Comité Organizador de Tokio 2020 garantiza reembolso a los aficionados japoneses
Los residentes de Japón que hayan adquirido sus entradas podrán aplicar para un reembolso entre el 10 y 30 de noviembre
Los aficionados al deporte que viven en Japón y hayan comprado boletos para los demorados Juegos Olímpicos de Tokio tendrán el reembolso garantizado, explicó el comité organizador el viernes.
Esto no aplica para quienes hayan adquirido los boletos fuera del país a través de los llamados revendedores autorizados, designados por los comités olímpicos nacionales. Muchos han establecido de antemano los términos para las devoluciones, que varían en función del país o territorio.
En Japón, los titulares de entradas que sepan ya que no podrán usarlas el próximo año pueden recuperar su dinero a través de una solicitud por internet entre el 10 y el 30 de noviembre. El plazo para hacerlo con los boletos de los Juegos Paralímpicos va del 1 al 21 de diciembre.
Los organizadores explicaron que también habrá reembolsos si la pandemia del coronavirus limita el número de asistentes a las sedes de las competiciones.
La situación con las entradas, como ocurre con todo lo demás que rodea a la cita olímpica el año que viene, está en el aire. Las condiciones en que se celebre dependerán de la pandemia.
Tanto los organizadores como el Comité Olímpico Internacional (COI) afirman que tienen prevista la ceremonia inaugural para el 23 de julio de 2021. Pero por el momento hay muy pocos detalles acerca de cómo podrá celebrarse, con o sin vacuna, empleando cuarentenas o pruebas rápidas de detección.
El COI y los organizadores de los Juegos de Tokio dirigen varios equipos de trabajo para determinar la mejor manera de manejar el arribo de extranjeros y el COVID-19. Japón ha sido un país relativamente seguro en medio de la pandemia, con cerca de 1,750 muertes atribuidas al coronavirus. Sin embargo,la situación es otros países no es tan buena.
“Uno no debe sentirse mal por sentirse incómodo por los siguientes seis a nueve meses dado que no hay nada seguro en cuestión de lo que sucederá”, afirmó Ken Hanscom, jefe de operaciones de la firma de venta de boletos TicketManager con sede en Los Ángeles, en entrevista con The Associated Press.
Hanscom no tiene relación con el boletaje para los Juegos Olímpicos, pero su compañía maneja boletos de eventos importantes para clientes corporativos. También administra una popular página de Facebook que ofrece información relevante sobre los boletos para los Juegos de Tokio.
La gran pregunta para Tokio es cómo permitir el ingreso de 15,400 deportistas olímpicos y paralímpicos a Japón, además de miles de funcionarios, jueces, patrocinadores y periodistas. Y luego está la cuestión de los aficionados: ¿podrán asistir los de fuera del país o sólo los japoneses?
Una de las mayores preocupaciones del COI es lograr que los Juegos sean transmitidos por televisión, ya que la venta de esos derechos representa el 73% de sus ingresos. Otro 18% procede de los 14 patrocinadores principales.
Los organizadores de los Juegos de Tokio han presupuestado un ingreso de 800 millones de dólares de la venta de boletos en Japón y el extranjero, su tercera mayor fuente de ingresos. Cualquier déficit podría generar problemas para un presupuesto de antemano apretado.
Los organizadores señalan que 4.48 millones de boletos han sido vendidos en Japón, y 970,000 para los Juegos Paralímpicos. De acuerdo con los organizadores, un total de 7.8 millones de boletos para los Juegos habían estado disponibles en total.
Hidenori Suzuki, el subdirector ejecutivo de mercadotecnia del comité organizador, dijo que pese a contar con cifras locales muy específicas no sabe cuántos boletos se han vendido fuera de Japón.
Tokio afirma que está gastando 12,600 millones de dólares en la organización de los Juegos Olímpicos. Pero una auditoría gubernamental realizada el año pasado reveló que lo más probable es que la cifra real sea el doble. Todo excepto 5,600 millones de dólares es dinero del erario.
La Universidad de Oxford indicó en septiembre que los Juegos de Tokio son los Juegos Olímpicos de verano más costosos de los que se tenga registro.