Árbitro turco abandona el hospital tras sufrir una agresión que paralizó la liga
Un árbitro turco recibió el alta el miércoles en el hospital donde fue tratado de la fractura facial que sufrió tras recibir un puñetazo del presidente de un club de fútbol de primera división.
La agresión llevó a la Federación de Fútbol de Turquía a suspender todos los partidos.
El presidente del MKE Ankaragucu, Faruk Koca, atacó a Halil Umut Meler sobre el terreno de juego tras el pitazo final del partido de la Super Liga que terminó con empate 1-1 frente al Caykur Rizespor. El colegiado, que cayó al piso, fue también pateado en el tumulto producido cuando los aficionados invadieron el césped luego del tanto del empate del Rizespor en el último minuto.
Koca y otras dos personas están detenidas a la espera de juicio por lesiones a un funcionario público
La Federación se reunirá más tarde el miércoles para decidir sobre la posible reanudación de la liga en el país, que organizará la Euro 2032 con Italia.
Meler, quien fue tratado por una fractura cerca del ojo, salió caminando del hospital Acibadem de Ankara y levantó la mano para saludar a los medios que lo esperaban antes de entrar en un vehículo. Según la agencia noticiosa estatal Anadolu, el árbitro viajará a su casa en Izmir, al oeste de Turquía, escoltado por la policía.
El jefe médico del hospital, Mehmet Yorubulut, dijo a reporteros que el colegiado tenía buen ánimo.
“No tiene más problemas que la hinchazón del ojo”, afirmó Yorubulut, que añadió que la fractura se curaría.
Al parecer, durante el interrogatorio con la fiscalía, Koca dijo que se limitó a abofetear a Meler, a quien acusó de tomar “decisiones erróneas” y de acciones provocadoras.
Más tarde anunció su dimisión.
“Pido disculpas a la comunidad arbitral y deportiva turca, al pueblo turco y especialmente al señor Meler y a su familia por la actitud que mostré hacia Halil Umut Meler”, afirmó en un comunicado leído por su abogado el martes en la noche.
La violencia en el fútbol es algo habitual en Turquía a pesar de los esfuerzos para erradicarla, aunque los ataques a los árbitros de primera división son inusuales.