Ohio: un padre les leyó la Biblia a sus tres hijos, les dijo que los quería y luego los asesinó
Chad Doerman almorzó con su esposa Laura y le comentó: “Esta será la última vez que disfrutaré de un buen plato”
Un hombre de Ohio leyó la Biblia, les dijo a sus hijos que los quería y llamó a su propio padre para decirle, sin explicación, que el mayor sería “el más difícil”. Luego, asesinó a sus tres hijos pequeños durante un horrible ataque en el domicilio familiar.
El 15 de junio de 2023, Chad Doerman (33), asesinó a sus hijos Clayton Doerman (7), Hunter Doerman (4) y Chase Doerman (3) en el municipio de Monroe, ubicado a unos 120 kilómetros al oeste de la ciudad de Columbus.
El viernes se declaró culpable y fue condenado a tres cadenas perpetuas consecutivas.
Ahora, han salido a la luz nuevos detalles perturbadores sobre el accionar de Doerman durante los momentos previos a los asesinatos y las últimas horas de vida de los tres niños.
El lunes, durante una rueda de prensa, el fiscal del condado de Clermont, Mark Tekulve, reveló que el día del ataque, Doerman almorzó con su esposa Laura y le dijo: “Esta será la última vez que disfrutaré de un buen plato”.
A pesar de este misterioso comentario, la mujer no creía que había que hacer algo para proteger al resto de la familia. De hecho, por la tarde, su marido estuvo haciendo tareas de jardinería y jugando con los niños.
Entre las 3:30 y las 3:45 p. m., Doerman comenzó a leerle la Biblia a Hunter, según Tekulve.
“Se paseaba por la casa con la Biblia y murmuraba: ‘Chad sabe lo que está bien’”, comentó el fiscal al respecto.
Poco antes de las cuatro de la tarde, Doerman le pidió a su familia que lo acompañara a dormir la siesta en el dormitorio principal. Su esposa y sus tres hijos entraron a la habitación con él, mientras que su hijastra (12) miraba televisión en otra de las habitaciones.
Cuando Doerman abrió la caja fuerte donde se encontraban las armas, su mujer se alarmó y le dijo: “Me estás asustando”.
Lo que ocurrió a continuación fue una serie de acontecimientos que hicieron llorar hasta a los funcionarios más experimentados, explicó Tekulve a los periodistas el viernes, en otra rueda de prensa.
Doerman les dijo a los miembros de su familia que los quería y aseguró que sus hijos eran “los mejores”.
Minutos después de dichas declaraciones, salió de la cama y agarró el rifle calibre 22 de la caja fuerte. El fiscal reveló que, en un principio, su familia estaba más preocupada por la seguridad del hombre que por la de ellos, ya que tenían miedo de que se suicidara.
“Laura y los niños gritaban. Laura tenía miedo de que estuviera a punto de suicidarse”, dijo Tekulve. Y agregó: “Trataban de decirle que no lo hiciera, que lo amaban y que por favor no se quitara la vida”.
De inmediato, Laura buscó su teléfono para llamar al 911, pero Doerman lo tiró al otro lado de la habitación, apuntó con el arma hacia Hunter y le disparó varias veces al niño de cuatro años.
A continuación, persiguió a su esposa y a su hijastra fuera de la casa y forcejeó con los otros dos niños (Clayton y Chase) para separarlos de ellas y, finalmente, los asesinó.
La niña de 12 años resultó ilesa, pero su madre sufrió una herida de bala en la mano al intentar proteger a uno de los niños del ataque.
El padre fue detenido ese mismo día y acusado de asesinato con agravantes, secuestro y agresión con un arma.
En un principio, los fiscales solicitaron la pena de muerte. Sin embargo, llegaron a un acuerdo con Doerman por el cual se le impusieron tres cadenas perpetuas. Afirmaron que tal decisión era lo mejor para los sobrevivientes y aseguraron: “Hacer algo más sería un acto de crueldad”.
Laura, por su parte, habló públicamente y afirmó que, aunque ningún castigo le devolvería a sus hijos, tener “la garantía de que [Chad pasaría] el resto de su vida tras las rejas” era lo mejor para su familia.
“Estoy totalmente de acuerdo con la forma en que se resolvió el caso. La decisión de declararlo culpable y condenarlo a múltiples cadenas perpetuas nos permite ponerle un fin a mi hija y a mí”, declaró Laura.
“Los recordaré como los tres niños a los que les encantaba pescar, hacer karting y nadar”, continúo.
Y finalizó: “Los recordaré como los chicos a los que les encantaba divertirse y eran inseparables el uno del otro. Sus vidas no se definen por lo que les pasó, son mucho más que eso. Los amo Clayton, Hunter y Chase”.
Traducción de Luz María Avila