Con pocos asuntos pendientes, Celtics lucen con posibilidades de revalidar título
Se requirió más de una década, decisiones inteligentes de la gerencia, buenas selecciones en el draft y algo de suerte con los agentes libres para que los Celtics conformaran finalmente el plantel que puso fin a su sequía de títulos de 16 años.
Pero ahora, Jaylen Brown, el Jugador Más Valioso de las Finales de la NBA, está amarrado con el equipo mediante un convenio de largo plazo. Jayson Tatum, otro elegido al Juego de Estrellas, se le unirá este verano en el club de los basquetbolistas con convenios de 300 millones de dólares.
Y con ello, no parece que Boston tenga que trabajar demasiado en el receso previo a la próxima campaña para conformar un plantel con capacidad de convertirle en el primer equipo en repetir como monarca desde los Warriors de Golden State en 2018.
Los Celtics consiguieron el 18vo título de la franquicia para quedar en solitario como los máximos ganadores de la historia. En medio de la euforia por ese logro, el dueño mayoritario Wyc Grousbeck dio al presidente de operaciones deportivas Brad Stevens el reconocimiento por coronar un proceso que comenzó en 2013.
Fue en aquel año cuando Stevens llegó, contratado originalmente como entrenador de Boston.
“Todos miramos el equipo en los últimos años. Tuvimos grandes planteles pero no llegamos hasta acá”, dijo Grousbeck. “Y Brad fue brillante. Sabíamos que necesitábamos algunos cambios... Y él los logró”.
Los Celtics tomaron una decisión temeraria al divorciarse de Danny Ainge, el arquitecto del título de 2008 con la gran tercia formada por Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen. Nombraron a Stevens, quien tenía entonces 44 años.
Ahora, tres años después de mudarse del banquillo a la oficina, Stevens ha premiado la confianza que los dueños tuvieron en él.
Lo logró al aprovechar las estrategias que dejó Ainge, conocido por su agresividad en las transacciones y selecciones de draft. Y se puso a trabajar de inmediato.
Comenzó de forma un tanto tímida. En febrero de 2022, adquirió en la fecha límite de canjes a Derrick White, un joven reservista enfocado en la labor defensiva, que militaba en San Antonio.
Tras la derrota en las Finales ante los Warriors, dirigió al equipo durante el escándalo que llevó a la suspensión y posterior salida del entrenador Ime Udoka por una relación inapropiada con una mujer en la organización.
En un momento de turbulencia, Stevens confió en sus instintos. Ascendió al asistente Joe Mazzulla al puesto de estratega.
Y tras una derrota en la final de conferencia del año pasado ante Miami, hizo algo que parecía impensable. Cedió en canje al veterano líder Marcus Smart y a Malcolm Brogdon, quien había conseguido recién el premio al mejor suplente de la NBA.
Los acuerdos separados permitieron que arribaran a Boston el letón Kristaps Porzingis y el gran jugador defensivo Jrue Holiday.
Ambos resultaron ser los eslabones que faltaban en un equipo que, incluyendo los playoffs, finalizó esta campaña con una foja de 80-21. Es el segundo mejor equipo de Boston en la historia, sólo detrás de los Celtics de 1985-86 que finalizaron 82-18.
Fue también la primera vez en siete temporadas que el equipo con el mejor registro en la temporada regular ha terminado conquistando el campeonato.