Sublevados rebasaron capacidad de la policía en Capitolio
A pesar de las amplias advertencias acerca de las manifestaciones en pro del presidente Donald Trump en Washington, la policía del Capitolio federal no reforzó a su personal el miércoles ni hizo preparativos en caso de que las movilizaciones previstas devinieran en multitudinarios disturbios violentos, según diversas personas que fueron informadas de la respuesta policial
A pesar de las amplias advertencias sobre las manifestaciones en pro del presidente Donald Trump en Washington, la policía del Capitolio federal no reforzó a su personal el miércoles ni hizo preparativos en caso de que las movilizaciones previstas devinieran en multitudinarios disturbios violentos, según diversas personas que fueron informadas de la respuesta policial.
Las revelaciones arrojan nueva luz sobre por qué la policía del Capitolio se vio rápidamente rebasada por los alborotadores. El departamento tenía el mismo número de agentes con que cuenta en una jornada de rutina. Aunque algunos de los policías portaban equipo para enfrentar una protesta, su número era insuficiente y carecían del instrumental para un motín.
Una vez que la turba comenzó a avanzar hacia el Capitolio, un teniente de la policía ordenó que no se utilizara fuerza letal, lo cual explica por qué los agentes en el exterior del recinto no desenfundaron sus armas cuando se acercaba la multitud. A veces se ordena a los policías no agravar una situación sacando sus armas si sus superiores creen que hacerlo pudiera provocar una estampida o una balacera.
En este caso, ello también dejó a los oficiales con poca capacidad para repeler a la turba. En un video de la escena, un agente eleva sus puños para intentar hacer retroceder a una multitud que lo empuja a él y a otros policías contra una puerta. La multitud les grita: “¡ustedes no son estadounidenses!”, y un hombre intenta encajarle la punta de una bandera de Estados Unidos.
“Los dejaron desnudos", dijo a la AP la representante demócrata Maxine Waters en referencia a los agentes del lugar. Waters había planteado el 28 de diciembre sus preocupaciones de seguridad durante una reunión entre demócratas de la Cámara de Representantes, y le hizo numerosas preguntas a Steven Sund, jefe de la policía del Capitolio, durante una llamada privada de una hora la víspera del Año Nuevo.
“Resultó que fue la peor falla de seguridad que se pudiera imaginar”, concluyó.
La ineficaz reacción de la policía del Capitolio frente a los disturbios, la mala planificación y la falta de anticipación a la gravedad del peligro suscitaron la condena de los legisladores y la destitución del jefe del departamento y de los sargentos de armas tanto de la Cámara de Representantes como del Senado.
Conforme se aclara la magnitud de la insurrección, el FBI también está investigando si algunos de los sublevados tenían planes para secuestrar a legisladores y retenerlos como rehenes.
Los investigadores se han centrado en particular en por qué en las imágenes algunos de los revoltosos portan correas de plástico para sujetar de las manos a personas y al parecer accedieron a zonas en el Capitolio generalmente difíciles para que el público las ubique, según un funcionario.
El agente fue uno de cuatro que recibieron información sobre el incidente del miércoles y que solicitaron el anonimato para hacer declaraciones a The Associated Press porque no estaban autorizados a conversar sobre una investigación en marcha.
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Los periodistas de The Associated Press Zeke Miller, Lolita Baldor, Mike Balsamo, Alan Fram y Mary Clare Jalonick contribuyeron a este despacho.