UE autoriza vacuna contra COVID-19 fabricada por Valneva
La UE autoriza la vacuna contra el COVID-19 fabricada por la farmacéutica francesa Valneva, lo que la convierte en la sexta vacuna a la que se da luz verde en Europa
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) anunció el jueves que recomendó la autorización de la vacuna contra el COVID-19 fabricada por la farmacéutica francesa Valneva, lo que la convierte en la sexta vacuna a la que se da luz verde en Europa.
La agencia reguladora de medicamentos dijo en un comunicado que había autorizado la vacuna de dos dosis de Valneva para personas de 18 a 50 años. El principal estudio utilizado para evaluar la vacuna de Valneva fue una investigación en unas 3.000 personas de 30 años o más. Los científicos la compararon con la vacuna de AstraZeneca contra el COVID-19.
Esos resultados mostraron que la vacuna de Valneva desencadenó la producción de niveles más altos de anticuerpos que la vacuna de AstraZeneca. La EMA dijo que “la vacuna (Valneva) es tan efectiva para desencadenar la producción de anticuerpos en personas de entre 18 y 29 años como en personas de 30 años o más”.
Aun así, la EMA dijo que había datos limitados sobre cuán efectiva podría ser la vacuna de Valneva contra la variante ómicron del coronavirus y sus subvariantes, que actualmente están alimentando repuntes repentinos de casos en toda Europa. La EMA dijo que los efectos secundarios de la inyección de Valneva fueron en su mayoría leves, incluidos dolores, náuseas y cansancio.
La vacuna de Valneva se fabrica con la misma tecnología que se usa para las vacunas contra la gripe y la poliomielitis. Utiliza una versión muerta del virus COVID-19, que prepara al cuerpo para producir anticuerpos contra él. La inoculación también contiene adyuvantes, que son ingredientes para estimular la respuesta inmunitaria.
El año pasado, el gobierno británico canceló un acuerdo para comprar 100 millones de dosis de Valneva, en parte porque estaba claro que la vacuna de la compañía no sería aprobada por los reguladores británicos, según el secretario de Salud.