o han visto que las actividades deportivas de sus hijos repentinamente disminuyen.
“Es un tema que con toda certeza está en la mente de todos”, dice Marré. “Definitivamente es un tema que tiene a la gente inquieta”.
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Beaumont reportó desde Des Moines, Iowa.