Si EEUU prohíbe el aborto, minorías tienen más que perder

Un borrador de una opinión de la Corte Suprema que deja entrever que el derecho a abortar será revocado está haciendo que se preste atención a los riesgos que ello representaría para las mujeres negras e hispanas

AP Noticias
Miércoles, 04 de mayo de 2022 21:38 EDT
Shannon Brewer is strident defender of woman’s right to choose as Director of Jackson’s Women’s Health Organisation
Shannon Brewer is strident defender of woman’s right to choose as Director of Jackson’s Women’s Health Organisation (AP)

Si usted es una mujer negra o hispana en un estado conservador de Estados Unidos que ya limita el acceso al aborto, es mucho más probable que tenga uno que una mujer blanca.

Y si la Corte Suprema federal permite que los estados restrinjan más o incluso prohíban los abortos, las mujeres de las minorías que ya enfrentan acceso limitado a la atención médica se llevarán la peor parte, de acuerdo con estadísticas analizadas por The Associated Press.

El impacto potencial en las mujeres de las minorías se volvió más claro el lunes con la filtración de un borrador de opinión de la Corte Suprema que deja entrever que la mayoría conservadora del tribunal se apresta a anular el histórico fallo de 1973 que legalizó el aborto a nivel nacional.

En lo que se refiere al efecto sobre las mujeres de las minorías, los números son inequívocos. En Mississippi, las personas de raza negra representan el 44% de la población, pero el 81% de las mujeres que se someten a un aborto, de acuerdo con la Kaiser Family Foundation, que da seguimiento a las estadísticas de salud.

En Texas, representan 59% de la población y 74% de quienes abortan. Las cifras en Alabama son de 35% y 69%. En Luisiana, las personas de raza negra representan 42% de la población, de acuerdo con estadísticas del Departamento de Salud del estado, y aproximadamente el 72% de quienes se someten a abortos.

“Las restricciones al aborto son racistas”, dijo Cathy Torres, gerente de planificación para Frontera Fund, una organización de Texas que ayuda a las mujeres a pagar por la interrupción del embarazo. “Impactan directamente a las personas no blancas, negras, morenas, indígenas … personas que están tratando de que les alcance el dinero".

¿Por qué las grandes disparidades? Laurie Beltram Riberts, directora ejecutiva del Fund Yellowhammer, con sede en Alabama, que provee ayuda financiera a mujeres que desean abortar, dijo que las mujeres no blancas en estados con leyes que restringen el aborto a menudo tienen acceso limitado a la atención médica y falta de opciones para un control eficiente de la natalidad. Con frecuencia las escuelas imparten una educación sexual ineficaz o inadecuada.

Si los abortos son prohibidos, esas mismas mujeres —a menudo pobres— casi seguramente pasarán dificultades para viajar a lugares distantes en el país con el fin de interrumpir su embarazo o para criar niños que les costaría trabajo mantener, dijo Roberts, que es negra y alguna vez trabajó de voluntaria en la única clínica de abortos en Mississippi.

“Estamos hablando de personas que ya están marginadas”, agregó.

Independientemente de lo que dicen los legisladores, insistió Torres, la intención es afectar a las mujeres no blancas, controlar sus cuerpos. "Ellos saben a quiénes van a afectar esas restricciones. Lo saben, pero no les importa”, manifestó.

Pero Andy Gipson, exintegrante de la legislatura de Mississippi que ahora es el comisionado estatal de agricultura y comercio, dijo que la raza no tiene nada que ver con la aprobación en el estado de una ley contra el aborto después de la 15ta semana de embarazo, que está ahora ante la Corte Suprema.

“Se trata de salvar la vida de los no nacidos y la vida y la salud de la madre, sin importar el color”, dijo Gipson, un republicano blanco que también es pastor bautista.

A aquellos que dicen que forzar a las mujeres a tener bebés las someterá a penurias, la fiscal general Lynn Fitch, republicana de raza blanca, les dice que ahora “es más fácil para las mujeres trabajadoras equilibrar el éxito profesional y la vida familiar” que hace 49 años, cuando se emitió el fallo en el caso Roe vs Wade.

Fitch, que esta divorciada, a menudo menciona su experiencia trabajando fuera de casa mientras criaba a tres hijos. Pero Fitch creció en una familia de buena posición económica y ha trabajado en el sector jurídico, factores ambos que pueden darle a una mujer trabajadora los medios y la flexibilidad para obtener ayuda en la crianza de los hijos.

No es así para muchas mujeres de las minorías en Mississippi ni en otras partes. Los activistas dicen que en muchos sitios donde los servicios de aborto están siendo limitados, hay poco apoyo para las mujeres que dan a luz.

En todo el país, información del Buró del Censo analizada por la AP muestra que menos mujeres negras e hispanas tienen seguro médico, especialmente en los estados con restricciones severas al aborto. Por ejemplo, en Texas, Mississippi y Georgia, al menos 16% de las mujeres negras y 36% de las hispanas no tenían seguro en 2019, unas de las tasas más elevadas del país.

Los problemas se agravan aún más en estados sin programas eficaces de educación sobre la reproducción. La ley de Mississippi dice que la educación sexual en las escuelas públicas debe hacer énfasis en la abstinencia para evitar embarazos y enfermedades venéreas. Se prohíbe sostener discusiones sobre el aborto, y los instructores podrían no demostrar cómo usar condones u otros métodos anticonceptivos.

La directora en Mississippi para Planned Parenthood Southeast, Tyler Harden, es una mujer negra de 26 años que tuvo un aborto hace unos cinco años, una experiencia que la llevó a desarrollarse en una carrera en apoyo a las mujeres embarazadas y la preservación de los derechos a interrumpir el embarazo.

Dijo que cuando estudiaba en una escuela pública rural de Mississippi no le enseñaron nada sobre control de la natalidad. Al quedar embarazada a los 21 años, sabía que quería un aborto. Su madre padecía cáncer y Harden estaba en el último semestre de la universidad, sin empleo ni un lugar donde vivir tras graduarse.

Dijo que la hicieron sentir miedo y vergüenza, sentimientos que también tuvo durante las clases de educación sexual. Cuando acudió a la clínica, relató que los manifestantes le dijeron que ella estaba “matando el regalo más precioso” de Dios y que estaba “matando un bebé negro, siguiendo el juego de lo que quieren los supremacistas blancos”.

Tanya Britton, expresidenta de la organización antiaborto Pro-Life Mississippi, a menudo conduce tres horas en su auto desde su casa en el norte del estado para orar junto a la clínica de abortos en Jackson. Britton es negra, e hizo notar que es una tragedia que el número de bebés negros abortados desde el fallo de Roe vs. Wade equivaldría a la población de varias ciudades grandes. Dijo también que la gente actúa con despreocupación a la hora de interrumpir un embarazo.

“Tú no puedes quitarle la vida a alguien simplemente porque esto no es conveniente... 'Quiero terminar mi educación’”, dijo. “No matarías a tu hijo de dos años porque estás en la escuela de posgrado”.

Pero la representante estatal Zakiya Summers, que reside en Jackson y es negra y madre, dijo que no hay nada de despreocupación en lo que están haciendo las mujeres pobres. Reciben poco respaldo, y a menudo deben tomar decisiones difíciles.

“Las mujeres están simplemente tratando de sobrevivir”, dijo. “Y Mississippi no lo facilita en nada”.

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Los reporteros de The Associated Press Noreen Nasir en Jackson, Mississippi, y Jasen Lo en Chicago contribuyeron a este despacho.

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