Roger Federer se despide en último juego antes de retirarse
Roger Federer se despide del tenis con un último partido antes de retirarse a los 41 años
Este día, este partido, tenía que llegar, por supuesto, para Roger Federer y para el tenis, como inevitablemente debe llegar para todos los deportistas en todos los deportes.
Federer se despide el viernes por la noche con un último encuentro antes de retirarse a los 41 años después de una ilustre carrera que incluyó 20 títulos de Grand Slam y un papel como estadista del tenis. Estaba programado para jugar un partido de dobles junto a su rival Rafael Nadal para el Equipo de Europa en la Copa Laver contra Frances Tiafoe y Jack Sock del Equipo Resto del Mundo.
“Para mí, personalmente, (fue) triste en el primer momento, cuando llegué a la conclusión de que era la mejor decisión”, dijo Federer en una entrevista con The Associated Press esta semana sobre sus emociones al darse cuenta de que era hora de irse. “Lo contuve al principio, luego luché contra él. Pero podía sentir el dolor”.
Cuando los jugadores de ambos equipos fueron presentados antes del partido de sencillos que inicia el evento por equipos de tres días en el O2 Arena, Federer fue el último en salir de un túnel que conducía a la cancha negra, vistiendo la chaqueta azul con cremallera de su equipo y pantalones negros Los aficionados que fueron lo suficientemente ruidosos al recibir a Nadal, Novak Djokovic, Andy Murray y otros realmente se aseguraron de que Federer escuchara su apoyo y gratitud, levantándose para una larga ovación de pie mientras alzaban las cámaras de sus teléfonos para capturar el momento.
Cuando hubo pausas en la acción durante los partidos antes del suyo, Federer se acercó a las tribunas y firmó autógrafo tras autógrafo —en programas, pelotas de tenis, lo que sea que los espectadores le propusieron.
“La multitud estaba encendida”, dijo Sock después de perder el primer partido de individuales el viernes por la tarde ante el dos veces subcampeón de Grand Slam 2022 Casper Ruud 6-4, 5-7, 10-7. “Solo puedo imaginar como será el resto del fin de semana. Y obviamente esta noche con... dos de los ‘GOAT’ jugando juntos”.
En el segundo partido —que fue interrumpido brevemente cuando un manifestante ambientalista ingresó a la cancha y se prendió fuego en un brazo antes que los guardias de seguridad se lo llevaran— Stefanos Tsitsipas venció a Diego Schwartzman 6-2, 6-1 para poner al Equipo Europa arriba 2-0.
Los que tuvieron la suerte de obtener boletos vinieron de todas partes, ninguna distancia es demasiado grande para viajar, ningún costo en demasiado elevado.
“Tengo sentimientos encontrados sobre esto”, dijo Indrani Maitra, una india de 49 años. “Estoy muy contenta de poder ver su último partido. Pero estoy muy triste porque este es su último partido”.
Vino con su hija, Anushka Verma, una estudiante de 19 años de la Universidad de California, Berkeley, por lo que dijeron que era la primera vez que veían tenis en vivo. Ambas lucieron sombreros azules para la ocasión, el de Maitra con la insignia “RF” de Federer, el de Verma con el logo de los cuernos de toro de Nadal.
Había filas de cientos de personas en las tiendas “Game, Set, Merch” dentro y fuera del lugar. Jacob Benaion, un brasileño de 61 años, dijo que esperó más de una hora con su hijo, Moyses, de 32 años.
“Amo el tenis. Mi primer favorito fue Ivan Lendl. Después de eso, Pete Sampras. Y después de eso, Roger Federer. Y Roger Federer es el mejor de todos”, dijo Benaion. “Es una leyenda y ayudó a que el tenis creciera en todo el mundo. Es un embajador del tenis”.
Este adiós sigue al de Serena Williams, poseedora de 23 campeonatos de individuales de major, en el Abierto de Estados Unidos hace tres semanas tras una derrota en la tercera ronda. Deja preguntas sobre el futuro de un juego que él y ella dominaron y trascendieron durante décadas.
Una diferencia clave: cada vez que Williams salía a la cancha en Nueva York, la pregunta que se avecinaba era cuánto duraría —una perspectiva de “ganar o esto es todo”. El viernes esto termina para Federer, sin importar el resultado.
La Copa Laver, que se juega en su quinta edición, fue fundada por la empresa de gestión de Federer y utiliza un formato bastante diferente al de un torneo estándar. Entonces, una victoria para él y Nadal no significará avanzar a otra ronda.
En cambio, Federer dejó en claro que su rodilla derecha reparada quirúrgicamente —la última de tres cirugías se produjo poco después de una derrota en los cuartos de final de Wimbledon en julio de 2021, que será su último partido oficial de sencillos— no está en condiciones de permitirle continuar. y no competirá más allá del viernes.
“Será increíble ver a Roger de regreso en la cancha. Nadie sabe realmente qué esperar físicamente de él, dónde está, pero... disfrutaremos cada minuto”, dijo Sock. “Darle un fuerte abrazo al final, gane o pierda”.
Justo antes que iniciara el partido Ruud vs. Sock, Federer se levantó de un sofá negro junto a la línea de banda y caminó hacia donde estaba Ruud, ofreciéndole una palmada en el hombro.
Luego, Federer volvió a sentarse entre sus compañeros de equipo Stefanos Tsitsipas —quien jugó contra Diego Scwartzman en el segundo partido individual del día— y Matteo Berrettini para comenzar la espera de su turno en la cancha.
“Roger es un unicornio en nuestro deporte. Tiene todo mi respeto, todo mi aprecio por lo que ha ofrecido al tenis hoy. Es algo que, seguro, no se olvidará durante miles de años”, dijo Tsitsipas esta semana. “Tiene ese carisma, pureza y aura que lo hicieron invencible cuando estaba en la cancha”.
La opinión de Tiafoe sobre Federer fue similar: “No creo que veamos a otro tipo como Roger, la forma en que jugó, la gracia con la que lo hizo y quién es él como individuo”.
Ha habido sentimientos similares expresados por muchos dentro y fuera del deporte desde que Federer hizo público el 15 de septiembre su plan para terminar de jugar en la Copa Laver.
El último hurra llega después de un total de 103 títulos a nivel de gira en el currículum sustancial de Federer y 1.251 victorias en partidos en sencillos, ambas cifras superadas solo por Jimmy Connors en la era de los Abiertos, que comenzó en 1968. Los récords de Federer incluyen ser el número uno de mayor edad en la historia del ranking de la ATP —regresó al primer puesto a los 36 años en 2018— y la mayoría de las semanas consecutivas allí (su marca de semanas totales fue eclipsada por Djokovic).
En el apogeo de sus poderes, Federer participó en 10 finales consecutivas de Grand Slam, un récord, ganando ocho, entre 2005 y 2007. Extendiendo el rastro hasta 2010, llegó a 18 de 19 finales de torneos major.
Más que los números, la gente recordará ese poderoso golpe de derecha, el revés con una mano, el impecable juego de pies, un servicio espectacularmente efectivo, el entusiasmo por llegar a la red, la voluntad de reinventar aspectos de su juego y —la parte de la que está más orgulloso— una longevidad inusual. Luego, también, está su personalidad fuera de la cancha.
Todo lo cual es parte de por qué en verdad el viernes fue que el eventual ganador del partido Federer-Nadal vs. Tiafoe-Sock, el puntaje, las estadísticas, nada de eso importará, todo era completamente irrelevante. El día fue, después de todo, sobre la despedida en sí. O, mejor, las despedidas: la de Federer al tenis, a la afición, a sus colegas. Y, naturalmente, cada una de las despedidas de esas entidades a Federer.