Rusia mantiene su ofensiva: caen misiles cerca de Leópolis

Las fuerzas rusas siguen adelante en su asalto a varias ciudades ucranianas y alcanzan un edificio próximo al aeropuerto de una ciudad occidental, mientras los líderes mundiales piden que se investiguen los repetidos ataques del Kremlin contra objetivos civiles

AP Noticias
Viernes, 18 de marzo de 2022 04:21 EDT

Las fuerzas rusas presionaron el viernes en su asalto a varias ciudades ucranianas y alcanzando un edificio próximo al aeropuerto de una ciudad occidental con misiles, mientras los líderes mundiales pedían una investigación sobre los repetidos ataques del Kremlin contra objetivos civiles, incluyendo operaciones aéreas sobre escuelas, hospitales y zonas residenciales.

El alcalde de Leópolis, Andriy Sadovyi, explicó en Telegram que varios misiles alcanzaron un centro de reparación de aviones militares y dañaron otro de arreglo de buses, aunque no reportó la existencia de víctimas de inmediato. La primera de las instalaciones había suspendido sus operaciones antes del incidente, agregó.

Los seis misiles que alcanzaron Leópolis se dispararon desde el mar Negro, pero dos de ellos fueron derribados, explicó el mando occidental de la fuerza aérea ucraniana en Facebook.

Ubicada no muy lejos de la frontera con Polonia, y bastante lejos del frente, Leópolis y sus alrededores no han sido ajenos a los ataques de Rusia. El peor de ellos mató a cerca de tres docenas de personas en un centro de entrenamiento cerca de la ciudad. Mientras, su población ha aumentado en unas 200.000 personas debido a la llegada de gente de todo el país para buscar refugio.

En parte occidental de la capital, Kiev, podían verse columnas de humo tras un ataque a primera hora de la mañana del viernes. No se reportaron daños personales ni materiales de inmediato.

En una ciudad tras otra, los hospitales, escuelas y edificios donde la población trata de ponerse a salvo de los bombardeos han sido atacados. Los rescatistas buscaban sobrevivientes entre las ruinas de un teatro que servía de refugio a cientos de personas cuando fue arrasado por la aviación rusa en la asediada ciudad de Mariúpol, en el sur del país. Y en Merefa, cerca de la ciudad noroccidental de Járkiv, al menos 21 personas perdieron la vida cuando la artillería rusa destruyó una escuela y un centro comunitario, dijo un funcionario local.

A las morgues de la ciudad norteña de Chernígov llegaron docenas de cadáveres en apenas un día.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó el jueves que las autoridades del país estaban evaluando los posibles crímenes de guerra y que, si se confirma el ataque deliberado de Rusia a la población civil, habrá “enormes consecuencias”.

Por su parte, la jefa de política de Naciones Unidas, la secretaria general adjunta Rosemary DiCarlo, pidió una investigación sobre las víctimas civiles y recordó al Consejo de Seguridad de la institución que la ley humanitaria internacional prohíbe los ataques directos a la población.

Muchos de los incidentes registrados a diario en las ciudades ucranianas “son supuestamente indiscriminados” y en ellos se emplean “armas explosivas con una gran zona de impacto”, afirmó DiCarlo, agregando que la devastación en Mariúpol y Járkiv “plantea grandes temores sobre el destino de los millones de residentes en Kiev y en otras ciudades que enfrentan ataques cada vez más intensos”.

En Mariúpol, se cree que cientos de civiles se refugiaban en un gran teatro con columnas en el centro de la ciudad que fue arrasado por la aviación rusa el miércoles. Más de un día después, no se ha ofrecido una cifra de víctimas mortales y hay informaciones contradictorias sobre posibles sobrevivientes. Las comunicaciones con la ciudad están cortadas y llegar allí es complicado debido a los bombardeos y los combates.

Imágenes satelitales del lunes de la tecnología Maxar mostraron enormes letras blancas sobre el pavimento frontal y trasero del edificio que formaban la palabra “NIÑOS” en ruso (“DETI”) para alertar a los aviones de combate de quién estaba en el interior.

“Esperamos y creemos que algunas personas que se quedaron en el refugio debajo del teatro puedan sobrevivir”, dijo a The Associated Press Petro Andrushchenko, funcionario de la alcaldía. Apuntó que el teatro tenía un refugio antibombas relativamente moderno en el sótano, diseñado para resistir ataques aéreos. Otros funcionarios señalaron antes que algunos habían conseguido salir del inmueble.

Los videos y fotografías proporcionados por el ejército ucraniano mostraron que el edificio, de al menos tres plantas, quedó reducido a un esqueleto sin tejado, con algunas de sus paredes exteriores derrumbadas.

Las ráfagas de nieve rodeaban los restos de edificios de apartamentos calcinados, sin ventanas y con marcas de metralla mientras el humo se alzaba sobre el perfil de la ciudad.

“Estamos intentando sobrevivir de alguna manera", dijo una de las residentes, que se identificó solo con su nombre, Elena. “Mi hijo tiene hambre. No sé que darle de comer".

Moscú negó haber bombardeado el teatro o cualquier otro lugar en Mariúpol el miércoles.

En Chernígov, al menos 53 personas fueron llevadas a las morgues en las últimas 24 horas tras los intentos ataques aéreos y de artillería rusos, dijo el gobernador, Viacheslav Chaus, a la televisora ucraniana.

La Organización Mundial de la Salud verificó 43 ataques a hospitales y centros de salud que causaron 12 fallecidos y 34 heridos.

En declaraciones en la madrugada del viernes, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dio las gracias a su homólogo estadounidense, Joe Biden, por la ayuda militar adicional pero dijo que no daría más detalles porque no quiere que Rusia sepa qué puede esperar. El mandatario afirmó que cuando comenzó la invasión, el 24 de febrero, Moscú esperaba una situación como la de 2014, cuando tomó Crimea son combatir y respaldó a los separatistas que asumieron el control de la región oriental del Donbás.

Pero Ucrania tenía defensas mucho más sólidas de lo esperado, y Rusia “no sabía lo que teníamos ni cómo nos preparamos para afrontar el golpe".

Los combates han hecho que más de 3 millones de personas huyesen del país, según estimaciones de la ONU. La cifra de fallecidos aún se desconoce, pero Ucrania dijo que miles de civiles han muerto desde el inicio de la invasión.

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Yuras Karmanau en Leópolis, Ucrania, y otros periodistas de The Associated Press en todo el mundo contribuyeron a este despacho.

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