Republicanos apuntan a hispanos en Texas para ganar Congreso
En las aspiraciones republicanas para recuperar el Congreso de EEUU, el sur de Texas, tradicionalmente demócrata, se ha vuelto calladamente una zona estratégica y decisiva de la pelea
En las aspiraciones republicanas para recuperar el Congreso de Estados Unidos, el sur de Texas, tradicionalmente demócrata, se ha vuelto calladamente una zona estratégica y decisiva de la pelea.
Tras conseguir ganancias inesperadas en las elecciones de noviembre, el partido dominado actualmente por el expresidente Donald Trump se está centrando en un trío de escaños de la Cámara de Representantes por la región como objetivos clave de cara a los comicios del año próximo. Entre ellos está el distrito 15to por el Congreso, que no ha enviado un republicano a Washington desde su creación en 1903, pero donde una republicana recién llegada estuvo a tres puntos de ganar en 2020.
Los líderes republicanos creen que el partido está al borde de un realineamiento político entre los votos hispanos en comunidades fronterizas con México como McAllen. Los avances entre los hispanos pudieran contrarrestar las recientes vulnerabilidades del partido entre los votantes, particularmente en los suburbios de las ciudades. Las elecciones del año próximo determinarán si esos cambios son duraderos o sólo una respuesta limitada a las políticas turbulentas de la era Trump, como esperan los demócratas.
Sin embargo, con una mayoría de apenas seis escaños en la cámara baja, los demócratas en Texas dicen que el partido tiene que tomarse seriamente el peligro.
“No creo que haya dudas de que tenemos que estar preocupados y que tenemos que dedicarle más recursos a eso”, dijo Gilberto Hinojosa, que preside el Partido Demócrata en Texas.
El objetivo principal de los republicanos en el área es el distrito 15to. El sector se extiende actualmente desde los límites del condado de Hidalgo, que es 90% hispano, a los suburbios del este de San Antonio. Los votantes aquí nunca han enviado a un republicano a Washington y los líderes nacionales del partido se sorprendieron cuando Mónica De La Cruz-Hernandez, dueña de un pequeño negocio, estuvo a 100.000 votos de vencer al representante demócrata Vicente González, que ha cumplido dos mandatos.
Sentada en su oficina en Álamo este mes, luciendo botas de vaquera y una camiseta de campaña, De La Cruz-Hernandez, que se va a presentar de nuevo, dio crédito por sus resultados a Trump. Dijo que su “personalidad extravagante” había desatado un nuevo interés en la política nacional que cambió las creencias de muchos texanos.
“Cuando prestaron atención a lo que estaba sucediendo en el escenario nacional, creo que las luces se encendieron para personas que vieron un ‘¿sabes qué?, mis valores conservadores no se corresponden con el Partido Demócrata’”, dijo. “En resumidas cuentas, los valores hispanos son a favor de Dios, a favor de la vida y a favor del país. Y aquí somos conservadores”.
La seguridad fronteriza, dice, es “el principal asunto desde el norte del distrito hasta el sur del distrito”, en momentos en que los cruces de la frontera se han disparado. Y los republicanos en el estado se han centrado en el asunto, con Trump realizando una visita el mes pasado a la frontera que atrajo a centenares de sus partidarios.
Los legisladores demócratas del estado se han concentrado en bloquear una propuesta de ley electoral y se han ido a hacer presión en Washington, aunque algunos demócratas que representan el fronterizo Rio Grande Valley no se les sumaron.
A nivel nacional, el Pew Research Center calcula que alrededor de 38% de los votantes hispanos apoyaron a Trump en 2020, comparado con 28% en 2016. Aunque Trump perdió el condado de Hidalgo por 17 puntos porcentuales el año pasado, su respaldo aumentó a más del doble en comparación con 2016, cuando perdió por 40 puntos porcentuales, ganando apenas 28% de los votos. También cambió a su lado a un puñado de otros distritos vecinos, incluso el de Zapata, que Hillary Clinton había ganado 66% vs 33% y el de Kennedy; que Clinton ganó por 53% vs 45% en 2016.
Más allá de esos avances, los republicanos apuntan a otros datos para respaldar su optimismo. Javier Villalobos fue elegido en junio como alcalde de McAllen, el primer republicano en ocupar el puesto en décadas. El proceso de reestructuración de distritos, controlado en Texas por los legisladores republicanos, pudiera producir distritos aún más favorables a los candidatos del partido cuando las líneas sean redibujadas para reflejar la ganancia por el estado de dos escaños.
Villalobos, que se sumó a Trump en su visita a la zona fronteriza y fue elogiado como un superastro por otros funcionarios en el evento, dijo que veía su elección como parte de una tendencia impulsada por Trump y por los cambios económicos, a medida que más hispanos ingresan a la clase media.
“Históricamente, los hispanos son muy conservadores, pero votan tradicionalmente por los demócratas. Poco a poco, incluso las personas mayores están cambiando”, aseguró. “Y eso es hermoso. La competencia es buena”.
No está claro si las ganancias conseguidas por los republicanos en 2020 continuarán en 2022, cuando Trump no estará en las boletas. Los demócratas insisten en que sus malos resultados el año pasado fueron una excepción y apuntan a circunstancias únicas, incluso la decisión del partido de abstenerse mayormente de hacer campaña en persona durante la pandemia. La contienda electoral en McAllen, agregan, no fue partidista y la participación fue de menos de 10.000 votos.
Gonzalez, el representante demócrata por el distrito 15to, insiste en que no le preocupa el fuerte resultado de De La Cruz-Hernandez. Calificó los resultados del año pasado de una “anomalía” impulsada por una pandemia que devastó el distrito, matando a miles de residentes, incluso algunos de sus amigos, y que disuadió a muchos adultos mayores de acudir a las urnas.
Mencionó las ganancias concretas conseguidas bajo el gobierno de Joe Biden que él mencionará en su campaña, incluso la recuperación económica, vacunaciones masivas y la ayuda financiera que ayudó a mantener abiertos los pequeños negocios.
Pero Hinojosa, el jefe demócrata en el estado, se muestra más cauteloso. Admite que el partido fue sorprendido por el flujo de votantes nuevos que apoyaron a Trump. Como nadie pensó que las contiendas serían competitivas, se les dedicaron pocos fondos y esfuerzos.
El mensaje de Trump, dijo, encontró eco en votantes, especialmente en el Rio Grande Valley, donde las tasas de pobreza son altas y la economía sigue vapuleada por un cierre de la frontera con México. Mencionó las preocupaciones sobre el futuro de la industria de petróleo y gas, la frontera y los llamados demócratas de reducirle fondos a la policía, algo que alarmó a muchos votantes con lazos con las agencias del orden.
“Fue casi una tormenta perfecta para los republicanos aquí”, dijo. Apuntó que el partido carecía de “los recursos que eran necesarios para fortalecer su respaldo aquí” porque las contiendas no eran consideradas competitivas.
De cara a las lecciones del año próximo, dice que ya ha tenido reuniones en el sur de Texas con líderes locales, formando coaliciones y contratando a un organizador a tiempo completo.
“Vamos a gastarnos mucho más dinero y mucho más tiempo que nunca para asegurarnos de que no suceda lo que los republicanos dicen que va a suceder”, dijo. “No vamos a correr ningún riesgo”.
Pero las entrevistas con votantes indican que queda mucho por hacer.
Eryc Palomares, de 42 años, que vive en McAllen y trabaja en un laboratorio médico, dijo que le entusiasmó ver a otros como él que han roto lazos con los demócratas “porque es todo lo que hemos visto, todo lo que hemos conocido aquí”.
Es “como si te hubieran lavado el cerebro: vota por los demócratas. Es todo lo que había aquí”, dijo Palomares, que ahora tiende a votar por republicanos.
“La gente se está despertando”, dijo Manuel Pescador Jr., de 54 años, un consultor de seguridad laboral y activista local en McAllen.
Pescador Jr. dijo que cambió de partido hace siete años, en rechazo a lo que considera una cultura de “´limosnas y promesas falsas” y ahora critica duramente a los inmigrantes que entran ilegalmente a Estados Unidos.
“Ellos vienen, se niegan a asimilarse y están aquí para usar todo lo que pueden, de toda forma que pueden y por eso los llamo ‘vaciadores’”, dijo. “Y por eso los hispanos que pueden votar votan por los republicanos, porque sabemos quiénes están viniendo”.
Joe Guerra, que vive en McAllen y se considera independiente, no votó en las elecciones presidenciales del año pasado, pero dice que no le sorprendieron los avances republicanos.
“Durante años, el partido Republicano apenas tenía presencia aquí, pero el espíritu conservador siempre ha estado aquí y (Trump) tuvo la capacidad para convocarlos. Eso es quienes siempre han sido”.