UE contempla erigir muros fronterizos
Una “guerra híbrida” lanzada por Bielorrusia, usando a los migrantes como arma, hace que la Unión Europea considere algo a lo que siempre se resistió: La construcción de muros fronterizos
El temor de que el líder autoritario de Bielorrusia esté promoviendo una “guerra híbrida”, en la que usa a los migrantes y los refugiados para socavar la seguridad de la Unión Europea, abre fisuras en algunos valores y leyes del bloque de 27 naciones.
La crisis en las fronteras orientales de Polonia, Lituania y Letonia alimenta llamados a que la UE financie la construcción de algo que nunca quiso: Muros y cercos fronterizos.
Esta propuesta fue hecha esta semana en una ceremonia conmemorando la caída de una de las barreras físicas más históricas de Europa el Muro de Berlín.
La crisis fronteriza con Bielorrusia se viene gestando desde hace meses. Altos funcionarios europeos dicen que el líder autoritario de ese país, el presidente Alexander Lukashenko, está atrayendo miles de migrantes y refugiados a Minsk con la promesa se ayudarlos a llegar a Europa occidental.
Bielorrusia niega estar usando a los migrantes como peones, pero la UE dice que Lukashenko está tomando medidas en represalia por las sanciones impuestas a su gobierno tras unas cuestionadas elecciones presidenciales en las que obtuvo un sexto mandato el año pasado, las cuales generaron protestas antigubernamentales y una represión de la oposición interna.
La crisis alcanzó otra dimensión cuando una gran cantidad de personas que buscan asilo se congregó en la frontera con Bielorrusia, cerca del poblado polaco de Kuznica. Varsovia reforzó las medidas de seguridad allí, enviando policías antimotines para frenar a quienes tratasen de cruzar un cerco con alambre de púas.
Legisladores polacos pidieron la declaración de un estado de emergencia y cambiaron las leyes de asilo. Solo soldados tienen acceso a la zona, para pesar de organismos de refugiados y de los aliados de Polonia en la UE. Lituania está tomando medidas similares y empezó a extender su cerco fronterizo.
La Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, cree que los muros y barreras no sirven, y se ha resistido a financiarlos, aunque sí paga por otras medidas como cámaras y equipo de vigilancia.
En medio de tantas tensiones, las cosas pueden estar cambiando.
“Enfrentamos un ataque brutal, híbrido, de nuestras fronteras de la UE. Bielorrusia explota las penurias de los migrantes de una forma cínica y estremecedora”, afirmó el presidente del Consejo Europeo Charles Michel el martes en Alemania, durante el 32do aniversario de la caída del Muro de Berlín.
“Hemos iniciado el debate en torno a la financiación de una infraestructura fronteriza física en la UE. Hay que resolver esto pronto porque las fronteras de los polacos y del Báltico son las fronteras de la UE. Uno para todos y todos para uno”, dijo Michel.
El tema provoca desasosiego. El Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas Filippo Grandi pidió el miércoles a legisladores europeos que actúen con mesura.
“Estos retos no justifican la reacción instintiva que vemos en algunos lugares”, manifestó. “El discurso xenofóbico irresponsable, muros y alambrados de púas; la represión violenta, que incluye golpizas, de refugiados y migrantes, a veces desnudándolos y tirándolos a los ríos o dejándolos para que se ahoguen en el mar; los intentos por evadir las obligaciones de asilo, pagándoles a otros estados para que asuman las responsabilidades de uno”.
Unos 8.000 migrantes ingresaron desde Bielorrusia el año pasado y los guardias fronterizos evitaron que otros 28.000 lo hiciesen, según cifras de la Comisión Europea.
Monique Pariat, funcionaria de asuntos internos de la Comisión, dijo que se trata mayormente de iraquíes o sirios que llegan a Minsk desde el Líbano, Jordania, Turquía, Siria y los Emiratos Árabes Unidos Pagan mucho dinero a la empresa turística estatal, que va “a los bolsillos de Lukashenko”, indicó.
Es lo último que los europeos quieren ver. En el 2015 llegaron más de un millón de personas, la mayoría escapándole al conflicto del Medio Oriente, y se desató la crisis política más compleja de la UE. No se ponen de acuerdo acerca de quién debe asumir la responsabilidad por los refugiados y los migrantes, ni sobre qué países de la UE deberían ayudar.
Grecia e Italia recibieron una cantidad de migrantes hace seis años. España ha recibido miles de personas que buscan asilo en los últimos años. Ahora le toca a Polonia, Lituania y Letonia.
Muchos en Occidente creen que el presidente ruso Vladimir Putin apoya la política de Lukashenko de facilitar el paso de migrantes hacia Europa.
“Saben perfectamente que es un tema que divide a los miembros de la UE. Debemos cuidarnos de no pelearnos entre nosotros y hacerles el juego”, dijo Isabel Wiseler-Lima, parlamentaria europea conservadora de Luxemburgo.
Doce naciones del bloque (Austria, Bulgaria, Chipre, la República Checa, Dinamarca, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Eslovaquia) pidieron a la Comisión Europea que refuerce las medidas de seguridad de la frontera para evitar verse desbordadas por los migrantes.
El tema es si las medidas que se tomen constituirán “rechazos” —negarle el ingreso a la gente, a menudo por la fuerza, sin darle la oportunidad de pedir asilo—, lo que generalmente viola tratados internacionales y las leyes de la UE.
Las tensiones van en aumento, se refuerza la seguridad y reaparecen viejos métodos.
“Se ha demostrado que la única solución efectiva para prevenir la llegada masiva de inmigrantes ilegales son las barreras físicas”, declaró el primer ministro húngaro Viktor Orban en una carta enviada a la Comisión la semana pasada, en la que pidió que se le reembolsase el dinero que gastó en cercos fronterizos.