Vaticano culpa a prelados por ascenso de McCarrick
Tras una investigación al excardenal Theodore McCarrick, el Vaticano ha concluido que varios obispos, cardenales y papas restaron importancia o directamente descartaron informes de que tenía sexo con seminaristas, y determinaron que el papa Francisco se limitó a continuar el manejo del caso del depredador iniciado por sus predecesores hasta que un exmonaguillo lo acusó de abusos
Tras una investigación al excardenal Theodore McCarrick, el Vaticano ha concluido que varios obispos, cardenales y papas restaron importancia o directamente descartaron informes de que tenía sexo con seminaristas, y determinaron que el papa Francisco se limitó a continuar el manejo del caso del depredador iniciado por sus predecesores hasta que un exmonaguillo lo acusó de abusos.
El Vaticano tomó la medida insólita de publicar el martes la investigación interna de 400 páginas sobre el ascenso y caída del prelado estadounidense para tratar de restaurar la credibilidad de las jerarquías vaticana y norteamericana, destruidas por el escándalo de McCarrick.
Un resumen del informe del Vaticano atribuye la máxima culpa a un santo de la Iglesia católica: el difunto papa Juan Pablo II, que designó a McCarrick arzobispo de Washington D.C. en 2000 a pesar de haber ordenado una investigación que confirmó que tenía sexo con seminaristas. El resumen dice que Juan Pablo creyó en la refutación manuscrita que McCarrick presentó como última defensa.
Francisco despojó a McCarrick, de 90 años, del estado sacerdotal el año pasado después que una investigación de que el prelado trotamundos y buen recaudador de fondos había abusado sexualmente tanto de adultos como de niños. El Vaticano recibió informes de personalidades creíbles, que se remontaban a 1999, de que la conducta de McCarrick era problemática, pero que eso no le impidió llegar a ser cardenal, eminencia gris y emisario de la “diplomacia blanda” de la Santa Sede.
Se acusa a obispos vivos y muertos de brindar al Vaticano información incompleta sobre la conducta de McCarrick y cerrar los ojos ante sus violaciones reiteradas de las restricciones informales ordenadas en 2006 después que el papa Benedicto XVI decidió no investigar ni sancionarlo gravemente.
En cambio, según las conclusiones, Francisco no anuló ni modificó esas restricciones, no designó a McCarrick “agente diplomático” de la Santa Sede ni recibió documentación sobre él antes de 2017. No dicen si Francisco solicitó esa documentación después de que uno de sus embajadores supuestamente le dijo en 2013 que McCarrick era depredador.
“El papa Francisco solo tenía informes de denuncias y rumores relativos a conducta inmoral con adultos que ocurrió antes del nombramiento de McCarrick a Washington”, dice el resumen. Al creer que las denuncias habían sido revisadas y rechazadas por el papa Juan Pablo II y consciente de que McCarrick estuvo activo durante el pontificado de Benedicto XVI, el papa Francisco no consideró necesario modificar el enfoque que se había adoptado”.
Francisco cambió de rumbo cuando un exmonaguillo en 2017 acusó a McCarrick de haberlo manoseado cuando era adolescente durante los preparativos de las misas de Navidad de 1971 y 1972 en Nueva York. Esta fue la primera acusación fundada contra McCarrick en la que estaba implicado un menor y dio lugar al juicio canónico que lo despojó del estado sacerdotal.
El informe contiene testimonios desgarradores de personas que intentaron alertar sobre la conducta de McCarrick, incluso con niños, a partir de mediados de los años de 1980. Una mujer identificada como “Madre 1” dijo a los investigadores que envió cartas anónimas a jerarcas católicos estadounidenses para advertirles sobre la conducta de McCarrick. Dijo que en una ocasión sorprendió a McCarrick, amigo de su familia, cuando acariciaba los muslos de sus dos hijos en la sala. “Fue más que extraño. Fue anormal. Casi dejé caer el plato de guiso que llevaba en las manos”. Las cartas no recibieron respuesta y el ascenso de McCarrick continuó.
Si bien el resumen contiene nuevos detalles sobre qué sabía el Vaticano y cuándo, no entra en detalles acerca de la cultura interna que permitió que la conducta de McCarrick continuara sin frenos. Las acusaciones de conducta homosexual contra cardenales y obispos suelen descartarse como rumores destinados a desacreditar o extorsionar a los prelados. Hay una tolerancia generalizada y tácita de actividades sexuales por parte de hombres que hacen voto de celibato.