Serrat se despide de los escenarios mexicanos con cariño
Con un mensaje sobre el daño al medioambiente, homenajes a la canción mexicana y un invitado de honor, el cantautor catalán Joan Manuel Serrat se despidió de los escenarios mexicanos con un concierto en el Auditorio Nacional
Con un mensaje sobre el daño al medioambiente, homenajes a la canción mexicana y un invitado de honor, el cantautor catalán Joan Manuel Serrat ofreció el primero de sus conciertos de la gira del adiós en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México.
Serrat había anunciado en diciembre del año pasado que esta gira, titulada “El vicio de cantar”, sería su última, pero la velada también estuvo llena de humor y fuerza de voluntad, pues se resistió a que la emoción lo sobrepasara.
“Aunque ustedes se empeñen y mis emociones se desborden, pienso llegar al final, se los aseguro”, dijo el músico. “Por más que ustedes se empeñen en destruirme emocionalmente, no lo van a conseguir, entre otras cosas, porque ya lo estoy”.
Como era de esperarse, Serrat interpretó grandes éxitos como “Mediterráneo”, “Para la libertad”, “El carrusel del furo” y, al final del concierto, la ansiada “Penélope”. También deleitó al público al rendir un homenaje a José Alfredo Jiménez con “Un mundo raro” y, muy a modo para la despedida, la canción tradicional mexicana de “La golondrina”.
El cantautor recordó su primera visita a México en 1969, cuando “aún las hogueras de Tlatelolco seguían encendidas”, dijo en referencia a la matanza de estudiantes ocurrida un año antes en esa zona de la ciudad. Recordó con cariño su primer concierto en Bellas Artes realizado a pocos días de haber aterrizado y su encuentro con estudiantes de la UNAM en el Auditorio Justo Sierra.
“Llegué por primera vez y creo que ya fue la única vez porque todo lo demás fue un amor con otro amor, con otro amor, el mismo amor y siempre amor”, manifestó.
Años después, a finales de 1975, tras ser perseguido por la dictadura de Francisco Franco, dijo que decidió exiliarse en el país por esa misma cercanía. “El exilio es un territorio complicadísimo”, dijo. “Tuve la suerte de que me abrieron las puertas y que me invitaron a quedarme”.
Durante el concierto, Serrat también citó al cómico mexicano Mario Moreno Cantinflas con la frase “ahí está el detalle” y a otro artista extranjero que, como él, encontró su casa en México: el fallecido escritor colombiano Gabriel García Márquez.
“Como dijo nuestro querido Gabo, la vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”, dijo.
Pero quizá lo que más sorprendió fue su invitado de honor, un cantante mexicano pop.
“Esta noche quiero presumir de uno de mis amigos, quiero invitar al escenario a mi querido amigo Manuel Mijares”, dijo antes de interpretar a dúo “Hoy puede ser un gran día”.
Una sección del concierto la dedicó a sus orígenes humildes y republicanos. Interpretó “Nanas de la cebolla”, un poema del autor comunista Miguel Hernández, incluido en su álbum en honor al poeta de 1972, y “Cançó de bressol”, basada en una canción cuna en catalán que le solía cantar su madre.
“Nací en Barcelona, en el barrio del Poble-sec, allí crecí y ahí aprendí casi todo lo que sé, bueno y malo”, dijo. “Mi padre era un fontanero y mi madre se dedicaba a eso que eufemísticamente se llama ‘sus labores’, o sea a trabajar, a trabajar como una mula”.
Serrat, quien casi no hizo pausas durante el concierto de más de dos horas, dedicó palabras de cariño a los personajes de sus canciones, como “Señora”.
“Hace más de medio siglo que la señora y yo nos conocemos”, dijo. “A mí se me ha caído el pelo, tengo las rodillas hechas polvo y ella, en cambio, sigue teniendo los maravillosos 40 años. Los personajes no envejecen”.
Pero su mensaje más enérgico fue una llamada de atención para tratar de corregir el rumbo ante la destrucción ambiental.
“Se esfuerzan en darle normalidad a expresiones como cambio climático... cuando esconde realmente una terrible realidad que está a la vuelta de la esquina. Es muy doloroso pensar en la porquería de mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos y a nuestros nietos si las cosas no se remedian”, dijo antes de interpretar “Padre”, un tema sobre la desgracia de los ecosistemas perdidos. “Cuando escribí esta canción, ... estaba convencido de que la sabiduría del hombre, el progreso, la ciencia, harían que esta canción quedase obsoleta en poco tiempo. Nadie lo diría, pero esta canción está por cumplir 50 años”.
“Deseo de todo corazón que... podamos volver a vernos las caras sin tapabocas y que la palabra mañana sea un sinónimo de vida”, agregó.
Serrat, galardonado con el Premio a la Persona del Año de la Academia Latina de la Grabación en 2014, continuará con su gira por Colombia, Costa Rica y España.