Familiares y vecinos estallaron en vítores cuando la argelina Imane Khelif avanzó a la final olímpica de boxeo, al vencer por decisión unánime a la tailandesa Janjaem Suwannapheng.
En Ain Mesbah, el pueblo rural donde creció la boxeadora, legiones de seguidores se reunieron en la casa de su tío para ver el combate. Iluminados por las cámaras de los noticiarios, bebieron jugo de naranja, ondearon banderas y silbaron mientras Khelif saltaba por el ring celebrando su clasificación al combate por la medalla de oro que se efectuará el viernes.
“Entre los cuartos de final y las semifinales, estábamos nerviosos”, dijo Rachid Khelif, en referencia a la ola de especulaciones sobre el género de su sobrina. “Teníamos miedo que esos ataques la afectaran psicológicamente. Pero, gracias a Dios, vimos a Imane con buen ánimo”.
Pocos argelinos podrían haber imaginado que la hija de 25 años de un soldador de la región de Tiaret, azotada por la sequía, pudiera unir a la población de esta manera. Sin embargo el país de mayoría musulmana ha interpretado en gran medida las especulaciones contra Khelif como un ataque a la nación y no en el contexto del debate que se está desarrollando en muchas naciones occidentales sobre género, identidad sexual y deportes.
En los periódicos de la nación norafricana, en la televisión y en todas las redes sociales, Khelif se ha convertido en una heroína local, aplaudida por sus éxitos y defendida en medio de conceptos erróneos sobre su género y el escrutinio sobre su elegibilidad para competir.
“Imane Khelif, ¡la última ronda contra el odio y el racismo!”, tituló el principal diario argelino el martes. Y calificó a la joven como “una figura icónica del deporte nacional”.
Rifka, un influencer argelino con 5,4 millones de seguidores en Instagram, publicó a principios de esta semana una foto en la que se mostraba viajando de Argel a París para ver en directo los combates de Khelif. También leyó los comentarios erróneos de Elon Musk sobre el género de Khelif.
“¿Qué? Este hombre no conoce a los argelinos”, dijo.
El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, llamó por teléfono a Khelif para animarla y apoyarla en medio de las críticas.
“Gracias, Imane Khelif, por hacer felices a todos los argelinos con esta fuerte y maravillosa clasificación para la final”, escribió en X. “Todos los argelinos y argelinas están contigo”.
Salah Goudjil, presidente del Senado de Argelia, elogió a Khelif por “su merecida clasificación para la final olímpica de 2024, en medio de una campaña racista odiosa”.
“Todo el pueblo argelino está feliz. Todos esperaban esta victoria”, dijo el primo de Khelif, Walid Djobar. “Realmente espero que ella consiga la medalla de oro y tengo la sensación de que la va a traer a casa”.