Resiliente profesora de Chile compite por la presidencia
La profesora de ascendencia indígena Yasna Provoste Campillay es reconocida por su resiliencia, luego que a pocos años de ser destituida de un cargo ministerial y alejada de la vida política pública por cinco años, volviera tras ganar dos elecciones parlamentarias que la llevaron a convertirse en candidata presidencial de Chile
La profesora de ascendencia indígena Yasna Provoste Campillay es reconocida en Chile por su resiliencia: fue destituida de un cargo ministerial y se mantuvo alejada por cinco años de la vida política pública, pero retornó en 2013 con grandes triunfos electorales que este año la llevaron a buscar la presidencia.
Provoste —de 51 años, casada y con dos hijos— milita desde los 14 en el centrista Partido Demócrata Cristiano y el 21 de noviembre competirá con otros seis postulantes en representación de la centroizquierda unida en el Nuevo Pacto Social.
A los nueve años fue campeona nacional de gimnasia artística --que practicaba desde los cuatro-- y como premio fue becada para estudiar en una escuela para talentos deportivos en la capital chilena, lo que la llevó a dejar su natal Vallenar, a 670 kilómetros de Santiago, para continuar sus estudios básicos internada y con la práctica de la gimnasia, “que era mi vida”, afirma. Partidarios suyos subieron a redes sociales un vídeo que la muestra practicando una posición invertida, inspirada, mientras veía por televisión la transmisión del mundial de gimnasia artística en octubre último.
Su gran resiliencia al parecer empezó a surgir a los diez años, durante su permanencia en Santiago, cuando si se demoraba en la escuela de talentos, al regresar al internado se quedaba sin almuerzo. “Fue una experiencia dura, pero cuando uno lo vive desde el lado positivo, saca una experiencia para toda la vida: la de sobreponerse”, contó al periódico nacional La Tercera.
Provoste cursó el bachillerato en Vallenar, donde fue campeona de pentatlón, disciplina con la que reemplazó a la gimnasia debido a la lejanía de su escuela de talentos de Santiago. Se graduó de profesora de educación física y cursó un Magíster en Administración Educacional en el vecino puerto de Valparaíso. Además fue dirigente estudiantil en el bachillerato y en la universidad.
Provoste, que se define como “una mujer de carácter y de decir las cosas como son”, es aficionada al fútbol, participó en partidos femeninos de la organización benéfica Teletón y no se pierde los encuentros de la selección chilena. Es reconocida por ser madrugadora y acostarse tarde.
La aspirante presidencial no pierde ocasión para destacar su ascendencia diaguita, una cultura indígena del norte. “Me siento súper orgullosa de mi origen”, dice Provoste, que propone iniciar un diálogo plurinacional con los pueblos indígenas que representan el 12% de los 19 millones de chilenos, la mayoría de la etnia mapuche, que lucha por la devolución de sus tierras ancestrales.
A los 34 años fue nombrada Ministra de Planificación por el presidente socialista Ricardo Lagos (2000-2006) y su sucesora, Michel Bachelet, la designó en la cartera de educación en 2006. La oposición derechista la destituyó del Ministerio de Educación en abril de 2008 y la inhabilitó cinco años de la vida política pública, por lo que en 2009 se trasladó con su familia a un pequeño pueblo cercano a Otawa, Canadá donde desarrolló una investigación académica. A su regreso a Chile un año después fue electa presidenta regional de su partido en Vallenar. “Chile se hace desde las regiones”, afirma.
Su alejamiento de la vida política y del ministerio fue aprobado por la mayoría derechista del Senado en un juicio político que la acusó por no cumplir a cabalidad sus facultades fiscalizadoras, luego de que la Contralaría estableció la desaparición de 262.000 millones de pesos (327.000 dólares) del pago de subvenciones escolares. Una funcionaria ministerial fue condenada por robar parte del dinero. “Tengo fuerza para rato y mucho que hacer. Quisieron sacarme y aquí estoy”, declaró Provoste.
Concluido su alejamiento obligado de cinco años, fue electa diputada en 2013, senadora con mayoría nacional en 2017 para el período 2018-2022, y en agosto de este año ganó las primarias de la centroizquierda con el 60% de las preferencias. En marzo último fue electa presidenta del Senado y al asumir señaló que “asumo este deber como lo que soy: mujer, profesora, madre y esposa, humanista y cristiana, nacida en Vallenar, descendiente diaguita e hija de una familia trabajadora de clase media”.
Profundamente católica, en Vallenar y sus alrededores Provoste es reconocida por ser una activa cuasimodista, es decir, que forma parte de una celebración católica de Semana Santa en la que feligreses acompañan en una procesión a caballo al sacerdote que lleva la comunión a los domicilios de ancianos y enfermos impedidos de participar en los tradicionales ritos de abril. La fiesta también se conoce como “correr a Cristo”.
En un eventual gobierno dio su apoyo a la interrupción del embarazo hasta las 14 semanas, que se discute en el Congreso “Estamos comprometidos con la despenalización del aborto y nos parece muy importante que hoy ésta es una realidad que existe y que no podemos negar más allá de nuestros valores”, señala. También recalca que no es partidaria del aborto libre. En Chile se permite desde 2017 la interrupción del embarazo por tres causales: violación, inviabilidad del feto o peligro de vida de la madre.
La candidata a dirigir un país donde el feminismo es fuerte y poco más de la mitad de los 19 millones de chilenos son mujeres también promete que el enfoque de género “se transformará en un eje transversal de la acción del gobierno”, y que promoverá los derechos de quienes son discriminados, entre otras razones, por orientación sexual o etnia.